El acta de edil costará entre 1.450 y 1.550 votos

Carlos H. Sanz
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EL 5%. Aunque todo dependerá de la participación, los partidos que quieran entrar en el reparto de concejales deberán sumar al menos de 2.000 a 2.100 votos, cifra que corresponde al mínimo exigido por la ley electoral

El acta de edil costará entre 1.450 y 1.550 votos

En dos semanas, los palentinos eligen a las 25 personas que formarán la nueva corporación del Ayuntamiento de la capital los próximos cuatro años, así como quién ostentará el bastón de mando hasta 2027. Siete candidatos de otras tantas fuerzas políticas, las de Partido Popular, Partido Socialista, Ciudadanos, Vox, Izquierda Unida-Podemos, ¡Vamos Palencia! y Por un mundo más justo, que aspiran a desarrollar su proyecto para mejorar la capital.

Todos ellos esperan sumar el mayor número de concejales posible. Trece es el número mágico a partir del cual un partido se asegura cuatro años sin sobresaltos, pero la ansiada mayoría absoluta lleva desaparecida del tablero electoral ocho años y todo parece indicar que seguirá así cuatro más. 

Los últimos dos comicios municipales estuvieron cargados de sorpresas: irrupción de nuevas formaciones políticas tanto de derechas como de izquierdas, gobiernos en minoría, coalición de gobierno... El 28-M reúne muchas de esas variables y añade otras como nuevos jugadores en la partida alejados de las siglas de los partidos tradicionales como ¡Vamos Palencia! o la inédita coalición de Izquierda Unida y Podemos. Por ser, hasta el tablero es distinto, ya que por primera vez desde junio de 1987 los palentinos acudirán a las urnas sin que coincidan municipales y autonómicas. 

Demasiadas variables para encontrar patrones que alumbren el camino de lo que pueda suceder en estas elecciones. No obstante, algunas hay y, entre ellas, destacan dos: la barrera del 5% y el número mínimo de votos para obtener un concejal.

El umbral del 5%. El umbral electoral exigido a cada candidatura para entrar en el reparto de concejales es del 5% de los votos válidos emitidos y, por lo tanto, depende tanto del censo como del número de votantes que acudan a las urnas. 

En la capital, ese umbral ha variado entre los 1.802 y los 2.360 votos en las nueve citas electorales municipales celebradas, y en las tres últimas ha estado por encima de los 2.100. En 2011 fueron 2.168 votos; en 2015 bajó a 2.111 y en 2019, al subir la participación, se elevó hasta 2.153.

En estas elecciones están llamados a las urnas 61.887 palentinos en la capital, por lo que el umbral estará en los 1.980 con una participación del 64% -la más baja en la historia democrática- y los 2.227 votos si alcanza el 72% de los votantes. 

Dado que en los últimos cuatro comicios el número de votos válidos ha estado entre el 66,2 y el 67,7%, lo más probable es que para estas elecciones la barrera esté por encima de los 2.000 sufragios y muy cerca de los 2.100.

La buena noticia para los partidos que superen el umbral del 5% de los votos es que tendrán asegurada su presencia en el Ayuntamiento el próximo mandato, ya que, como se verá más adelante, la última acta de concejal en repartirse nunca ha sido más cara de los 1.677 votos.

La mala es que en un escenario con siete candidaturas, seis con opciones reales de entrar en el Consistorio, la fragmentación del voto pondrá más difícil alcanzar esa barrera. Si en 2019 la disgregación se dio en el centro-izquierda, para la cita del día 28 es el centro-derecha el que deberá lidiar con esta vicisitud electoral.

En esta cita del 28-M, son cuatro los partidos que se disputan este espacio político: Partido Popular, Ciudadanos, Vox y ¡Vamos Palencia! El voto en el centro-izquierda está estas elecciones mucho más concentrado con dos candidaturas: PSOE y IU-Podemos. No obstante, la candidatura de ¡Vamos Palencia! -que no se define ni de derechas ni de izquierdas- tiene también capacidad para captar el voto del ciudadano ubicado más en el centro de este espectro político.

Hace cuatro años esa fragmentación del voto en el centro-izquierda ya dejó a Ganemos con un edil y a Podemos fuera del Ayuntamiento. La coalición Unidas Podemos llegaba de las generales con 4.916 votos, pero a la cita municipal concurrieron por separado. No solo obtuvieron peor resultado sino que Podemos no alcanzó el umbral del 5% y quedó fuera del reparto, dejando 1.436 votos para la izquierda sin uso.  

Y es que, una vez superado el umbral del 5%, cada voto cuenta. El sistema electoral español para las municipales, establecido por la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg), se basa en la votación mediante listas cerradas y la asignación de concejales siguiendo el sistema D'Hondt. 

Históricamente, en la capital se ha logrado un concejal con un mínimo de 1.257 y un máximo de 1.682 votos, aunque lo normal es que la última de las 25 actas se asigne a un partido con entre 1.450 y 1.550 sufragios.

A qué cifra se acerque el día 28-M dependerá del porcentaje de votantes que decida quedarse en casa y no ir a votar y de cuánto se fracture el voto en el centro-derecha principalmente. 

En la historia democrática de las elecciones municipales en la capital se han dado escenarios similares al actual. Por ejemplo, en mayo de 1991, la fractura del espectro político terminó por configurar un Ayuntamiento con representantes de cinco partidos: PP, PSOE, IU, CDS y Agrupación Palentina Popular.

Aquella corporación, gobernada por el socialista Heliodoro Gallego, fue la que exigió a los partidos menos votos para obtener un acta, 1.257, debido también en gran medida a que la participación cayó hasta el 62,3%, la más baja de cuantas elecciones municipales se han celebrado desde 1987, que es la fecha a partir de la cual el Ministerio ofrece datos.

Cinco partidos tienen voz este mandato en el Ayuntamiento, pero, al contrario de aquellas, aquí el PSOE sumó su undécimo edil con 1.482 votos porque la abstención fue del 32,2%.

No obstante, lo normal es que entre el 62,3 y el 71,4% del censo acuda a las urnas en unas elecciones municipales. Solo las de mayo de 1995 y junio de 1987 registraron una participación por encima del 70%; del 71,1 y 71,4%, respectivamente, para ser exactos. De hecho, la participación media de los nueve comicios municipales celebrados desde 1987 es del 67,2%, lo que supone que los partidos se han repartido un promedio de 42.646 papeletas.

La fragmentación del voto. Históricamente, en cinco de las nueve citas electorales celebradas desde 1987, el reparto de papeletas se ha concentrado en las dos principales fuerzas políticas, Partido Socialista (en 4 ocasiones) y Partido Popular (en una). Fueron los tiempos de los bloques dominados por los partidos mayoritarios que se alternaban en el poder dejando apenas espacio para una tercera fuerza en el salón de plenos del Ayuntamiento, honor que siempre correspondió a Izquierda Unida, con una o dos actas (en 1987 y 1995) como mucho.

Los escenarios de fragmentación política se circunscribieron al final de la década de los 80 y principios de los 90 del siglo pasado. En junio de 1987, por ejemplo, PP (entonces Alianza Popular), PSOE, CDS e IU compartieron bancadas; y en 1991, a ellos se sumó la escindida Agrupación Palentina Popular. 

Sin embargo, la fractura más profunda del espacio político municipal se da a partir de 2015, cuando Ciudadanos obtiene tres ediles tras una plácida mayoría absoluta del Partido Popular, que con 11 concejales se ve obligado a gobernar en mayoría simple. 

La irrupción de la política de los acuerdos se repite en 2019, cuando las urnas abren la puerta a una nueva formación política, Vox, que se convierte en la llave del nombramiento de Mario Simón, de Ciudadanos, como alcalde. 

En 2019 se demostró que ya no solo hace falta ganar las elecciones para gobernar la capital. Todo candidato tiene que tener en su mente que la política de bloques se antoja esencial para hacerse con el bastón de mando. 

Así, aunque el PSOE obtiene la victoria en las urnas y suma más concejales que ningún otro partido, 11, la disgregación del voto de centro-izquierda en Ganemos y Podemos -y su bajón electoral- le da el gobierno de la ciudad a la coalición del PP y Cs, que gracias al apoyo puntual de Vox en el pleno de investidura permite proclamar alcalde a Simón pese a que su partido solo había obtenido tres actas de concejal.

Todo hace pensar que los resultados del próximo 26 de mayo irán por esta línea, con la próxima corporación compuesta por cinco o seis partidos. La cifra dependerá de si Ciudadanos logra retener votos suficientes para sumar al menos un edil; y de si ¡Vamos Palencia! es capaz de concentrar suficiente voto del centro-derecha y centro-izquierda como para obtener representación.

Preguntas todas ellas que obtendrán respuesta la noche del 28-M y que también dependen de cuestiones como en qué grado los ciudadanos premian o castigan la labor de Alfonso Polanco y su equipo a lo largo de los últimos cuatro años o el coste de que el PSOE haya apostado de nuevo como candidata por Miriam Andrés.

Fuera de micrófono, ninguno de los partidos cree que sea posible una mayoría absoluta para los próximos cuatro años, por lo que ser el próximo alcalde o alcaldesa de la capital dependerá de los acuerdos por tercer mandato consecutivo. 

Conviene tener muy clara la forma en la que se elige al primer edil el día de la constitución de los Ayuntamientos, que será el 17 de junio. Se realizará una votación y si alguno de los concejales obtiene la mayoría absoluta de los votos de los 25 ediles será proclamado alcalde electo. Si ninguno suma 13 votos, no hay segunda votación sino que es proclamado alcalde el concejal que encabece la lista que haya obtenido mayor número de votos en el municipio. En caso de empate se resolverá por sorteo.

En todas las citas electorales celebradas hasta ahora excepto en una, el regidor ha tomado posesión del bastón de mando respaldado por el apoyo de la mayoría absoluta de los votos de los concejales. 

Fue en la primera corporación democrática, cuando UCD sumó 11 concejales; el PSOE, 9; el Partido Comunista (PCE) obtuvo 3 ediles y Coalición Democrática (CD), 2. Los candidatos a alcalde fueron Francisco Jambrina (UCD) y Miguel Valcuende (PSOE). Un concejal se abstuvo -no se sabe quién porque el voto es secreto- y se produjo un empate, por lo que Francisco Jambrina fue nombrado alcalde al ser el candidato de la lista más votada. 

Durante dos décadas, entre 1995 y 2015, el Ayuntamiento estuvo gobernado por un partido con 13 o más concejales, en dos ocasiones el PP con Marcelo de Manuel (1995) y Alfonso Polanco (2011), y en tres (2007, 2003 y 1999) el PSOE, con Heliodoro Gallego. Sin embargo, es muy probable que el 28-M se pongan las bases para que la ciudad alcance los 20 años de gobierno en mayoría simple, con o sin coaliciones.