Un segundo estudio sobre la alimentación, básico para el lince

César Ceinos
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Tras la primera reunión, a la que seguirán otras para dar a conocer el proyecto, no han surgido opositores a esta medida, que no afectaría a la actividad cinegética de la zona

Imagen de archivo de un ejemplar de lince ibérico en la finca El Borril, en Toledo. - Foto: David Pérez

Dos requisitos naturales se tienen que cumplir para que el lince ibérico, uno de los animales endémicos de la península, sea reintroducido en la comarca del Cerrato: el hábitat y una adecuada densidad de conejos para su alimentación. Al parecer, la Consejería de Medio Ambiente no duda de las condiciones de la zona sur de la provincia, pero para confirmar la vuelta de la especie salvaje aún es necesario llevar a cabo una segunda medición de los ejemplares de los que se alimentará. Este estudio se desarrollará próximamente. Si el resultado es positivo, la llegada del animal carnívoro se produciría a final de año. De lo contrario, se esperaría un tiempo, según explican algunos de los alcaldes y concejales que participaron en un encuentro que se llevó a cabo hace unas semanas en la delegación territorial de la Junta de Castilla y León para explicar las condiciones del proyecto. De hecho, el delegado, José Antonio Rubio Mielgo, asegura que «se hará si cuenta con el respaldo de los municipios implicados». Además, desde la administración se organizarán otras convocatorias para hablar con asociaciones de vecinos y otros agentes que tuvieran interés.

Por ahora no existe oposición a esta medida. «En la reunión nadie mostró disconformidad. Se aclararon todas las dudas sobre la competencia con otras especies cinegéticas y creo que salió todo el mundo tranquilo. En principio, las consecuencias de la reintroducción son positivas y no parece que tuviera ninguna afectación sobre la fauna  ordinaria del Cerrato», explica María José de laFuente, la alcaldesa de Baltanás, uno de los municipios palentinos que, inicialmente, se han introducido en este proyecto. Los nueve restantes son Alba de Cerrato, Baltanás, Castrillo de Onielo, Cevico de la Torre, Hérmedes de Cerrato, Población de Cerrato, Valle de Cerrato, Vertavillo, Villaconancio y Villaviudas. Existe un ayuntamiento más, Esguevillas de Esgueva, pero se encuentra en Valladolid.

Por su parte, el alcalde de Castillo de Onielo, David Beltrán, explica que en el municipio hay gente a favor y otros, como los agricultores y cazadores, que quizá sean más recelosos, aunque no se ha generado ningún grupo abiertamente opuesto a esta medida. «Por ahora estamos en calma ante esta información.Tampoco ha trascendido mucho más en la localidad», expone. En cambio, más satisfechos por la reintroducción del lince parecen estar enCevico de laTorre, a tenor de las declaraciones a este periódico de su alcaldesa, Cristina Franco. «Estoy contenta con que se cuente con los ayuntamientos a la hora de llevar a acabo esta medida, que será interesante», declara la regidora.
 

CONTENTO. El alcalde de Villaviudas, JuanCarlos Cantera, admite que acudió a la charla preocupado por cómo podía afectar esta medida a los cazadores, pero asegura que salió contento de la reunión porque le comentaron que la reintroducción incluso podría ofrecer ventajas para esta práctica deportiva. «Ahuyenta al zorro y al meloncillo.Además, en la mesa a la que nos convocó el delegado territorial había cazadores y si estos no dieron la voz de alarma, porque no hay nada a lo que temer ni enfrentarse, todo va como la seda», explica. Más allá de esta cuestión, declara que «es una suerte que nuestro territorio sea pionero y sea muy atractivo para este tipo de sueltas por las condiciones del entorno».  Asimismo, Cantera admite que ya hay personas que preguntan por la llegada de este animal. 

Por último, el alcalde de Alba de Cerrato, Jaime García, es más cauto. «Hay varias maneras de verlo. Todavía no se ha generado una opinión en el pueblo. Estamos a la espera de más información», opina. 

Según destacan desde el Ministerio para la TransiciónEcológica y el Reto Demográfico (Miteco), el lince ibérico es un félido de tamaño medio (el peso de los machos, por norma general, ronda los 13 kilos y el de las hembras, casi 10 kilos) y se alimenta de conejos, por lo que necesita zonas con buenas densidades de población del herbívoro para sobrevivir. De hecho, una de sus amenazas es la disminución de los ejemplares de los que se alimenta, así como la destrucción y fragmentación del hábitat y los atropellos.