Más de 320 usuarios viven en 22 unidades de convivencia

DP
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En la residencia de mayores Puente de Hierro, dependiente de la Junta de Castilla y León, se están realizando obras para la construcción de seis, que estarán listas el próximo marzo

Más de 320 usuarios viven en 22 unidades de convivencia - Foto: DP

El proyecto de ley reguladora del modelo de atención en los centros de carácter residencial y centros de día de servicios sociales para cuidados de larga duración en Castilla y León, aprobada por el Consejo de Gobierno el 24 de agosto, paso previo para someterla a la mayoría de las Cortes, aborda las características básicas espaciales y materiales que deben reunir todos los centros, orientadas a una configuración basada en unidades de convivencia. Tienen un doble objetivo: extender el modelo de atención centrada en la persona y también aplicar las enseñanzas que dejó la pandemia de cara a la propagación de enfermedades.

De este modo, los usuarios conviven en entornos más pequeños -de hasta 16 personas- y en unas instalaciones que emulan su propio hogar, para garantizar, de manera combinada, la autonomía, la seguridad, la confortabilidad y la calidad en la atención. En concreto, el proyecto de ley organiza los centros en tres áreas definidas: la zona de unidades de convivencia, la de espacios comunes y la de servicios generales.

Desde hace años, la Junta de Castilla y León viene instalando las unidades de convivencia en los centros públicos. Ahora, por primera vez, se recogen en una norma de rango legal y se impulsan en las residencias de ámbito privado. De este modo, la futura norma trata de superar el antiguo modelo residencial transformándolo en espacios asimilados al propio hogar de los mayores: espacios con dormitorio, ducha particular accesible, cocina y sala de estar. 

En la provincia, según los datos facilitados por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, existen a día de hoy 22 unidades de convivencia autorizadas en residencias y centros de día tanto públicos como privados, que suponen un total de 329 plazas (admiten hasta un máximo de 16 usuarios), y se encuentran en  la capital  y en las localidades de  Fuentes de Valdepero, Aguilar de Campoo,  Guardo, Venta de Baños, Salinas de Pisuerga, Villalobón y Carrión de los Condes.

En el caso de la residencia de mayores Puente de Hierro, dependiente de la Junta de Castilla y León, se están realizando obras para la construcción de seis unidades nuevas, en las plantas tercera, cuarta y quinta (dos en cada una de ellas), unas obras cuyo plazo de ejecución finaliza el próximo marzo, aunque van a muy buen ritmo  y podrían finalizar antes. Por otra parte, está en proceso de adjudicarse el equipamiento para dos unidades de convivencia en la planta quinta, que salió a licitación por  256.417,32 euros. 

El mobiliario se plantea con dormitorios, individuales y dobles, y una sala de estar comedor con office en cada una. En todos los casos, se busca conseguir un aire agradable, acogedor, cómodo y al tiempo doméstico, pero sin perder la funcionalidad, limpieza, ergonomía y, por supuesto, la durabilidad. Se pretende responder de forma idónea a los programas de necesidades y a las actividades que se realizan en centros de este tipo, buscando ambientes muy luminosos, tranquilos, acogedores y confortables, con la funcionalidad e higiene precisas en todo momento y una alta calidad estética y de diseño. 

En el equipamiento se deben tener en cuenta las necesidades funcionales y de uso, especiales y adaptadas a determinados usuarios, generalmente personas con más o menos carencias tanto físicas como sensoriales e incluso cognitivas. Además, es necesaria una  una alta seguridad en el uso, y una gran durabilidad, sin olvidar el efecto estético y el diseño. Se tendrá en cuenta especialmente en los dormitorios, la alta calidad en el diseño, de modo que se proporcione un alto confort a los usuarios, así como un ambiente hogareño, moderno y cómodo, acorde con el nuevo modelo residencial y asistencial que se está implantando en la comunidad de Castilla y León.

En la residencia Puente de Hierro ya funcionan dos unidades de convivencia en la planta segunda, (2014 y 2016). La primera planta es donde aún no se ha intervenido, si bien los planes contemplan su conversión. En la entreplanta, en 2020 se hizo otra unidad de convivencia y se creó la unidad de convalecencia sociosanitaria, con once plazas (pacientes que reciben el alta  desde el punto de vista médico pero que precisan atención).  

Hermanas Hospitalarias «fue el primer centro en Palencia en poner en marcha una unidad de convivencia para personas mayores en el año 2013, probablemente también de los primeros en Castilla y León», recuerda su director, Javier Arellano, quien añade que hoy tiene otras unidades y, además, ha extendido el modelo en la atención a personas con discapacidad que presentan alteración de su conducta. «Esto es novedoso incluso en España», añade.

En cuanto al perfil de los usuarios, se trata de residentes que «puedan y desean convivir estrechamente con otras personas, independientemente de sus limitaciones funcionales», señala.  «Es cierto que quienes presentan alguna de las enfermedades neurodegenerativas y dependiendo de su estado se benefician menos y hay que hacer adaptaciones constantes», asevera.

Arellano manifiesta que la atención en la unidad de convivencia ha evolucionado según las necesidades, y es que «no todas las premisas que se referían en el punto de partida teórico han ido cumpliéndose, lo que es lógico cuando algo es novedoso. En este caso, las personas mayores van retrasando cada vez más la entrada en los centros residenciales, lo que implica generalmente un mayor deterioro cognitivo y funcional con gran carga de pluripatología asociada a la edad. Una de las consecuencias inherentes, por tanto, son las necesidades sanitarias que presentan diariamente y a las que hay que dar respuesta».

Hermanas Hospitalarias «ha realizado un esfuerzo sin igual en la última década para implantar su modelo de atención con más de 400 colaboradores y miles de horas de formación, así como sus instalaciones con una inversión en Palencia superior a 15 millones de euros, a las necesidades que nos manifiesta la sociedad y las administraciones», manifiesta.

«Nos hemos preparado para afrontar un futuro donde seguir impulsando un modelo de atención integral, que contemple todas las esferas de la persona, procurando adaptar nuestros apoyos a las necesidades del ciclo vital de cada persona. Les brindamos el soporte oportuno, sanitario, social o relativo a la esfera trascendente de cada cual», concluye Arellano.

Desde la residencia Tercera Actividad de la Fundación Santa María la Real, ubicada en Aguilar de Campoo, su director, Alejando Serrano, explica que en la unidad conviven 16 usuarios con distintos niveles de dependencia. «Tienen su sala con televisión, comedor con cocina y otra sala. Organizamos actividades significativas para ellos, por ejemplo  la elaboración de torrijas en Semana Santa, o cuando llega la época de la matanza se hacen chorizos, y es que el perfil de los usuarios es el de gente de la Montaña Palentina y casi todos han hecho matanza. Son  cosas que hacían y que les puede motivar llegar a realizarlas en un marco cercano y familiar».

Tampoco es que haya un modelo «perfecto», expone, y es que «la gente que empieza en la unidad va deteriorándose y las actividades que podían hacer un año atrás ahora  les cuestan más, de ahí que intentes adaptarlas».  En la unidad  «se producen bajas y  procuras que haya otras personas;  lo ideal es que hubiese usuarios con distinto grado de dependencia, que pudiesen ser más colaborativos. Es verdad que, a veces, las personas que son más autónomas les cuesta compartir en una unidad de convivencia con aquellas que tienen una menor autonomía,  Esto puede pasar, pero vas viendo según cómo son las personas, cómo están de a gusto en un sitio u otro». 

Se intenta que «haya una estabilidad» en cuanto a los usuarios, explica Alejando Serrano,  para que «noten esa cercanía con las personas con las que conviven». Asimismo destaca el hecho de que «los profesionales son habitualmente los mismos», porque llegan a tener «un conocimiento de esas 16 personas absoluto,  desde cómo se levantan hasta cómo se acuestan y  la medicación que toman».  

«Nos falta desarrollar mucho el modelo, pero lo que tenemos claro es que queremos trabajar en este sentido, que nos queremos olvidar del concepto clásico de residencia asistencialista», asevera el director de Tercera Actividad, quien también incide en que «las personas que van a necesitar de nuestros servicios sociológicamente también han cambiado y son distintas; van a requerir de nuevas cosas y de ambientes más de este estilo».  «Tienen que ser centros abiertos a la sociedad en la que están, no cerrados por el hecho de ser unidades de convivencia. Tenemos que colaborar con los colegios, con las organizaciones sociales. Necesitan estar lo más próximo posible a como podrían estar en su casa. Ese es el propósito», concluye.

María Magdalena Vallejo Simón, directora de DomusVi Palencia, con residencia en Fuentes de Valdepero con unidad de convivencia hace hincapié en que «es un modelo de atención que pretende un apoyo más continuado por parte del equipo de atención, para poder conocer mejor a las personas mayores y tener más en cuenta sus preferencias y deseos, así como promover una mayor participación de las familias en la vida de la residencia».  «El objetivo que se persigue es incrementar el bienestar y la satisfacción de los residentes y de sus familias mediante un ambiente hogareño y su implicación en las actividades cotidianas». En este sentido, explica que realizan actividades que sean significativas para el residente, ya que suponen una potente fuente de estimulación. Además, «se proporcionan los apoyos necesarios para que el residente siga desarrollando su proyecto y forma de vida, de acuerdo a sus deseos y valores».

El Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) publicó el 3 de octubre la convocatoria  de subvenciones para que las residencias se adapten al modelo de atención integral centrada en la persona (AICP) y a las nuevas unidades de convivencia. La Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades pone a disposición de administraciones y entidades 15 millones de euros a través de los cuales se podrán financiar las obras necesarias para acometer dicha transformación. De esa cantidad, el 70% (10,5 millones) irá destinado a centros de mayores, mientras que el 30% restante sufragará las reformas de las instalaciones que acogen a personas con discapacidad. 

Los potenciales beneficiarios de la ayuda serán municipios de menos de 20.000 habitantes, organizaciones sin ánimo de lucro y pequeñas y medianas empresas pertenecientes al sector de los cuidados de ambos colectivos, cuya plantilla no exceda de los 250 trabajadores y cuya facturación sea inferior a 50 millones de euros. as en su correspondiente censo.

Con dicha subvención, que se otorgará en régimen de concurrencia competitiva, se financiará hasta el 100% del presupuesto aceptado -porcentaje que también podrá sufragarse por anticipado-, hasta un máximo de 80.000 euros, y el plazo de ejecución se extenderá hasta el 31 de diciembre de 2024.

Se financiará tanto la planificación y la preparación del proyecto arquitectónico o la memoria valorada como las propias obras.