«Viví unas relaciones vecinales, que ya no hay»

Carmen Centeno
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El trato personal, la información, la divulgación de lo que pasaba en Palencia, las campañas comerciales y los reclamos publicitarios, su actividad en la Cruz Roja y la vinculación a la Vera Cruz han marcado su vida

«Viví unas relaciones vecinales, que ya no hay» - Foto: Sara Muniosguren

De niño, con unos diez años, quiso emular al misionero que dio una charla en el colegio, pero meses después desapareció aquel deseo. En realidad, no había una ocupación que le atrajera especialmente, aunque aprender le gustaba y también escribir. José Luis Merino González nació el 25 de octubre de 1945 en la calle Mayor, junto a los Cuatro Cantones, así que es -y se siente- palentino hasta la médula. 

Fue el menor de seis hermanos y, por eso mismo, el más mimado de la familia. Recuerda una infancia feliz, de juegos con sus amigos del Jorge Manrique con quien disfrutaba mucho en el patio y en el corral de San Miguel, además de ir al cine los domingos. «Había una sesión infantil, a las tres de la tarde, y la entrada costaba una pesetas en general, donde iba yo; las había también de 1,50 y de 2 pesetas para los de preferencia y anfiteatro»,        rememora. Su padre era barbero, pero no recuerda haber querido seguir ese camino. Lo cierto es que se sentía «tan cuidado» por sus hermanos mayores, que no se planteaba la búsqueda de un porvenir, aunque, por supuesto, este acabaría llegando. Al terminar los estudios primarios, acudió dos años a la escuela gratuita que tenía La Salle. Tampoco entonces tenía claro qué hacer, aunque escogió lo que más le llamaba la atención: la rama de electricidad en el centro de Formación Profesional Virgen de la Calle.

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