Las viviendas colaborativas se van a la Nueva Balastera

Carlos H. Sanz
-

Acuerdo entre el Ayuntamiento y la Junta para trasladar a dos solares municipales esta promoción de 'cohousing'

Las viviendas colaborativas se van a la Nueva Balastera - Foto: Sara Muniosguren

Una de las patatas calientes que el equipo de Gobierno de Miriam Andrés heredó de la anterior corporación fue reconducir con la Junta de Castilla y León el proyecto de construcción de unas 40 viviendas para alquiler joven. El anterior alcalde defendió a capa y espada y pese a una frontal oposición vecinal que esa construcción debía hacerse en un solar de unos 5.000 metros cuadrados de propiedad municipal ubicado en la calle de los Fresnos, junto al complejo deportivo de Campos Góticos. Una idea en la que insistió hasta quedarse solo -incluso el PP terminó por darle la espalda- hasta el punto de ceder vía decreto a la administración regional el suelo apenas unos días antes de las elecciones.

Han bastado dos meses para que el Ayuntamiento y la Junta hayan reconducido esta situación hasta el punto que ayer presentaron juntos la nueva ubicación de estas viviendas: dos solares de 1.800 metros cuadrados en total ubicados en el barrio de la Nueva Balastera. Una ubicación que, al contrario de lo que ocurría con la anterior, sí cuenta con el beneplácito de los vecinos del barrio. 

«Desde el PSOE nos opusimos a la elección de Campos Góticos por ser una parcela dotacional, las cuales son escasas a este lado de las vías por lo que el Ayuntamiento no puede permitirse el lujo de cederlas restando equipamiento futuro a la ciudad», recalcó ayer Miriam Andrés, primera edil de la ciudad.

«El Ayuntamiento tenía aquí dos parcelas de uso residencial y al Somacyl y a la Delegación Territorial de la Junta les ha cuadrado porque el proyecto que se había elaborado para las parcelas anteriores sirve para estas», recalcó la alcaldesa, que agradeció «la disposición absoluta» de la administración regional para salvar un proyecto que contempla una inversión cercana a los 5 millones de euros -la Unión Europea financia parte a través de los fondos Next Generation- y que, como recalcó Andrés, «es totalmente necesario para Palencia».

Si no hay contratiempos, el pleno del próximo día 21 aprobará la cesión a la Junta de estas dos parcelas y, una vez en manos de la administración regional, se podrá comenzar la construcción de las viviendas, que tienen que estar terminadas en junio de 2026.

«No hace falta ni ampliar plazos ni existe riesgo de no ejecutar las subvenciones con los plazos marcados por la Junta, el Gobierno y Europa», dejó claro Miriam Andrés, una posibilidad que esgrimió la anterior Corporación para evitar cambiar de ubicación estos bloques. 

Además, la alcaldesa agradeció a la asociación de vecinos de la Nueva Balastera «su amabilidad, disposición y alegría al ver que este parque de vivienda se amplía en un barrio predominantemente de gente joven». 

En la misma línea se pronunció el delegado territorial de la Junta, José Antonio Rubio Mielgo, quien destacó esta solución permitirá «facilitar que los jóvenes puedan emanciparse sin que el acceso a una vivienda sea un impedimento». 

«No queríamos perder esta inversión, por lo que necesitábamos que el proyecto que está elaborado sirviese para esta nueva ubicación», señaló Rubio Mielgo, que recordó que esta promoción de viviendas se construirá en la modalidad de cohousing (colaborativas), es decir, los residentes compartirán zonas y servicios con el resto de inquilinos. 

Podrán acceder a ellas los menores de 35 años con un trabajo y un sueldo superior a 1,5 veces al Iprem -hasta cinco veces este indicador- siempre que estén registrados como demandantes de vivienda en la Junta de Castilla y León. Además, no podrán beneficiarse de estas viviendas quienes hayan sufrido un desahucio en los dos años anteriores o hayan ocasionado daños en alguna otra vivienda que hayan alquilado.

El precio del alquiler aún no está definido, pero rondará entre 250 y 300 euros cuando el precio medio actual está en los 450 a 470 euros. La vivienda se podrá disfrutar un máximo de cinco años y dado ese carácter de vivienda colaborativa, contarán con una persona que se encargará de velar por el mantenimiento de la comunidad.

«Es una propuesta muy apetecible y con condiciones que son fáciles de cumplir», resumió Rubio Mielgo, que deseó que comience su construcción lo antes posible.