La Dirección General de Tráfico (DGT) realizará más de 300 controles de vigilancia a los autobuses escolares que circulan en Castilla y León desde ayer hasta el próximo viernes con el objetivo de mejorar la seguridad vial. Los agentes de la Guardia Civil, en colaboración con la Policía Local, controlarán especialmente la circulación a la velocidad permitida y que no se use el teléfono móvil u otros aparatos que supongan distracción.

También se realizarán controles de alcohol y otras drogas entre los conductores y debido a la importancia que tiene el cinturón de seguridad en caso de accidente, se prestará especial atención al uso de estos en los autobuses escolares que los lleven instalados.

La delegada del Gobierno, Virginia Barcones, presentó en Soria esta campaña que pone el foco en la seguridad de los vehículos de transporte escolar, «un sector seguro» si se tiene en cuenta las cifras de siniestralidad, pero, a su juicio, aún tienen «margen de mejora».

A pesar de haber sido el primer colectivo que alcanza el objetivo «visión cero» con cero fallecidos en siniestros de tráfico desde 2013, sí se producen siniestros en los que la velocidad inadecuada y las distracciones son las principales causas.

Tanto la Guardia Civil como los policías locales de los municipios que se sumen a la campaña, intensificarán las inspecciones sobre estos vehículos, comprobando que las autorizaciones y documentos son los correctos para la prestación del servicio y verificando también, tanto que las condiciones técnicas y los elementos de seguridad del vehículo como los requisitos especiales que debe cumplir el conductor.

Barcones recalcó que desde el 20 de octubre de 2007, los autobuses deben llevar obligatoriamente sistemas de retención (actualmente lo llevan más del 60 por ciento), ya que el cinturón de seguridad es útil en cualquier trayecto.

Además, agregó que dado que las colisiones laterales y los alcances suponen el 40 por ciento de los siniestros de este tipo de vehículos, desde 2013 todos los nuevos vehículos deben contar también con un sistema de frenado de emergencia que se active automáticamente cuando detecta la posibilidad de una colisión, según informa Ical.

Barcones aprovechó su comparecencia para referirse a las víctimas mortales de los accidentes de tráfico, que suman 42 en lo que va de año en la Comunidad, una cifra que «jamás se va a normalizar» porque los siniestros «deben y pueden evitarse» y concretó que la gran mayoría de los accidentes se producen por «descuidos letales, imprudencias evitables e incumplimientos de las normas». 

La última campaña especial de control y vigilancia sobre transporte escolar se realizó el pasado mes de diciembre, del 12 al 16, y en ella participaron, además de los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, los de las policías locales de 23 ayuntamientos.

Durante la semana que duró la campaña, se controlaron 315 vehículos, de los que 87 fueron denunciados, la mayoría por infracciones administrativas relacionadas con la autorización especial para el transporte escolar (56 por ciento), seguida por irregularidades con el seguro de responsabilidad ilimitada (19 por ciento). «Las cifras de controles y vigilancia se moverán en torno a estas cifras. Tengan en cuenta que, en Castilla y León, un total de 35.500 alumnos son transportados a diario en el presente curso 2022-2023, repartidos en 2.046 rutas», agregó.