Una miel cercana, de garantías y, sobre todo, «muy buena»

Pablo Torres
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Julián Caballero, presidente de la Asociación Palentina de Apicultura, incide en el valor del producto local y su distinción en el mercado

El cubo de cristal (plaza de abastos) acoge el mercado de la miel como preludio a la feria apícola - Foto: Sara Muniosguren

La V Feria Apícola Palentina y Castellana y leonesa dará este viernes su pistoletazo de salida y reunirá en la capital a profesionales nacionales e internacionales de la apicultura, un sector que en la provincia tiene una repercusión económica de unos 3.000.000 de euros y una producción que supera las 300 toneladas, cifras que la convierten en la cuarta más alta de la comunidad. «No somos los primeros en cantidad, que sería Salamanca, pero en calidad, junto con León, somos los mejores de la región y, por lo tanto, de España», señala a Diario Palentino el presidente de la Asociación Palentina de Apicultura (APA), Julián Caballero.  «Si a lo largo del año hay unas 40.000 colmenas, en verano se duplican. Si vienen aquí es porque la calidad es buena», añade. 

Las producción de miel es resultado del trabajo de los aproximadamente 600 apicultores que hay en Palencia, de los cuales alrededor de 30 son profesionales. Estos últimos trabajan con una media de 500 colmenas, mientras que los que no se dedican exclusivamente a este sector se mueven entre las 15 y las 50, según estiman desde APA. «Le viene muy bien al campo que estén repartidos por toda la provincia», valora el presidente de la asociación.

EL VALOR DE LO LOCAL. Una de las cuestiones en las que más incide la asociación es «en poner en valor nuestros productos». «Todas las mieles naturales son buenas, independientemente de los gustos de cada uno», afirma Caballero. «A las colmenas hay que alimentarlas en invierno, no en verano o primavera, que es cuando vas a recoger la miel. En China, por ejemplo, se alimentan constantemente. Meten agua y azúcar a la colmena y de ahí va al tarro. Esa es la adulteración que hay ahora mismo», explica el presidente. 

A pesar de ello, identificar una miel nacional de una extranjera «es muy difícil». «Un consumidor lee la etiqueta y, en el momento en el que se permite poner que es de España solo con un 1% del producto, la trampa ya está hecha», manifiesta Caballero, quien, a continuación, matiza que «un profesional puede percibir los matices». «Si coges una gota y la mezclas con agua, si realmente es miel no debería disolverse fácilmente», argumenta. 

Para facilitar esta tarea, desde APA se ha puesto en marcha la marca Palencia miel de mieles, un distintivo para hacer más sencilla la tarea de reconocer aquellas que sean exclusivamente de la provincia. «Esta marca representa a Palencia y a cualquier apicultor que tenga aquí sus colmenas los 365 días del año. Hay profesionales que recogen aquí la mielada, pero no permanecen todo el ejercicio», detalla Caballero, antes de subrayar que «el objetivo es poner en valor  nuestra propia miel y luchar contra la invasión de la extranjera». La venta al público de los primeros tarros con este distintivo comenzó esta semana en el mercado de la miel instalado en el cubo de cristal (entre el palacio provincial y la plaza de abastos). 

FORMACIÓN EN EL SECTOR. El oficio de la apicultura «no es sencillo». Por ello, la formación es uno de los pilares dentro de la asociación. «No se pueden poner colmenas de hoy para mañana porque, si se te mueren en invierno, no has hecho ninguna labor buena».

Estas labores de aprendizaje «deben llevarse a cabo de forma continua», como apunta Caballero, y ponen su foco en el problema de la varroa, un ácaro que ataca a las abejas con la enfermedad de la varroasis. «Este parásito se adapta a los tratamientos que se hacen. Si lo controlamos, las abejas ya saben lo que tienen que hacer», concluye.