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Los españoles ya empiezan a fantasear con el verano y en sus merecidísimas vacaciones, con la esperanza de que el sol acompañe los días de descanso. Ahora resulta extraño que el mal tiempo acabe pillando por sorpresa a los veraneantes, aunque el comportamiento de la atmósfera es, en ocasiones, impredecible. Pero, ¿cómo se acaba con esta incertidumbre? ¿Hasta qué punto es fiable la información? ¿Cómo nos llega? 

Para responder a ello es necesario remontarse 60 años atrás, cuando Mariano Medina se convirtió en una referencia de la meteorología como el hombre del tiempo con una pizarra y una tiza. Hoy en día también hay mujeres del tiempo y, además, los mapas cobran vida en plató gracias a técnicas como la realidad aumentada.

La manera de explicar esta información ha evolucionado desde entonces y también desde que José Antonio Maldonado empezara a presentar -y lo hiciera durante 23 años- El tiempo en RTVE, pues «en los años 80 pintaba el mapa con un rotulador y luego lo pasaban a grafismo», cuenta en una entrevista.

Esta forma de hacer fue sustituida más tarde por el croma, técnica que extrae el color de una imagen y permite incrustar otra distinta en el mismo lugar, en un panel que en «generalmente era verde, por lo que no podías vestirte de ese color o solo saldrían en pantalla la cabeza y las manos».

De sus años en el ente público, además de «estar allí todo el día y dormir entre cuatro y cinco horas», recuerda anécdotas como cuando, estando en directo, «hubo un problema con el croma y tuve que señalar el mapa al tuntún».

El actual director de meteorología de Meteored destaca los cambios en la información meteorológica donde, a su juicio, «los medios digitales han dado un palo al tiempo y a la televisión a la vez, porque ahora coges el móvil y lo consultas, antes era impensable».

Para competir por la audiencia, las cadenas televisivas usan técnicas cada vez más innovadoras como la realidad aumentada, que superpone elementos virtuales sobre la visión real y así es posible, por ejemplo, «recrear el nivel de la reserva de agua mientras recorremos el mapa de España», relata el presentador de El Tiempo de Antena 3, Roberto Brasero.

humor y otros recursos. Además, para «ofrecer un escaparate atractivo» es necesario utilizar otros recursos, como el humor pues, aunque la meteorológica sea «una información seria, no es dramática y hay situaciones que piden bajar a la calle para retransmitir desde allí», como hizo, pala en mano, durante la nevada de Filomena.

Las predicciones también han mejorado gracias al uso de satélites, con los que «ahora vemos cómo llegan los frentes y las nubes cargadas de nieve». Brasero asegura que «los hombres del tiempo somos una especie de comunicadores medioambientales» y en el futuro «trataremos contenidos vez más amplios».

También hay mujeres del tiempo, como Carmen Corazzini. De origen italiano, recuerda que hace 14 años en su país todavía daba el parte un militar. Confirma que ahora no hace falta ser meteorólogo titulado para contar si hará sol o lloverá: basta con recibir un curso específico. El tiempo es «una información blanca que nos afecta a todos, por saber qué ropa ponernos, pero además para darnos cuenta de los fenómenos por el cambio climático», añade, algo que interesa sobre todo a las nuevas generaciones».