Una cita clásica en Guardo

DP
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La localidad norteña celebra este fin de semana la Feria del Camino Olvidado, en cuyo marco tiene lugar el Día del Libro

Una cita clásica en Guardo - Foto: DP

Guardo despide hoy la decimotercera edición de su Feria del Camino Olvidado, que desde el viernes tiene lugar en el parque Fuentes Carrionas de la localidad y que se complementó ayer con la celebración del Día del Libro. Así, se dieron cita editoriales, librerías y escritores para compartir con el público una mañana literaria en torno a una charla coloquio que amenizó Ensamble de Música Renacentista y Medieval.

Así, intervinieron Roberto Rodríguez Martínez (Mis amigos y otros animales. Andanzas de un naturalista de pueblo -un relato de las vivencias de su autor por los campos de Villapún-), Luis Miguel Morán Bregel ( en su novela Tiempos de sombras ha volcado sus experiencias como viajero), Julia F. Estrada (presentó su primera novela, Claroscuros), Javier Castrillo Salvador (quien suma a sus inquietudes literarias y musicales las histórico-arqueológicas) y Julio César Izquierdo (escritor y comunicador que suma a sus nueve obras anteriores su nuevo libro Tiburcio, un señor de pueblo).

Además de tener la oportunidad de adquirir las últimas novedades de los autores invitados, la participación de Aruz Ediciones y las librerías guardenses Liébana y Dacar  brindaron la oportunidad -por qué no- de regalar un libro a alguien especial.

Una cita clásica en GuardoUna cita clásica en Guardo - Foto: DPEl alcalde, Juan Jesús Blanco, acompañado por la concejala de Cultura, Mª José Estrada, responsable de la organización de la Feria, junto a integrantes del equipo de Gobierno y otros miembros de la corporación municipal, así como del diputado provincial de zona, Urbano Alonso, y el alcalde de la vecina localidad de Santibáñez de la Peña, Manuel Maza, procedieron el viernes -acompañados por los sonidos de las gaitas del grupo Tresboliyu- al simbólico corte de la cinta de acceso al recinto, donde se ha dado cita un importante número de expositores de diversos oficios, en la que ya es una cita tradicional en el verano guardense. 

Artesanía, alimentación (pan, empanadas, miel, conservas), hierbas medicinales, golosinas, jabones y cosmética conformaron la oferta, además de exhibiciones (de entibación, llevada a cabo por el Club de Entibadores Palentinos), música (entre otros del grupo guardense Filopaldis), talleres (arcilla polimérica y chapas -hoy-) y un espectáculo infantil.