Garciandía se compromete a luchar en favor de la vida humana

DP
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El nuevo obispo afirma que «sería precioso» recuperar la memoria del cerrateño Emilio Román

Garciandía se compromete a luchar en favor de la vida humana - Foto: Sara Muniosguren

Día de gozo y alegría en la Iglesia pelentina. El centésimo segundo obispo de la diócesis inicia su ministerio tras la ordenación episcopal y toma de posesión de la cátedra, que tuvo lugar ayer en la seo. Mikel Garciandía Goñi (21 de marzo de 1964 en Etxarri Aranatz, Navarra)  expresó durante su alocución, ya en los ritos finales de la celebración, su compromiso a «luchar en favor de la vida humana, especialmente, de todas las víctimas de los abusos de cualquier tipo en el seno de la Iglesia y en nuestra sociedad, por los más necesitados, por los enfermos, por los ancianos, por los que serán privados de su derecho a nacer», para añadir a renglón seguido que «los descartados por los que aboga nuestro Papa Francisco nos deben doler y movilizar de una manera tan vigorosa como creativa». 

El flamante obispo señaló, asimismo, que los retos de la fe cristiana, en este momento, «son nuevos, tanto en su manera de formularse como en su manera de presentarse», pero cree que «la novedad del Evangelio sigue siendo válida y vigente de cara a la realidad actual». «Confío en vosotros jóvenes y en cuantos estáis implicados en la pastoral vocacional», añadió.

Garciandía -que estuvo acompañado de familiares y amigos- mostró su alegría al incorporarse a una diócesis que «está en pleno proceso de articular una pastoral más orgánica desde los arciprestazgos y las unidades pastorales. «Gracias por dejarme participar de este plan pastoral y acoger que, a partir de ahora, lo coordine y lo lleve a la comunión, a la realización eclesial», manifestó, y añadió que le alegra presidir en el Señor a una comunidad que «anuncia el Evangelio, cuida la vida y celebra la fe».

El nuevo obispo se refirió  también a la «deuda de agradecimiento» por parte de la diócesis de Pamplona y Tudela  a la de Palencia, que «muchos de vosotros no conocéis», en referencia  a la figura del sacerdote de Villamuriel de Cerrato  y canónigo lectoral  Emilio  Román Torío. «Sería precioso recuperar la memoria de este hombre verdadero innovador de las ciencias bíblicas en España y en Europa y también uno de los principales impulsores del despertar de la doctrina social de Iglesia en la  diócesis de Pamplona», comentó. También hizo hincapié en que es importante que los creyentes y seguidores de Jesús abran puertas, derriben muros y «salgamos de nuestras trincheras y hagamos de la comunidad cristiana un hogar abierto y acogedor para todos», así como en que cada vez son más las comunidades cristianas «sumidas en la perplejidad y el desconcierto, necesitadas de retomar con vigor y esperanza la visión, el sueño, la causa de Jesucristo».

Garciandía entró a la  catedral por la «preciosa» puerta del Obispo, recién restaurada y quiso leer este hecho como un «símbolo» de este tiempo. «Necesitamos restaurar, como diría san Francisco de Asís, nuestra Iglesia y nuestro enorme y maravilloso patrimonio palentino. Pero no debemos resignarnos a hacer del arte, de las obras del pasado, una especie de tanatorio. Han de ser un verdadero paritorio, lugares para despertarnos de nuestra modorra cultural, y activar la búsqueda y el deseo de plenitud que toda persona lleva dentro». aseguró. 

Con la ordenación episcopal, Mikel Garciandía recibe una «nueva participación en los tres oficios de Cristo:  profeta, sacerdote y rey»,  manifestó el nuncio apostólico de su santidad en España,  Bernardito Auza. «En virtud de ellos has de ser predicador incansable del Evangelio del Señor, rigiendo y gobernando la iglesia particular de Palencia sin olvidar la actitud de servicio, que Jesús mismo siempre quiso tener al ejercer sus tareas. Una actitud que deberá acentuarse con respecto a los sacerdotes, ya que son ellos los colaboradores  primarios y como dice el Concillio Vaticano II próvidos cooperadores del orden episcopal», aseveró. «Te encomiendo de modo especial que dediques particular celo y empeño a la formación de los futuros sacerdotes», agregó, y alentó a todos a  mirar al nuevo obispo «procurando ver en él a Cristo el Buen Pastor».

En esta ceremonia, el ahora obispo emérito de Palencia, Manuel Herrero, dio la bienvenida   a Mikel Garciandía  a esta Iglesia que tiene mucha historia en la que hay «pecado y sobre todo gracia y misericordia del Señor», y «con muchos santos, San Francisco Fernández de Capillas, sacerdote dominico, primer mártir de China; san Rafael Arnáiz, monje trapense; san Manuel González, el obispo de los sagrarios abandonados; el Beato Anselmo Polanco, agustino, nacido en Buenavista de Valdavía, Obispo de Teruel y mártir y otros 150 beatos mártires de la persecución del siglo XX; el beato Mariano de la Mata, agustino misionero en Brasil, nacido en el Barrio de la Puebla», recordó.