Apartir de las cuatro de la tarde de hoy da comienzo el I Memorial Rodríguez Cal, Dacal, en el pabellón Mariano Haro de la capital palentina. Competición que se desarrollará hasta el próximo sábado todas las tardes, con entrada gratuita para todo el mundo. Todo gracias al esfuerzo de la delegación palentina de boxeo, con su presidente Carlos Encinas al frente, que ha sido capaz de lograr los ingresos para cubrir el presupuesto sin que los aficionados al boxeo en Palencia, que son muchos, tengan que pasarse por taquilla.
Y tiene mérito porque este Memorial Dacal es de alto novel. No se puede catalogar como una especie de preolímpico, pero sí contará con muchos púgiles que competirán en los Juegos Olímpicos de 2028 y, posiblemente, en los próximos de París en 2024. Tomarán parte las selecciones de Francia, Lituania, Gales, Hungría, Inglaterra, Bélgica, Rumanía, Ucrania, Escocia y España. Finalmente, se han caído del cartel Italia, Portugal y Turquía. Pero no está nada mal teniendo en cuenta que se trata de la primera edición. Una vez que se consolide en el calendario, será en torneo de referencia internacional y el deseo de la RFEB es que perdure en el tiempo y que tenga su sede en Palencia, como aseguraba ayer su presidente, Felipe Martínez. «Aquí nos sentimos como en casa, siempre nos han tratado muy bien, con una gran organización, mucho trabajo y el apoyo de Ayuntamiento y Diputación».
Rodríguez Cal no sólo fue una referencia del boxeo español en los años setenta, sino del deporte de nuestro país. Cuando España estaba en pañales en relación a otros países en el ámbito deportivo, el boxeador asturiano, fallecido el pasado año por el ELA, era una de las estrellas españolas. De hecho, fue el único que regresó con un metal, el de bronce, en los Juegos Olímpicos de Münich en 1972.Mariano Haro, otra leyenda, fue cuarto, a las puertas del pódium, en los 10.000 metros. «No sabía esa anécdota, pero es muy bonita. Dos estrellas del deporte por aquella época unidas de nuevo de forma simbólica al celebrarse un Memorial a nombre de uno de ellos y en un pabellón que lleva el nombre de otro», manifiesta Martínez.
La delegación palentina pidió el pabellón para la celebración de este evento, pero se le denegó para reservar el piso y poder entrenar el Zunder. Se le concedió el Mariano Haro. «Queríamos el pabellón porque era el mejor escenario para un acontecimiento de este relieve que va a traer a cientos de visitantes y que llenará tres hoteles durante esta semana, pero bueno, este otro es más reducido en aforo, más recogido y se podrá tener un ambiente más cálido», manifiesta Carlos Encinas. El ring se ha montado en dos días, gracias al trabajo desinteresado de cuarenta y cinco voluntarios. ¡Segundos fuera!