Un 50% más en indemnizaciones que en 2022

SPC
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El año que acaba de terminar eleva la siniestralidad en el campo a cotas inauditas debido a pedriscos, heladas, lluvias torrenciales y, sobre todo, una grave y persistente sequía que se ha prolongado durante dos campañas completas

Un 50% más en indemnizaciones que en 2022 - Foto: Javier Pozo

Se sabía que el balance en lo que se refiere a daños en el campo para 2023 iba a ser nefasto, pero las estimaciones -casi definitivas- que maneja Agroseguro alcanzan cotas nunca antes vistas y llegan a una previsión récord de indemnizaciones por parte del seguro agrario que superará los 1.200 millones de euros. Y ello a falta aún de contabilizar los sucesos de este mes de diciembre. La cifra supone ya un 48,7% más que el total de 2022, cuando se superaron todos los registros con 807 millones en pagos a agricultores y ganaderos damnificados. La superficie agrícola siniestrada hasta el pasado 30 de noviembre superaba los 3,4 millones de hectáreas del total de casi 17 millones de hectáreas de cultivo del campo español; es decir, un 20% de la Superficie Agraria Útil ha sufrido algún percance.

La crisis climática ha recrudecido las inclemencias meteorológicas, algo especialmente visible en las altas temperaturas, como demuestra que 2023 sea uno de los dos años más calurosos desde, al menos, 1961. La otra gran evidencia es la falta de precipitaciones, con un año hidrológico -1 de octubre 2022 al 30 de septiembre 2023- que dejó aproximadamente un 12% de lluvia menos de lo normal. Esta sequía es la culpable de la mayor siniestralidad del año en el campo español y supondrá más de 470 millones de euros en indemnizaciones, sobre todo en cultivos herbáceos (416 millones), pero también en uva de vino (29,9), olivar (12) y hortalizas (9,1), según datos de Agroseguro.

Y las tierras de cultivo que no acabaron siniestradas se vieron gravemente perjudicadas por este clima seco y de calor extremo, con hasta cuatro olas de calor durante el año y máximas por encima de 40 grados en gran parte del país, como demuestra la caída en la cosecha de la vendimia (-15 %). También es visible en el pobre desempeño que se espera del olivar, con una producción de aceite de oliva que se limitará a 765.300 toneladas, un 15% más que en la anterior campaña pero un 34% por debajo de la media de las últimas cuatro, lo que incide directamente en el incremento del precio al consumidor de este producto.

Pero no solo ha sido la sequía la causante de los daños. La inestabilidad climática de 2023 ha quedado patente también en la irrupción de eventos virulentos como la gota fría del pasado mes de septiembre, que trajo consigo lluvias torrenciales acompañadas de pedriscos y vientos de gran intensidad. El invierno estuvo marcado por varias heladas y el hecho de que haya sido un año tan seco no ha evitado que se declarasen siniestros en diferentes cultivos por pedrisco, inundaciones y lluvias persistentes.

«El cambio climático deriva en una alteración de las condiciones, donde se pueden dar circunstancias de tener sequía a la vez que inundaciones, incrementos de temperaturas y heladas potentes», explica el técnico de seguros de la organización agraria UPA, Javier Alejandre. De hecho, el pedrisco ha sido el segundo evento que más daño ha causado en 2023 al campo, con una estimación de indemnizaciones de casi 270 millones por siniestros en frutales, cítricos, herbáceos, uva de vino, hortalizas, caqui, olivar y uva de mesa. «Siempre ha existido el pedrisco, pero la novedad es que cada vez es más intenso y más destructivo, por la intensidad de la piedra, por el tamaño y por la duración en el tiempo», comenta Alejandre.

Las heladas supondrán más de 100 millones en indemnizaciones por daños en frutales, cítricos, uva de vino, frutos secos y hortalizas; mientras las lluvias obligarán al seguro al pago de, al menos, 83 millones por siniestros en los cultivos de ajo, hortalizas, cerezas, uva de mesa, frutas y cultivos industriales. Los vientos han causado daños en los cítricos, el caqui y el olivar hasta superar los 30 millones en indemnizaciones. El resto de pagos hasta completar el total estimado hasta ahora de unos 1.200 millones de euros se corresponden a los riesgos pecuarios que afectan a la actividad ganadera, así como a los que se derivan de daños por fauna silvestre e incendios.

Modificaciones.

«Yo esto lo entiendo en un contexto de cambio climático. El incremento de la inestabilidad para mí claramente tiene ese origen. Están cambiando las condiciones en las que los agricultores y los ganaderos desarrollamos nuestra actividad», expresa Alejandre. El experto indica que esta situación demuestra que el seguro agrario es «cada vez más imprescindible», pero aboga por que se le introduzcan modificaciones para evitar su «colapso» y que siga siendo asumible por los agricultores y ganaderos.

Una de sus propuestas pasa por diferenciar entre una «siniestralidad normal» y otra «extraordinaria» que pueda achacarse a las consecuencias del cambio climático y de cuyas indemnizaciones, por ser un fenómeno causado por la sociedad, en general, se encargue el Consorcio de Compensación y no el seguro agrario. Esta visión la comparte también la organización agraria COAG, que ha reclamado recientemente «sacar las indemnizaciones extraordinarias derivadas del cambio climático del seguro agrario, para que no repercuta en el precio de éste» y que estos riesgos los asuma el Consorcio.

 

Nuevo Plan.

El Consejo de Ministros ha aprobado el nuevo Plan de Seguros Agrarios Combinados, en el que se incluyen todas las líneas cuyo periodo de contratación se iniciará a lo largo del año 2024. El plan está dotado con una partida presupuestaria de 284,52 millones que se destinarán como subvención al pago de las primas, frente a los 317,7 que se emplearon para ese fin en 2023. Entre las medidas incorporadas en el nuevo Plan destaca la priorización del apoyo público a determinados colectivos que son fundamentales en la política agraria nacional, como son los jóvenes agricultores, los profesionales, las explotaciones prioritarias o los pertenecientes a una organización de productores. Estos colectivos tendrán ocho puntos porcentuales más de subvención, incremento que alcanzará los 18 puntos en el caso de los jóvenes agricultores.

Por otra parte, se reduce el apoyo a pólizas que presentan una elevada siniestralidad en sus resultados del seguro para fomentar, según el Ministerio, la adopción de medidas de adaptación por parte de los productores. El plan también incluye actuaciones para la revisión y el perfeccionamiento de las líneas de seguros, así como la realización de diversos estudios sobre nuevas coberturas en futuros planes de seguros.