Editorial

Revertir el descenso de la natalidad es la piedra de toque

Diario Palentino
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La falta de familias jóvenes con hijos menores conlleva la desaparición de servicios básicos muy importantes

Las cifras no engañan. Reflejan las enormes dificultades con las que se topan provincias como la palentina para revertir la acusada y permanente tendencia al descenso de la natalidad. En casos como este se agrava con otros dos datos preocupantes: el envejecimiento de la población y la despoblación del medio rural. Los pueblos registran una altísima media de edad y la ausencia de los jóvenes, que se ven impelidos a emigrar a la capital, a otras provincias y comunidades, incluso al extranjero, en busca de oportunidades formativas y sobre todo profesionales está dejando vacías muchas localidades. 

Esa falta de familias jóvenes con hijos menores conlleva, en demasiadas ocasiones, la desaparición de servicios tan importantes como los educativos y sanitarios. Si no hay niños en edad escolar, el colegio cierra, y los pocos que quedan tienen que acudir a uno comarcal o al de un pueblo más grande. Y si no hay botiquín, los vecinos han de ir al centro de su zona básica de salud. La desaparición de la farmacia, el cierre de los establecimientos comerciales y hosteleros, la ausencia de biblioteca por falta de usuarios, la escasez de propuesta culturales y de ocio y el riesgo que corre el patrimonio histórico-artístico se dan la mano y acaban por configurar pueblos semivacíos, con escasas o nulas oportunidades de negocio y de desarrollo profesional que, a lo sumo, albergan residencias sociosanitarias para sus mayores dependientes y los de otras localidades de la provincia. Es una visión desalentadora tanto a nivel político como social, que requiere soluciones o cuando menos medidas tendentes a paliar las pérdidas y a consolidar la población. Se aplican, ciertamente, pero no bastan para revertir la situación. 

 El año pasado la aportación del INSS en Palencia para bajas de maternidad y paternidad por nacimientos y adopciones sumó 8,7 millones de euros, un 0,46% más que el ejercicio anterior, pero ese aumento se debió a cuestiones legales y profesionales de los solicitantes, no al aumento de la natalidad. Esta fue la más baja de los cuatro últimos años. En 2020 hubo 919 nacimientos y se beneficiarion de la ayuda estatal 1.431 madres y padres; en 2021 descendió la cifra a 805 y las prestaciones a 1.263; y en 2022 fueron 833 los nacidos y 1.332 las prestaciones. En 2023, a falta de los datos de diciembre, hubo un descenso significativo hasta los 668 nacimientos. 

Existen además deducciones fiscales por natalidad, familia numerosa y cuidado de hijos que aplica la Junta de Castilla y León; muchos ayuntamientos dan una ayuda por nacimiento o adopción, que replica la Diputación, pero ninguna de esas medidas ha conseguido hasta ahora el aumento de natalidad. Es la piedra de toque que hay que mejorar.