Una caña a su salud

Rubén Abad
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Los hosteleros honran a su patrona con una extensa programación de la que hacen partícipes a sus clientes habituales • Conciertos, una comida de hermandad y actividades para los más pequeños, entre los actos del día

Son psicólogos, confidentes y compañeros en los buenos y en los malos momentos. Los camareros son unos profesionales que siempre atienden con un trato amable y cercano, en algunos casos incluso familiar, a sus clientes con la mejor de sus sonrisas.

Y lo hacen los días laborables, los domingos y los festivos. A primera hora de la mañana y también de madrugada. Ellos están constantemente al pie del cañón cuando el resto de sus paisanos están disfrutando de una tarde libre, un café a mediodía o unas copas al filo de la medianoche.

Para todos estos restauradores el de ayer fue un día especial, ya que por unas horas dejaron las bandejas, las comandas y el uniforme al otro lado de la barra del bar para celebrar la festividad de Santa Marta, patrona del gremio de la hostelería.

En Guardo los cohetes anunciaron desde bien temprano que uno de los sectores con más profesionales de la localidad minera estaba de fiesta, unos actos que se concentraron durante toda la jornada en la plaza de la Constitución y que arrancaron con un peculiar torneo de Fútbol en jaula en el que participaron ochenta personas.

Unos talleres infantiles, un pasacalles con la Charanga Cuatro Caños y una misa en la iglesia de San Juan dieron paso a una gran comida de hermandad a la que asistieron 250 hosteleros acompañados de sus familiares y amigos.

Ese fue el momento elegido para rendir homenaje a los compañeros de fatigas que se han jubilado en los últimos doce meses: Miguel Ángel Gonzalo, Javier Brejel y Ana Turienzo, que recibieron el calor de los suyos en este entrañable acto.

El matrimonio formado por Ana y Javier ha estado al frente del Central y el Dakota durante las dos últimas décadas. «Siempre he trabajado de cara al público, primero en mi propia tienda de ropa y después como recepcionista en un hotel antes de abrir nuestro negocio. Es algo que me apasiona», concretó ella.

Ahora que les ha llegado el turno de descansar, aprovecharon la oportunidad para agradecer la fidelidad de sus clientes y animaron al resto de restauradores «a no rendirse y a seguir tirando del carro para que  la hostelería se mantenga viva gracias a los grandes trabajadores que tiene Guardo».

Miguel espera cada año con entusiasmo la llegada de Santa Marta desde que comenzó a trabajar siendo aún un chaval. «Guardo ha cambiado mucho desde entonces, antes no había ni un hueco libre para echar la partida y ahora es complicado buscar a alguien con quien jugar», subrayó.

Tras una tarde plagada de actividades en la que se repartieron seiscientas raciones de chorizo y panceta, la música fue la protagonista de la noche con el concierto de Destrangis, el espectáculo de la Orquesta Colisieum y la actuación de un DJ.

En Cervera de Pisuerga también fue un día de fiesta para los camareros, que festejaron a su patrona con diferentes actos entre los que destacaron los castillos hinchables, un pasacalles por las principales arterias de la villa, el reparto de cientos de bollos preñados, un recital de Los Marceros y la animación de una discoteca móvil.