El presidente del Casino de Palencia, Evaristo Urraca Fernández, inició recientemente su tercer mandato al frente de la veteranísima entidad ubicada en los Cuatro Cantones (se fundó en 1862), sin necesidad de acudir a las urnas. Fue el único candidato, al igual que ocurrió tres años antes. No siempre fue así.Ocupa el cargo desde 2017, cuando se enfrentó a otros dos compañeros en unas elecciones internas. 

Explica que la última reunión de la junta se cerró con 910 socios divididos en tres categorías: honorarios, de número y nuevos, donde se incluye a todos aquellos que aún no acumulan cuatro años de afiliación. Comenta que la cifra es alta y en la actualidad existe una lista de espera para admitir a nuevos integrantes en una institución en la que trabajan dieciséis personas.

¿Por qué decidió presentarse de nuevo a la reelección?
Tanto yo como el resto de miembros que conforman la junta directiva somos gente que queremos al Casino, que trabajamos por él y que tenemos unos proyectos comunes que compartimos con los socios. Desde que soy presidente, los terceros martes de cada mes, oficialmente, recibimos a cualquier afiliado para que haga sugerencias o nos plantee alguna queja.

¿Qué balance hace del trienio 2020-2023? 
Durante la pandemia hicimos una limpieza y adecuamos las instalaciones del Casino. Son cuestiones que aprovechamos para llevar a cabo en ese momento porque en el día a día, al no cerrar, no podíamos hacerlo. Además, por ver la parte positiva, el período del coronavirus sirvió para sacar la revista del Casino en papel y poder llegar al cuarto de estar de todos los socios. Se trata de una publicación colaborativa en la que cualquier integrante de la institución; incluso, personas invitadas pueden escribir un texto con una limitación de unos 3.000 caracteres.Ya que no podíamos estar en la sede social por las restricciones, que fuera el Casino a sus casas.

La reapertura tras la covid-19 supuso el inicio de un goteo constante de alta de socios. Los espacios son los que son y hay gente que está a la espera de alguna baja para afiliarse a la institución.

¿La pandemia bloqueó todas las actividades del Casino? 
En la época más dura, sí. Cuando se pudo volver a salir, estaba abierto como centro social. Había que cumplir todas las medidas establecidas por ley. La hostelería por supuesto que estaba cerrada.

Miremos al futuro. ¿Qué aspiraciones tiene para este mandato que acaba de comenzar?
En principio, conservar lo valioso y reformar lo necesario. Es nuestro leitmotiv. ¿Qué significa? Ir caminando al paso de los tiempos y no desoír ninguna de las propuestas de los socios. Todas se estudian, se valoran y, las que se puedan hacer, se llevan a la realidad. Seguir con nuestro camino: que el Casino siga siendo un centro social de reunión, de juegos y de celebraciones.

Hace referencia a proyectos. ¿Podría citarme alguno? 
En relación con el edificio, se van a hacer unas obras de mantenimiento y se va a adecuar alguna sala. También continuaremos con las actividades culturales y sociales, como los pregones, las presentaciones de libros, las conferencias o los campeonatos de juegos.  Por otro lado, hemos comenzado con un concurso trimestral de microrrelatos que lleva el nombre de José MaríaRuiz, recientemente fallecido.

¿En qué estado de salud se encuentra la institución tras 161 años de vida? 
En lo que se refiere a los socios, muy bueno, al igual que a la hora de hablar de actividades. En el plano económico, bueno, sin mayor problema. Y, por último, en ilusión y esperanza, al 150%.

¿A qué se ha debido el rejuvenecimiento del Casino en los últimos años?
Al lado del bullicio se busca la tranquilidad y posiblemente ocupemos un espacio en el que conjugamos las dos cosas, desde fiestas y actos multitudinarios a tranquilidad y sosiego. 

¿Qué significa para usted presidir esta institución?
Para mí es todo un honor y un orgullo. Después de más de cuarenta años de socio, la vinculación con el Casino es dilatadísima en el tiempo y me permite ponerme al servicio de manera altruista tanto de los asociados como del mundo de la cultura o de las actividades sociales. 

Después de cuatro décadas de socio en el Casino capitalino podrá explicar qué le ha aportado a usted esta entidad
Un sitio de paz, tranquilidad, sosiego, relaciones personales, buen ambiente y camaradería.

¿Y a la ciudad?
Hoy por hoy no concibo la capital sin el Casino. Si no existiera, los 910 socios y sus familias tendrían que inventar otro casino. Es el colectivo más amplio de Palencia con vida durante los 365 días del año.

Por último, ¿qué recibe la institución de la capital?
La relación del Casino con las administraciones es magnífica y con el paisanaje de Palencia, también.Sin perjuicio, eso sí, de que pueda haber alguien que lo siga considerando un sitio elitista. Nosotros, como ya se ha dicho en más ocasiones, lo que exigimos es un bienestar y una educación para entrar. No somos ni elitistas en dinero ni en cultura.