Apenas un día después de que el Gobierno de Volodímir Zelenski asumiera que no le llegarán los prometidos cazas F-16 de sus aliados occidentales hasta, como pronto, el próximo año, Estados Unidos dio ayer luz verde para que Dinamarca y Países Bajos puedan enviar esos aviones, aunque todavía quedarán por delante varios meses hasta que lleguen a Kiev. Sin embargo, se trata de una buena noticia para Ucrania, que, pese a la necesidad de más proyectiles de artillería y de equipos de remoción de minas, sigue dando pasos adelante en su contraofensiva en el sur del país, donde se preparan para superar las defensas rusas en la parte meridional de la ex república soviética.
Las críticas de la víspera obligaron a los socios de Zelenski a mover ficha y, después de que Alemania anunciara un nuevo paquete de ayuda, EEUU dio el permiso a Copenhague y Ámsterdam, el Reino Unido se comprometió a fortalecer la defensa antiaérea ucraniana y la República Checa informó de su intención de suministrar a Kiev helicópteros de asalto Mi-24B de fabricación rusa, sin especificar la cantidad.
Un material que, sin duda, ayudará a Ucrania en su contraofensiva, teniendo en cuenta que los combates, según los expertos, están entrando en su «fase crítica» ahora que ambas partes han recurrido a todas sus reservas en la zona meridional.
La liberación de Urozhaine, en Donetsk, confirmada por Kiev el pasado miércoles, abre a las fuerzas locales el camino hacia Staromlynivka, un importante bastión de la línea principal de defensa de Moscú. Y la recuperación de esa localidad facilitaría, a su vez, el paso en dirección a Berdiansk, Mariúpol y Volnovaja.
También son importantes los avances en Novodarivka, en la región sureña de Zaporiyia, como parte de su esfuerzo por salir al mar de Azov y cortar el puente terrestre ruso a la anexionada Crimea.
Pese a todos estos logros, algunos aliados de Ucrania cuestionan la capacidad de las Fuerzas Armadas de Kiev de lograr cortar ese viaducto, principal objetivo de la contraofensiva.
Eso sí, los ataques contra Moscú continuaron con un nuevo dron lanzado desde el país vecino que fue derribado por Rusia y cuyos restos cayeron junto al pabellón de exposiciones sin causar daños.