Editorial

Apelar el 22 de diciembre a la Fortuna mejora la socialización

Diario Palentino
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Es difícil sustraerse a la tradición, a los reclamos, a los anuncios y a los ofrecimientos aunque no se sea aficionado a los juegos de azar

A la lotería de Navidad juegan los aficionados a los juegos de azar y los que no lo son. Los segundos se dejan tentar por una de las tradiciones españolas más arraigada, por los reclamos en administraciones, comercios, empresas y medios de comunicación. El anuncio oficial del sorteo, que cada año apela a la sensibilidad, al llamado 'espíritu navideño', a la lucha contra la soledad y al reencuentro, también tiene tirón. Pero, por encima de todo ello, para aficionados y para los que no lo son, pesa sobremanera el intercambio de décimos y participaciones con los compañeros de trabajo, con los clientes del local, con los allegados, con esos familares o amigos que están lejos, con los proveedores, con los vecinos, con los socios y hasta con los superiores. Se establece una especie de corriente continua que acaba convirtiéndose en red, una cadena que casi nadie se atreve a romper no vaya a ser que dé mala suerte. Y, así, la mañana de cada 22 de diciembre los ciudadanos de este país están pendientes de un sorteo extraordinario pertrechados con un puñado de números a la espera de que alguno de ellos sea el afortunado con alguno de los trece premios importantes, a ser posible, o con el consuelo de las pedreas, las centenas y los reintegros. Por mucho que quieran mostrarse indiferentes o que despotriquen contra la parafernalia que rodea al evento, pocos se sustraen al mismo.

Porque quizá no sea el que proporciones los premios más cuantiosos, pero sí es el que incluye más opciones y porque, además, siempre será el más repartido porque es el más compartido, de forma que la suerte individual, si la hay, lo será también de aquellos con quienes haya compartido el número. Al final, en provincias como Palencia, la esperanza acaba dando paso a la decepción. El año pasado fue una de las ocho en las que no cayó ni uno solo de los trece premios mayores -el primero, el segundo, el tercero, los dos cuartos y los ocho quintos-. Y en los años 2019 y 2021 fue la única de toda España que no rozó la fortuna ni de lejos. En toda la historia de este sorteo de Navidad, el Gordo solo ha visitado a los palentinos en cinco ocasiones, la última en 2013. Y estos datos, que podrían retraerles a la hora de comprar décimos para cada nuevo sorteo son, sin embargo, un acicate, convirtiendo a la provincia en la segunda en gasto por habitante, solo por detrás de Soria, que encabeza el ranking a una considerable distancia. La consignación de Apuestas y Loterías del Estado este 2023 para Navidad llega en Palencia a 1.123.020 décimos, un 6,6% más que el pasado año. De venderse todos, hablaríamos de más de 22 millones de euros gastados y de una media por palentino de 7 décimos, que en realidad son más ya que hay que restar a los menores de 18 años, a las personas muy mayores, a las afectadas por enfermedades neurodegenerativas, así como a algunos enfermos y pluridiscapacitados. Supone solo el 0,6% del gasto general, pero es una cifra considerable a título individual y provincial, sobre todo porque la población ha disminuido. ¡Que la suerte sea propicia!