Principios que atrapan y enganchan al archivo

Margarita Ausín Íñigo (*)
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Los nuevos desafíos que tiene la futura sociedad encajan con aquellos para los que fueron creados los registros que son fundamentalmente recoger, conservar, organizar y difundir la cultura

Principios que atrapan y enganchan al archivo - Foto: MARGARITA AUSÍN ÍÑIGO

Cuando se acercan a un archivo por primera vez un estudiante, un investigador o simplemente un curioso espectador, entran con la intriga de…¿qué es este lugar?, ¿aquí que hay?, ¿a qué se dedican los que aquí trabajan? 

Mientras se hacen estas preguntas, no saben, no se dan cuenta de que una pequeña fragancia, una sustancia mágica está suspendida en el aire que allí se respira. 

Es el olor del archivo, una misteriosa nebulosa que va impregnando a todos los que llegan, pero solamente algunos son conscientes, de que han sido atrapados, enganchados al misterio que se encierra entre esas paredes.

Principios que atrapan y enganchan al archivoPrincipios que atrapan y enganchan al archivo - Foto: MARGARITA AUSÍN ÍÑIGOEstos espacios que ocupan nuestros archivos y que a veces no son tan visibles al público como desearíamos, porque no tenemos un rótulo exterior que le identifique como al archivo Histórico Provincial de Palencia o se les reconozca porque están situados en lugares emblemáticos como el archivo Provincial de Palencia en el castillo de Fuentes de Valdepero, o el Archivo Diocesano de Palencia en el Obispado y el Archivo Catedralicio en la catedral; sino que otros ocupamos un lugar en el interior de edificios administrativos como el archivo Territorial de Palencia en la Delegación Territorial de la Junta o el archivo Municipal en la sede del Ayuntamiento.

En todos ellos sean más o menos conocidos por el gran público, se guarda la sabiduría, la cultura e incluso la vida de todos aquellos que nos han precedido y han creado la historia de nuestra ciudad o de nuestra provincia e incluso han traspasado las fronteras de ellas como la de nuestro historiador Ramón Carande, o nuestro insigne escultor Victorio Macho.

Este es el origen de los archivos: guardar, conservar y difundir el testimonio de nuestros antecesores, fruto de su actividad laboral bien sean notario, arquitecto, fotógrafo, escritor o desempeñen cualquier otra profesión, con el fin de que se impregnen de su legado los alumnos que vienen con su profesor del instituto a conocernos en la Semana Internacional de los Archivos o aquellos que se acercan en una visita cultural, o los universitarios que llegan a la sala de consulta para realizar algún trabajo de investigación para su fin de grado o de término del master, o quienes buscan documentos que les faciliten alguna gestión administrativa (búsqueda de testamentos, de proyectos de obras, de viviendas, de industrias, planos, fotografías, montes… etc).

Algunos visitantes primerizos, los más receptivosy observadores, muchas veces se convierten en investigadores emergentes, al quedar atrapados por ese «halo misterioso» que hemos dicho que envuelve al archivo, al intuir que en sus fondos se conservan documentos inéditos que pueden dar lugar a la elaboración de historias increíbles, fantásticas, llenas de talento y genialidad, basadas, eso sí, en hechos reales. La potencialidad que genera esta joven energía insufla en el archivo un aire renovador, una descarga de endorfinas mutuas entre los investigadores que buscan y los técnicos del archivo, que nos lleva a implicarnos intensamente en el rastreo y en la consecución del hilo conductor de aquellos documentos necesarios para que el estudio, se pueda llevar a cabo compartiendo el investigador, los técnicos del archivo e incluso otros investigadores que se encuentran en la misma sala, experiencias sobre las búsquedas documentales, sobre la bibliografía dedicada al tema e incluso aportando ideas sobre el asunto que se estudia, creando de esta manera un ambiente didáctico y cultural en el que el entusiasmo por resolver las dudas nos convierte a todos en parte de la investigación. 

«El archivo nos ha enganchado».  Este pequeño equipo de ayuda «enganchado» en el proceso de búsqueda y de colaboración pedagógica, nos ha llevado alguna vez al descubrimiento, por parte del investigador o de los propios técnicos del archivo, en el interior de las miles de cajas y de legajos que atesora la Institución, de algunos documentos de los que desconocíamos su existencia (por ejemplo algunas escrituras, contratos en los protocolos notariales, o los planos de edificios singulares dentro de los proyectos, cartas de recomendación para la realización de algunos trabajos o cartas de desesperación económica de particulares e incluso de alguna institución local…) lo que representa uno de los motivos principales del día a día del archivero, organizar, ayudar y compartir para descubrir nuevos documentos, nuevas materias y poder difundir nuevos conceptos.

El investigador o el incipiente usuario del archivo que quedó atrapado por él, suele continuar su periplo por otros archivos e incluso volver adonde se inició como «buscador de historias» para completar ese estudio que parecía acabado o incluso para iniciar otro nuevo y algunas veces para convertirse en el «cicerone» de un novato investigador al que ha relatado o ha contado las expectativas que puede hallar en ese lugar, creando otro adepto y otro atrapado al archivo. Porque aparte de buscar los datos que necesita lo que de verdad le atrae es la experiencia que se va adquiriendo en la búsqueda de documentos, las sensaciones que le despierta el haber enlazado varios datos con los que ha podido dar solución a un estudio sobre biografía, urbanismo, delimitación de tierras o en estos momentos los múltiples estudios que se están realizando  sobre el cambio climático y la falta de recursos hídricos, las bruscas variaciones de temperaturas y su consecuencia en el estiaje de ríos, arroyos y pozos…, o el rastreo de documentos sobre el instituto Alonso Berruguete de Palencia para poder realizar una escueta historia de los 50 años de su vida que ahora se celebran. Estas búsquedas se unen a los sentimientos de alegría y seguridad que crea el haber encontrado un dato fundamental para su estudio y sobretodo los recuerdos que generan este recorrido de compañerismo y ambiente cultural en el archivo.

LAS NUEVAS TÉCNICAS. En los últimos años las técnicas archivísticas han evolucionado del mismo modo que lo han hecho otras disciplinas en consonancia con los avances que se han producido en el mundo. Muchos documentos en papel se han transformado en documentos electrónicos, otros han pasado la información de sus fondos y el cuadro de clasificación a las páginas web https://archivosdecastillayleon.jcyl.es, mientras otros archivos han  digitalizados parte de sus fondos más relevantes para que puedan ser consultados como ocurre en el Portal de archivos Españoles (PARES) en la dirección https://pares.culturaydeporte.gob.es 

Estos nuevos valores y los nuevos desafíos que tienen la actual y la futura sociedad, encajan perfectamente con aquellos para los que fueron creados los archivos que son fundamentalmente recoger, conservar, organizar y difundir la cultura. Estos principios son los que atrapan y enganchan al archivo. Porque una vez que se ha comprendido el porqué de lo que se busca, con la mirada ya educada, es imposible sustraerse al atractivo que genera esta Institución: Un aviso, el riesgo de engancharse al archivo es muy grande.

Enganchémonos estos días a la celebración de la Semana Internacional de los archivos.

(*) Margarita Ausín Íñigo es archivera.