Editorial

De gazpachos

Juanma Terceño
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¿Sabían que el gazpacho también tiene su día marcado en el calendario? Pues sí, el Día Internacional del Gazpacho es el 21 de julio, la semana pasada

¿Sabían que el gazpacho también tiene su día marcado en el calendario? Pues sí, el Día Internacional del Gazpacho es el 21 de julio, la semana pasada. Qué curioso es que el gazpacho se conozca desde siglos antes de la importación desde América del tomate, su ingrediente estrella. Su origen se asocia a los romanos, que trajeron a la Península Ibérica el aceite de oliva, siendo sus ingredientes originales el aceite, el pan, agua, ajo y vinagre. El historiador gastronómico Fernando Rueda explica que el nombre gazpacho aparece escrito por primera vez en un diccionario de principios del siglo XVII, El Tesoro de la lengua castellana o española, de 1611, citado por Sebastián de Covarrubias como comida propia de segadores y gentes rústicas. De hecho, era una comida para recuperarse tras las jornadas laborales a la intemperie. Quizás fue el gazpacho la primera bebida energética, ahora que están tan en auge…

Sin duda es uno de los platos más asociados a nuestra gastronomía internacionalmente, especialmente a Andalucía, con multitud de variaciones para tomar tanto frío como caliente, aperitivo o primer plato veraniego estrella de nuestras mesas.

No confundamos gazpacho y salmorejo, que muchas veces vemos diferenciados únicamente por la textura, siendo más fluida la del gazpacho y más espesa la del salmorejo. El gazpacho lleva pepino y pimiento, menos ajo y pan, y el salmorejo lleva más pan, ajo y aceite. También la proporción de agua es mayor en el gazpacho, y las guarniciones son distintas; al gazpacho se le suele acompañar de cebolla, pimiento y tomate picados, y al salmorejo de huevo duro y virutas de jamón serrano. Era habitual en las cartas o menús de los restaurantes encontrar el gazpacho en verano y el salmorejo en invierno.

Hoy, aun confundidos entre gazpacho y salmorejo, hemos normalizado la aparición de gazpachos de melón, sandía, fresas, cerezas, mango o remolacha, y tantas son las versiones y adaptaciones que incluso Julia Moskin en el New York Times publicó la receta del mejor gazpacho, sin pan por cierto, para que los yanquis no se perdieran en versiones que, como a veces pasa con las pseudopaellas, dejan mucho que desear cuando acercamos la cuchara al paladar o lo bebemos directamente del recipiente.