CyL es la segunda comunidad más golpeada por la inflación

David Alonso
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Un estudio revela que los hogares con menor renta y en zonas rurales han sido los más afectados por el incremento de precios, que llegó al 9,2 el pasado año

CyL es la segunda comunidad más golpeada por la inflación - Foto: Rueda Villaverde

La economía de Castilla y León ha sido la segunda más afectada de toda España por las torsiones de la escalada inflacionaria de los últimos años, situación que se ha visto agravada por la despoblación que acucia a la Comunidad. El encarecimiento de los alimentos, la energía y los carburantes en la región durante el pasado año dejaron supuso el cuarenta por ciento del total del avance del IPC autonómico. Esto es diez puntos más que la Comunidad de Madrid o siete más que el País Vasco. El informe publicado por Funcas en sus «Cuadernos de información económica» revela como la inflación «ha perjudicado de forma más intensa a los hogares con menor capacidad económica» y a aquellos ubicados en zonas rurales. Solo Castilla-La Mancha se ha visto más impactada por esta problemática durante los últimos dos ejercicios.

Atendiendo a los números que Funcas pone sobre la mesa, Castilla y León vivió un incremento del coste de la vida del 9,2 por ciento en 2022 y del 4,63 por ciento en 2021. Cifras que sitúan a la Comunidad como la segunda y primera con mayor tasa inflacionaria del país respectivamente, pese a ocupar el décimo puesto en el ránking de renta nacional. Es decir, la asfixia del encarecimiento de los productos y servicios han estrangulado, más si cabe, a los hogares y empresas autonómicos en proporción a su nivel de renta.

El profesor de la Universidad Rey Juan Carlos y autor del informe, Desiderio Romero-Jordán explica que la clave radica en el peso diferente que tienen en cada hogar los grupos de gasto más afectados por la inflación: alimentos, energía, carburantes, y hostelería y restauración. «El peso agregado de estos cuatro grupos de bienes tiene un perfil claramente decreciente con el nivel de gasto de modo que el impacto de la inflación se relaciona inversamente con la capacidad de gasto de los hogares».

La alimentación experimentó el mayor incremento de precios de la Comunidad, que acaparan el 25,4% del avance del IPC durante el pasado año. Por detrás se sitúa la energía, que tiró para arriba un 8,7 por ciento, contenido por las diferentes medidas adoptadas por el Gobierno de España para hacer frente al descontrol inicial de los precios. Por detrás, los carburantes supusieron el 5,9 por ciento del encarecimiento del coste de la vida en Castilla y León, igualmente a pesar de los distintos incentivos aplicados desde Moncloa para frenar los costes. «El peso medio en la cesta de consumo de alimentos, energía y carburantes se encuentra por encima de la media nacional», insiste el autor del documento.

Todo ello deja un mordisco conjunto, solo de estos tres elementos, del cuarenta por ciento contra las huchas familiares y empresariales de la Comunidad. Solo el 43 por ciento de Castilla-La Mancha supera la cifra autonómica.
En 2022, reconoce Romero-Jornada, los hogares situados en el primer decil de gasto equivalente soportaron crecimientos de precios superiores, en media, al 10 por ciento interanual, mientras los ubicados en el último decil tuvieron una inflación inferior al ocho por ciento. O lo que es lo mismo, los que menos tienen sufrieron más los efectos que los más pudientes.