En  el Día Mundial sin Tabaco, la  Asociación Española contra el Cáncer (AECC) de Palencia y la Diputación reivindicaron Espacios sin humo en colaboración con los centros escolares de Villamuriel de Cerrato  Pradera de Aguilera y Gómez Manrique. Así, 65 alumnos, junto a sus profesores, participaron en una caminata entre dos espacios de los cuatro en los que  se respira aire puro -así lo atestiguan los carteles colocados en los  CEIP y en dos parques- que se desarrolló en un magnífico ambiente.

Una vez colocada la señalización, en la carpa de la AECC se instaló una mesa informativa con diferentes folletos y en donde se cambiaron cigarrillos por frutos secos y se ofertaron cursos gratuitos para dejar de fumar. Además se recogieron firmas para conseguir más espacios libres de humo y en «2030 tener una generación que no sufra los efectos del humo del tabaco», explicó la presidenta, Rosa Andrés Carbajal.

También instaló mesa informativa la AECC en la capital, a la altura del Monumento a la Mujer, donde -igualmente en el marco de la campaña a nivel europeo- se pudo firmar para lograr más espacios sin humo (en la ciudad lo es el parque Isla dos Aguas; también los hay en Ampudia y Paredes de Nava), según contó Valeria Sánchez-Nebreda Arias.  

Esta, que es la responsable de los cursos de deshabituación tabáquica de la sede palentina de la Asociación Española Contra el Cáncer, explicó que, dirigidos a la población general, tienen una duración de mes y medio, en sesiones semanales. Los cursos se convocan cada tres meses, son gratuitos y mediante un protocolo psicológico se dota a los participantes de estrategias eficaces en el proceso de deshabituación tabáquica. También se cuenta  con un médico que orienta en la medicación que pueda ayudar para dejar de fumar.

Sánchez-Nebreda Arias señaló que el pasado año hubo cinco grupos. En total 22 personas se beneficiaron de los cursos de deshabituación tabáquica.  En cuanto al porcentaje de éxito, manifestó que el 50% dejó de fumar y el 30% disminuyó el consumo de tabaco. «Se ve que funciona», afirmó, para añadir a renglón seguido que «siempre» recalca que para conseguir el objetivo, «la persona tiene que estar convencida de querer dejar de fumar, porque si va presionada el éxito se ve muy reducido».

En cuanto al perfil de los asistentes a los cursos de deshabituación tabáquica, la responsable de  los mismos dijo que la media de edad es de 50 años y que suele haber más mujeres que hombres. «Atraer a  los jóvenes es una idea que empezar a plantear, también es verdad que cada vez son menos los jóvenes que fuman pero hay que enfocar a ese sector de población», aseveró.  A juicio de Sánchez-Nebreda Arias, la población «cada vez está más concienciada de lo perjudicial que es el tabaco. Las campañas y días como este dan su fruto porque, aunque no seamos conscientes, estamos avanzando. Ahora avergüenza fumar, hay quien lo hace a escondidas, que la familia no lo sabe».