Mendoza, entre Agatha Christie y Mortadelo

José Oliva / EFE
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El autor aprovecha la libertad que le dio anunciar su retirada para escribir 'Tres enigmas para la Organización', una historia que lleva su sello: fina ironía y pinceladas de crítica social

El barcelonés se declara amante de la novela negra, género del que nunca falta un ejemplar en su mesilla de noche - Foto: Europa Press

El escritor barcelonés Eduardo Mendoza vuelve a las librerías, después de anunciar el pasado año su retirada, con Tres enigmas para la Organización (Seix Barral), una novela negra paródica coral que navega, entre Mortadelo y Filemón y clásicos del género como Agatha Christie, según reconoce él mismo.

El autor se confiesa un lector casi compulsivo de novela de misterio y espectador habitual de series policíacas: «Siempre tengo en la mesilla de noche una novela negra» y, aunque inicialmente no había caído en la cuenta, apunta que en su nuevo libro las similitudes de los personajes con Mortadelo y Filemón están presentes, como gran admirador de Francisco Ibáñez, que es: «Los dos hemos bebido en las mismas fuentes, los personajes de los cómics que nos gustaban tanto, los de Bruguera, el loco Carioco, la familia Cebolleta, de donde salieron no solo Mortadelo, sino también Rompetechos, el Botones Sacarino y también mis personajes».

Por la estructura narrativa, con una trama que va avanzando y que culmina con todos los personajes reunidos, la novela transpira la estructura de las de Agatha Christie, que un Mendoza escolar leía con fruición cada vez que caía enfermo en el colegio y tenía que quedarse en casa.

Ese bagaje y la educación sentimental, señala, están metidos en un rincón de su cabeza y asoma cada vez que escribe.

La novela gira en torno a los miembros de una organización gubernamental secreta creada durante el franquismo que deben investigar en la Barcelona de 2022 tres casos que aparentemente no están relacionados: la aparición de un muerto en un hotel de las Ramblas, la desaparición de un millonario británico en su yate y las singulares finanzas de Conservas Fernández.

En el texto, Mendoza desliza con su habitual ironía pinceladas críticas hacia la sociedad actual, ya sea el procés, la invasión turística, la permisividad de la prostitución o la idiotización a la que nos lleva la adicción al móvil.
Asegura el autor que el hecho de haber anunciado su retirada tras su última novela le concedió mucha libertad para escribir la actual: «Pensé que lo que escribiera después sería como esos cantantes que se retiran pero hacen giras de verano con toda la libertad, sin miedo a tener un gallo en directo».