Ningún día del año enfrenta a tanta gente a la muerte como la festividad de Todos los Santos, una jornada que se define por la emoción del reencuentro con los seres queridos fallecidos pero a la que también se puede medir en números. Las cifras dicen que este 2023 el camposanto de la capital registró un total de 414 inhumaciones, una cifra que sorprende porque en, como mínimo, la más baja desde 2014.

Dicho de otra forma, en la última década nunca se han llevado a cabo menos enterramientos en el cementerio de Nuestra Señora de los Ángeles. La cifra, como es lógico, está muy por debajo de los tres años anteriores, en los que la pandemia del coronavirus elevó la mortandad, lo que se dejó notar en el camposanto capitalino con 527 inhumaciones en 2022; 529, en 2021 y 499, en 2020. Pero es que la cifra sigue estando por debajo de años como 2019, en el que se enterraron a 440 personas; 2015, con 476 o 2017, con 478, según la estadística del Ayuntamiento.

Aún no hay datos suficientes para determinar si existe un cambio de tendencia o solo se trata de una cuestión puntual. Sí hay algunas pistas que pueden explicar qué ha ocurrido para que el número de inhumaciones se haya desplomado este año. 

En primer lugar, está el hecho de que somos menos. La capital ha pasado de tener 80.178 vecinos a 76.302; mientra que en la provincia  el padrón se ha reducido de 167.609 a 158.008 habitantes. A menos población, menos entierros es la primera conclusión.

Además, está el hecho de que, al menos en lo que va de año, el sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III (Isciii) contabiliza una caída de la mortandad. Este organismo ha registrado durante los primeros 10 meses del año 1.640 fallecimientos de palentinos, frente a los 1.911 contabilizados el año pasado, de forma que si el año pasado calculaba a estas alturas del año un exceso de mortandad en Palencia de 250 personas; en 2023 hay un déficit de 22 respecto a lo habitual. Segunda conclusión, este año, por los motivos que sean, está falleciendo menos gente.

Otra variable que puede explicar esta caída es social. Hay, en primer lugar, un cambio en las costumbres a la hora de dar sepultura a los fallecidos. Las inhumaciones de cenizas ganan terreno cada año a las de cuerpo presente y, según datos del sector, las primeras alcanzan ya en la provincia el 50% del total. Sin embargo, este año, solo en la capital, ese porcentaje se ha reducido al 29,7% porque de las 414 inhumaciones, solo 123 han sido de cenizas cuando el año pasado alcanzaron el 49,4%.

El descenso del número de inhumaciones este año puede deberse a que más familias hayan decidido custodiar las cenizas en casa, dejarlas en columbarios habilitados ya en tanatorios o esparcirlas para cumplir el último deseo del finado.

Los motivos de tal determinación pueden ser muchos y uno de ellos es el económico. Aunque el número de inhumaciones se ha reducido en 113 respecto al año antior, no lo ha hecho el de enterramientos en común, es decir, en las fosas comunes del camposanto.

Es cierto que estos espacios son el destino que el Ayuntamiento da a las personas sin hogar que fallecen en las calles palentinas a lo largo del año y cuyos cuerpos nadie reclama, pero también que el número de enterramientos en común aumenta siempre que irrumpe una crisis económica. El año pasado fueron un total de 13 y este han sido 11. En términos relativos, supone un ligero incremento respecto 2022.

Un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios cifra el precio medio de un funeral entre los 3.500 y los 6.500 euros, una cifra que no todo el mundo puede hacer frente, sobre todo cuando el fallecimiento del ser querido se produce de sorpresa. 

Al menos, el Ayuntamiento mantuvo congeladas las tasas este años, de forma que, en cuanto a las concesiones, cada metro cuadrado de terreno para panteones cuesta 459,80 euros y los terrenos para sepulturas de tres cuerpos sin revestir 800, o 1.400 si son dobles. En cuantro a las revestidas, las de cuatro cuerpos cuestan 4.254,45 euros y la de tres, 2.000. Cada nicho exige pagar una tasa de 745,20 euros y los columbarios, 660,65 euros.

Inhumar un cadáver exige el pago de una tasa de 64,5 euros y de restos o cenizas, 55. En cuanto a las exhumaciones, si es un cadáver, 258 euros, y si son cenizas, 81,4. El cambio de titularidad derechos funerarios necesita el pago de 69,74 euros.