Avalan la ley concursal para que las empresas sobrevivan

Alberto Abascal
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El presidente del Colegio de Economistas (Ecova), Juan Carlos de Margarida, pone en valor la figura del administrador concursal, al entender que «es una actividad de alto riesgo»

Avalan la ley concursal para que las empresas sobrevivan - Foto: BRÁGIMO (ICAL)

El decano del Colegio de abogados de Palencia, Santiago González, aseguró ayer que el aumento del número de concursos presentados por parte de personas físicas frente a empresas es una lectura que refleja la existencia de «un buen número de personas con deudas que no son capaces de asumir y que optan por esta vía para poder salir de la situación». «Y es que, el poder adquisitivo de las familias se ha trastocado al aumentar los costes diarios, añadió.

Las declaraciones de González Recio, que reconoció que la actual ley concursal «es el mejor instrumento existente actualmente para abordar crisis de este género, tuvieron lugar durante la jornada concursal Analizando el nuevo escenario tras la reforma, organizada de manera conjunta por el Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora (Ecova) y el Colegio de Abogados de Palencia en el salón de actos de la UNED, con la presencia de más de 60 profesionales.

Como ya publicó Diario Palentino, el número de concursos presentados en el primer semestre del año, contabilizando tanto los presentados en los Juzgados de lo Mercantil (en Palencia las competencias las tiene asumidas el Juzgado Número 1) como los de personas físicas registrados en los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción, ascendió a 22, una cantidad que ya se acerca a los 35 contabilizados durante 2021. 

Avalan la ley concursal para que las empresas sobrevivanAvalan la ley concursal para que las empresas sobrevivan - Foto: BRÁGIMO (ICAL)Esta tendencia también se dejó notar en Palencia, ya que, según los datos aportados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en la provincia se contabilizaron entre enero y junio un total de 15 procedimientos personales naturales no empresariales, mientras que se registraron siete de carácter societario. Hasta no hace mucho esta figura jurídica que no estaba siendo utilizada por las personas físicas y estaba prácticamente reservada para las entidades empresariales.

Se puede definir el concurso de acreedores como un instrumento que toda empresa o persona jurídica tiene para solventar una situación económica extraordinaria y de crisis. En concreto, se puede solicitar la declaración de concurso de acreedores cuando no se tiene la suficiente liquidez para cumplir las obligaciones adquiridas. Por tanto, está íntimamente relacionado con la falta de solvencia de los afectados. La reforma de la ley concursal aprobada recientemente tiene como objetivos garantizar que las empresas viables que se hallen en dificultades financieras tengan acceso a un procedimiento efectivo de reestructuración preventiva que les permita continuar su actividad, así como favorecer el procedimiento de segunda oportunidad, de forma que los empresarios o personas físicas insolventes puedan ver exoneradas sus deudas después de un período de tiempo razonable.

Con la reforma también se intentará incrementar la agilidad y eficiencia del procedimiento concursal, reduciendo, entre otros factores, su duración y también se crea un nuevo procedimiento especial para microempresas y autónomos, adaptado a sus necesidades y características.

INSOLVENCIAS. Por su parte, el presidente del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora (Ecova), Juan Carlos de Margarida, afirmó que la nueva ley concursal intenta sortear la «insolvencia de las empresas», porque es muy importante que «no llegue a la liquidación, por lo que el profesional concursal intenta que esa empresa sobreviva». Todo ello en un contexto de «una nueva crisis, con una inflación por encima de los dos dígitos, altos tipos de interés, problemas en los suministros energético y alimentario, así como un incremento continuado en sus costes», añadió.

De Margarida puso en valor la figura del administrador concursal, al entender que «es una actividad de alto riesgo, ya que tiene una serie de responsabilidades que, en muchos casos, no le son reconocidas; como la responsabilidad civil, tributaria o la penal, entre otras». «Cuando la economía va mal, las empresas suelen ir peor, lo que provoca una serie de desajustes en ellas que, sin un buen asesoramiento, se encuentran con unas dificultades bastante importantes». Señaló que existen una serie de variables que hacen que las empresas tengan «gran incertidumbre y una desestabilización», de la mano de la subida de los tipos de interés y del Euribor en las hipotecas variables, así como la diferencia del euro ante el dólar, dado que encarece las importaciones en los productos y en los componentes. 

Sin embargo, De Margarida trasladó que el ámbito concursal no tiene este impacto en el sector de la automoción, al estar acostumbrado a parar rápidamente las cadenas de producción, por lo que puede mantenerse con un parón.