Comuneros entre flores, convivencia y peticiones del barrio

J. Benito Iglesias
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El monumento en Pan y Guindas a Bravo, Padilla y Maldonado se llena de danzas, fiesta y reivindicaciones a los políticos presentes en la fiesta de homenaje

Comuneros entre flores, convivencia y peticiones del barrio - Foto: Óscar Navarro

Villalar ya no es lo que era y la fiesta, que va por barrios, se trasladó al de Pan y Guindas, en el que la asociación vecinal repite una ofrenda floral desde 2001 junto al monumento a los comuneros Bravo, Padilla y Maldonado. Solo se faltó a la cita dos años, uno por coincidir la efeméride de la histórica batalla castellana con Semana Santa, y el segundo, en 2020, debido a la pandemia. «También los alumnos del colegio que lleva el nombre del barrio hicieron, como es habitual desde hace años, una ofrenda en la estatua por la mañana y luego una pedrea de pan y quesillo para sumarse a la fiesta», indicó con orgullo María Rodríguez, presidenta de la  asociación de vecinos. «Son 19 años con  esta fiesta y tiene gran arraigo, aunque mucha gente te pregunte quiénes son los comuneros», señaló antes de dar paso a la actuación del Grupo de Danzas de Pan y Guindas, con 40 años de bagaje y relevo generacional entre jotas castellanas. Su integrante más veterana Soledad Pinto, de 76 años, no faltó a la cita.

Y después del baile llegó la ofrenda floral, que protagonizaron con sendos ramos el concejal del PSOE en el Ayuntamiento Álvaro Bilbao y el coordinador de IU de Castilla y León, Juan Gascón. También acudieron otros ediles del Consistorio capitalino e integrantes de las candidaturas municipales de PSOE, PP, Vox, Izquierda Unida-Podemos y ¡Vamos Palencia!

En el manifiesto comunero se aprovechó, en boca del vicepresidente de la Asociación de Pan y Guindas, Pedro González, -ya que el 28-M hay cita electoral- para recordar que  el barrio tiene varios asuntos sin resolver. A saber: aparcamiento, acerado y portada del frontón de La Ensenada; deficiencias de asfalto en la avenida Reyes Católicos; acera de hormigón y alcorques en la zona del lado de la vía férrea; alumbrado en el paso subterráneo de las Angelinas y zona de la iglesia; y bolardos para distintas calles. Más de 200 raciones de sopas de ajo sirvieron luego para pasar el trago reivindicativo vecinal.