El empoderamiento de la mujer tiene que llegar a la Iglesia

DP
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Nicolás Castellanos no entiende por qué la mujer no participa en las decisiones de la Iglesia, que "toman hombres y, además, mayores"

El empoderamiento de la mujer tiene que llegar a la Iglesia

Nicolás Castellanos, que el martes regresará a Bolivia, acaba de publicar un libro que dedica a Francisco, obispo de Roma, «con cariño, gratitud y admiración por sus señales proféticas y martiriales del Reino de Dios, Renovación en el Espíritu después del coronavirus. El 30 junio, por otra parte, finaliza la fecha de recepción de apoyos (fhn@hombresnuevos.org / 979 744257) a su candidatura a Nobel de la Paz, que cuenta con respaldos de Bolivia, Brasil, España, Italia, Francia y Portugal, entre otros países. 

La crisis sanitaria por el coronaviris invita a la reflexión,  algo que usted ha hecho en formato de libro

Efectivamente, ha sido un palo, un golpe fuerte en todas partes. Si aquí es como es, imagínese en Bolivia. Hay muchas pandemias, los que vivimos en el Sur conocemos la del hambre,  que en Bolivia haya casi medio millón de niños sin escuela,  niños que  bajan a las minas a trabajar, que cada año mueran 14.000 niños y niñas por causas evitables. Hay muchas pandemias y, lógicamente, los que estamos implicados en crear una sociedad del bienestar para todos tenemos que reflexinar, porque no cabe duda de que hoy vivimos mucho mejor que antes, pero no todos;no tenemos un mundo habitable y hay que pensar, porque para mí la pandemia ha dejado una cosa clara,  y es que todos somos juntos,  que tenemos que caminar juntos, que tenemos que resistir juntos. Es decir, que la vida no tiene sentido, y eso lo remarca mucho el Papa Francisco, sin la fraternidad.  Si hay fraternidad todos somos hermanos, todos somos iguales. Yo, por ejemplo, vivo en Bolivia, que es el país de mayor desigualdad social de América Latina después de Haití. Todo eso  nos lleva a reflexionar cómo construimos una sociedad sobre la igualdad, sobre la justicia  y una mejor distribución de los bienes de la naturaleza de la Tierra, que son para todos, no para un grupo de privilegiados.

El título ya dice bastante, habla de  renovación en el espíritu

Vengo a hacer una llamada  a que tenemos que descubrir  que lo fundamental en la vida es el amor, la  solidaridad, el compartir. Es ir creando todos juntos, en vez de tanta contienda política centrarnos más en buscar el bien común.  Y esa es la clave, y yo,  lógicamente, lo hago desde la mística de la humanidad y también desde la mística de Jesús de Nazaret. Jesús se dedicó solo a cosas humanas; rezaba mucho por las noches, pero curaba enfermos, daba de comer al que no tenía, cuidaba las relaciones humanas para una excelente convivencia. Yo me  meto en la mística de la humanidad, lo que es la persona humana, el humanismo,  la solidaridad y también la mística de Jesús de Nazaret, fundada en sus dichos y en sus hechos.

En este libro también aboga por que la mujer tenga capacidad de decidir en la Iglesia

La mujer en la Iglesia está marginada. No entiendo por qué no participa en las decisiones, que toman  hombres y, además, mayores. Creo que hay que superar eso e ir a la igualdad de género, que el hombre y mujer sean iguales, como lo hizo Jesús en el Evangelio, que nunca discriminó a una mujer ni tuvo un reproche. Ese empoderamiento femenino hay que integrarlo en la Iglesia. El mismo Papa ha dicho que qué sería de la Iglesia si las mujeres se borrasen.  Musulmanes e Iglesia Católica no podemos seguir marginando a la mujer, esta tiene que participar en todas las decisiones. El Papa está dando ya pasos, y acaba de nombrar una subsecretaria del Sínodo de Obispos con voz y voto, la primera en tenerlo. Ya es un paso, pero indiscutiblemente hay dar pasos más significativos, más fuertes, de tal manera que la mujer sea valorada y tenida en cuenta en las decisiones, en la vida, en todo, como un hermano más. El ejemplo nos lo de dejó Jesús y hay que seguirlo sí o sí. Cuando era obispo de Palencia, lo escribí, lo defendí. La mejor manera de que la mujer se integrase en igualdad en la Iglesia era haber nombrado -vivía entonces-, a Teresa de Calcuta cardenal. Era una mujer aceptada por todo el mundo,  pero el obispo Palencia se ve que tiene poco eco y resonancia en la Iglesia española y mucho menos en la mundial. Defendía que Teresa de Calcuta hubiera sido nombrada cardenal y es la manera de entrar la mujer por la puerta grande en la Iglesia. Un ejemplo  bien claro, y eso sería en todo. 

Este habrá sido un año complicado para  los proyectos de la Fundación Hombres Nuevos

Con motivo de la pandemia hemos hecho una revisión profunda. Las ayudas que llegaban del Norte han disminuidodrásticamente,  así que estamos   viendo la manera de cómo autofinanciarnos y,  al mismo tiempo, no hemos bajado la guardia. Hay un parque natural maravilloso, Noel Kempff Mercado, donde los alumnos terminan el Bachillerato y todos tienen que salir porque llí no hay ningún instituto técnico superior ni ninguna facultad, por lo que Hombres Nuevos está elaborado un proyecto para montar un centro donde haya agropecuaria, forestal, salud, informática, metal-mecánica, y los jóvenes puedan formarse y seguir viviendo allí . Otro proyecto beneficiará a las comunidades indígenas chimanes, que están totalmente abandonados en una zona que durante nueve meses  se inunda todo y  no pueden salir, así que queremos hacer una escuela-internado. También estamos con una casa de acogida para mujeres migrantes y maltratadas, y es que  Santa Cruz recoge todas las pobrezas del país, es la ciudad más grande, la más próspera,  la que tiene más comercio, más posibilidades de vida.  Son tres grandes proyectos en  los  que trabajamos de cara a poder empezar a lo largo del año.

En cuanto puede, no duda en aprovechar para pasar unos días en Palencia

Hacía dos años que no venía porque la pandemia lo impedía.  Ahora todavía los vuelos no están regularizados.  Venir a Palencia me encanta. Mis raíces están aquí y en León,  y espero que en el futuro esto se vaya regularizando y  podamos hacerlo, que es una manera, aparte del sentido de amistad, familiar, afectividad,  de tomar contacto para seguir financiando proyectos, que allí son imprescindibles y vitales. 

Tiene 86 años y una vitalidad envidiable, ¿cuál es el secreto?

Esa pregunta me la hacen mucho allí. Recuerdo que tenía 74 años y cuando se muere alguien llaman al padrecito para que le eche el agüita. Iba con una señora y le pregunto qué edad tenía el finado, me responde que ya era muy mayor,   52.  Entonces yo, ¿ qué  soy?, dije.  Para esa pregunta tengo una respuesta clara y evidente: dos cosas, trabajar y rezar.  Esa es mi fórmula mágica. Gracias a Dios  gozo de buena salud, es un regalo del Señor. Sigo trabajando, a un ritmo menor. He ido dejando todas las responsabilidades, aunque sigo apoyando y moviéndome, pero a un ritmo más lento. Una cosa que yo busqué  desde el primer momento fue que el proyecto fuera boliviano. Hace quince años que está regido y funciona netamente con gente boliviana que hemos preparado.

¿Qué destacaría del  trabajo de  Hombres Nuevos?

Ha hecho más de cien escuelas y  la única Facultad de Teatro de  todo Bolivia, hoy con prestigio internacional. Todo lo que hacemos es social; por ejemplo, es una maravilla que allí, en el Plan 3000,  tengamos una escuela con 200 alumnos que cobra unos 20 euros al mes y da clases todos los días cuando en las escuelas de música del centro de la ciudad cobran 100  y solo tienen dos días a la semana. La Ciudad de la Alegría va a ser pronto una universidad, con tres facultades, Medicina, Farmacia y Enfermería.Lo hacen unos médicos y va  suponer para el proyecto 7.500 dólares, con lo cual tenemos ya una fuente de financiación importante. Hay que esta  siempre con la creatividad funcionando. 

¿Qué le parece que se promueva su candidatura a Premio Nobel de  la Paz?

Agradezco la adhesión de tanta gente, pero estoy convencido de que no me lo van a dar.  Si  se consiguiera, fenomenal,  porque es una  ayuda económica muy buena para seguir haciendo proyectos, porque las necesidades son totales.