El sur de CyL, en riesgo de acabar el siglo con clima africano

David Alonso
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Castilla y León se adentra en la segunda gran anomalía térmica del año, con valores propios de julio, algo que el último informe de la ONU alerta que podría ser una constante en la región en solo 50 años

Un trabajador se refresca en Burgos durante una de las olas de calor del pasado verano. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Castilla y León y el resto de España estrenan hoy la segunda gran anomalía térmica en lo que va de año. Los termómetros escalarán a temperaturas propias del julio y el mercurio superará los treinta grados. Una excepción que podría convertirse en norma a finales de este siglo, ya que buena parte del sur de la Comunidad corre el riesgo de decir adiós al clima mediterráneo actual para dejar paso a uno de carácter desértico. Así al menos lo establece el último informe del Grupo de Trabajo II del Grupo Intergubernamental de Expertos de Cambio Climático de la ONU (IPCC), que alerta de las consecuencias térmicas, ambientales y sociales que puede sufrir Castilla y León durante el último cuarto de este siglo. Las predicciones adivinan la expansión del clima desértico del norte de África al centro y sureste peninsular, expulsando casi definitivamente el clima oceánico del norte de España.

Castilla y León no será ajena y todo el sur autonómico se verá devorado por un clima extremadamente seco y caluroso entre el año 2076 y 2100 si se cumplen estas previsiones. De hecho, el documento no oculta que el calor extremo será «una gran amenaza» para la biodiversidad. El visor del Ministerio de Transición Ecológica AdapteCCa ratifica este asfixiante futuro en la Comunidad, con casi el doble de noches cálidas a finales de siglo que actualmente y máximas de 42 grados de media. Apunta igualmente a la tendencia vivida el pasado verano con las olas de calor, pasando de una media de entre 10 y 15 días actuales, a casi 25 dentro de medio siglo. En contraposición, las jornadas de lluvia caerían desde las 100-160 actuales, a casi la mitad, agravando los problemas de sequía.

Impacto en la agricultura

El sur de CyL, en riesgo de acabar el siglo con clima africanoEl sur de CyL, en riesgo de acabar el siglo con clima africano - Foto: Oficina Española de Cambio Climático

En línea con esto, el texto también pone el foco en uno de los sectores económicos clave para la Comunidad como el agrario y recuerda que las pérdidas de cosechas por la sequía como la que actualmente azota al campo se han triplicado en los últimos 50 años, y avisa que esta cifra «seguirá aumentando» con el calentamiento continuado. «Esto conlleva una limitación en la posibilidad de usar el regadío para la agricultura».

Uno de los participantes en el documento, el profesor de Biología e investigador del CREAF, Jofre Carnicer, señala en este sentido que por cada grado que aumente la temperatura las lluvias se reducirán un cuatro por ciento. Estimación que el experto sostiene que se traducirá en mermas de las precipitaciones que podrían alcanzar el 20 por ciento en el peor de los escenarios.

«Para el último tercio del presente siglo y en un escenario de calentamiento global de cuatro grados, el clima desértico y semiárido de tipo cálido se extiende por la mitad oriental de la península ibérica mientras que el clima mediterráneo se expande hacia el norte hasta ocupar la mayor parte de la cornisa cantábrica», resumen en el informe. Todas estas variaciones climáticas, con tendencias más cálidas y secas elevarán igualmente el riesgo de incendios forestales, algo que Castilla y León ya vivió en sus propias carnes el pasado verano, con una explosión de fuegos de nueva generación que superaban toda capacidad de extinción. 

¿Es reversible?

Desde la organización ecologista Greenpeace insisten en que esta década es «clave» para poder revertir este futuro y doblegar estas predicciones. «Disponemos de todas las herramientas necesarias para reducir al menos a la mitad las emisiones mundiales de aquí a 2030», añaden, y mandan un mensaje de cierto optimismo: «todavía existen opciones para asegurar un futuro habitable y sostenible, pero lograrlo es cada vez más difícil, la ventana de oportunidad se está cerrando rápidamente».