«No me he dado cuenta»

O. Herrero
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La velocidad es uno de los aspectos que se vigilan estos días con especial celo • Los 'cazados' ni critican ni dudan de su infracción

Un agente explica a un infractor la razón de la detención del vehículo. - Foto: Oscar Navarro

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 Desde el coche del radar se controla la velocidad en un tramo limitado a 70 km/h en la gasolinera de Villoldo. /o. Navarro
Desde el coche del radar se controla la velocidad en un tramo limitado a 70 km/h en la gasolinera de Villoldo. /o. Navarro - Foto: Óscar Navarro
 Desde el coche del radar se controla la velocidad en un tramo limitado a 70 km/h en la gasolinera de Villoldo.
Desde el coche del radar se controla la velocidad en un tramo limitado a 70 km/h en la gasolinera de Villoldo. - Foto: Óscar Navarro

 
Kilómetro 25 de la CL-615. Diez de la mañana. La pareja formada por los guardias civiles Jesús y Javier (operador) vigila el cumplimiento de la limitación de velocidad en este punto. Es su segunda ubicación de la mañana. Desde prácticamente el amanecer han estado apostados en otro punto de esta carretera, con limitación genérica (100 km/h), pero ahora se encuentran en una zona de 70. Se trata de una recta. La de la gasolinera de Villoldo. Pero no es un tramo normal. «Antes no había limitación y tuvimos varios accidentes. Desde la limitación (hace unos  años), ninguno. La gente que va hacia Palencia y quiere entrar en el surtidor se para si en sentido contrario hay circulación», con el consiguiente peligro por alcance, explica Jesús al lado del coche camuflado. «No dirán que nos escondemos, que estamos bien a la vista», subraya.
Dentro del coche, su compañero, uno de los siete operadores de Palencia, afirma que lo hacen así porque «lo importante no es multar, sino que la gente no corra». En la hora en la que permanecen allí,  seis conductores superan los 70 kilómetros por hora, más el margen de error. 
Cada uno de estos pasos es anunciado por el dispositivo por un pitido. 
-«¿Me escuchais? Mercedes blanco antiguo, matrícula (-): 94 km/h».                 
-«Recibido». 
A un kilómetro y medio hacia  Palencia, está la pareja formada por Óscar y José Luis. «No tiene por qué ser así, pero preferimos notificar en el momento. Más que nada por los puntos, que no metan a la abuela.  El problema es que así quien da la cara allí son mis compañeros», explica Javier. 
 
Notificación. Aunque el fogonazo del flash da pistas, las malas noticias llegan  junto al coche oficial. «Pare y aparque ahí», pide Óscar a uno de los sancionados, mientras José Luis le protege. «Como compruebas, los que tardan más en reaccionar o no se apartan, son personas mayores. Antes uno se me ha parado en medio de la carretera», manifiesta Óscar. «En una carretera es más fácil y menos peligroso parar a mano alzada, pero hasta hace no mucho lo hacíamos también en la autovía, y más de una vez nos tocó saltar a la mediana», recuerda esta pareja de agentes ya veteranos. 
 
«No me he dado cuenta». Diario Palentino habla con algunos de los conductores que son sancionados. La resignación es la tónica. «No me he dado cuenta de la señal ¿Dónde está? ¿Antes de la gasolinera? Pues bajo bastante a Palencia y no lo sabía», afirma uno de ellos. «Y me quitarán puntos y todo...». Pero no, ninguno de los sancionados los perdió. Sólo dinero. 100 euros o 50 por pronto pago. «Vamos a Salamanca a un balneario... ¿Qué le vamos a hacer? No me he dado cuenta. Nos saldrá un poco más caro el viaje», asume una pareja de palentinos. Nadie discute. «Le puede pasar a cualquiera. Esta vez ha sido a mí. No me he dado cuenta. Viajo trabajando y no me he fijado. Dicen que iba rápido. No puedes decir nada», reconoce otro. Y es que aunque algunos conductores niegan la mayor cuando les acusan de usar el móvil, («a veces les hacemos hasta fotos»), muy pocos dudan del radar. «Si lo hacen les enseñamos la foto».
Ayer, ellos cuatro  controlaban la velocidad en esta vía. «Lo hacemos habitualmente, pero en campañas especiales como ésta, con más intensidad en este tipo de vías», apunta Javier. «Pero hay otras patrullas en otras partes de la provincia vigilando que se cumpla la seguridad. Unas siete u ocho parejas», señala Óscar.