Carrión de los Condes entró de lleno en la celebración de la Semana Santa con el pregón de Ana Acero, que tiró de memoria para traer al presente sus recuerdos vinculados a la Pasión y la ermita de la Cruz de la localidad, la sede de la cofradía del mismo nombre que tenía una vivienda donde ella residió en dos etapas de su vida.
La cita, que tuvo lugar ayer en la iglesia del monasterio de Santa Clara, arrancó con los compases de la marcha Cruz de Carrión, de José Manuel Lechuga González, y contó con la presencia de autoridades, hermanos de las diferentes cofradías del municipio y vecinos, a muchos de los cuales se les vinieron a la cabeza escenas y personajes relacionados con su vida mientras la pregonera leía su texto, que dedicó a «un hombre que fue mi referente en mi vida», su padre Urbano Acero, que ocupó el cargo de ochavín (la persona que cuida el edificio religioso y las tallas), al igual que hizo antes su abuelo, Antonio Fernández.
Acero, que aseguró «es un orgullo y un honor» pregonar estas fiestas, comenzó la intervención narrando su llegada a la ermita de laCruz en 1972 de la mano de sus padres para quedarse allí a vivir y explicando el estado en el que se encontraba el edificio, que ha cambiado mucho con el paso de los años. «Las imágenes estaban todas en sus altares», añadió la pregonera. Entre los recuerdos que nunca olvidará, citó el día en el que vio «una escena horrorosa, La Dolorosa caída de bruces en el suelo».
Asimismo, rememoró los preparativos de la Semana Santa de aquellos años, con el reparto de misivas a los cofrades, la colocación de las tallas en las andas, la limpieza de las esculturas que desfilan por las calles de Carrión, así como la propia sede de la cofradía.«En esos días toda la familia y vecinos arrimaban el hombro y se reunían para echar una mano tías, primas y nosotros, claro está, que cuando acabábamos los deberes del cole allí estábamos todos como un clavo», evocó. Entre párrafo y párrafo, Acero fue recordando a cofrades fallecidos.
Después pasó a las celebraciones más destacadas de la Pasión, que comenzaban con la subasta. De las procesiones destacó «la pericia de los cofrades para bajar o subir el descendimiento» y «las batallas que teníamos los niños con las horquillas, pues todos queríamos una para que luego los portadores de los pasos nos dieran la propina». Además, dejó espacio para las colaciones en las que autoridades y cofrades tomaban limonada y saladillas. «Algún Viernes Santo había almendras garrapiñadas», remachó.
La pregonera hizo un salto temporal hasta los años 90, cuando volvió a residir en una renovada ermita de la Cruz. «En unos diez años sufrió un gran cambio», manifestó Acero antes de detenerse en las intervenciones en el edificio, en los cambios en las procesiones hasta la actualidad y el creciente papel de las mujeres en laSemana Santa y en la cofradía de la Vera Cruz. Recordó que a finales de los 80 «sentó precedente Alicia Molina, que se armó de valor y cargó con el Cristo Crucificado», que posteriormente «también se empezó a dar voz a pregoneras» y que en 2003 volvieron a formar parte de la cofradía. Completó esta sección citando que su madre, Mari Fernández, es en la actualidad la ochavina de la principal entidad organizadora de los actos de la Semana Santa de Carrión de los Condes, y dando las gracias a los asistentes.
La cita del Sábado de Pasión por la tarde se completó con una actuación musical de la Coral Carrionesa. Hoy, Domingo deRamos, los actos comenzarán a las 12 de la mañana en la iglesia de Santa María, con la bendición de los ramos y las palmas. A continuación, arrancará la procesión de la Entrada Triunfal hasta el templo de San Andrés, donde tendrá lugar la misa. La mañana festiva se cerrará con la subasta de los brazos de los pasos que desfilarán los días sucesivos y los atributos de la Pasión en el salón de la ermita de la Cruz.