Hace más de tres años, la pandemia provocada por la covid-19 llegó para cambiar el panorama. El coronavirus afectó a todos los sectores y el deporte no fue ajeno al cambio. Tampoco en particular el balonmano. Las competiciones quedaron temporalmente suspendidas y la vuelta al ruedo se produjo de manera paulatina.

Con ese caldo de cultivo se formó el Club Balonmano Odisea, que hace escasas semanas cumplía dos años. «Cuando llegó la pandemia, hubo un grupo de personas que decidimos dejar de hacer balonmano. Cuando terminó, varios amigos empezamos a pensar si construíamos un club. Al final dimos el paso y lo creamos. Lo primero fue describirnos. Nosotros tenemos unos principios y unos valores claros. Buscamos que todo aquel que quiera jugar a balonmano en Palencia pueda hacerlo y tenga una buena experiencia», sostenía Ramón Juan Lanchares, presidente de la entidad.

Reflejar una serie de valores como líneas maestras del club fue una de las primeras tareas del mismo. Y es que eso es lo más importante para el Club Balonmano Odisea. «Si los jugadores demuestran esfuerzo y compromiso en los entrenamientos van a jugar al menos la mitad de los minutos en los partidos. Vayamos ganando o perdiendo. A estas edades no valoramos el talento deportivo como tal, sino el sacrificio y la implicación», comentaba Juan Lanchares.

BM Odisea, los valores por encima de todo - Foto: Juan MelladoTras soplar las dos primeras velas, el Club Balonmano Odisea hace la siguiente valoración del camino recorrido hasta la actualidad. «Es muy positiva. Lo difícil fue arrancar. Tenemos la ilusión de continuar, viendo que el club ha calado en un huequecito de la sociedad palentina. ¿Qué nos deparará el futuro? Ni idea. Pero merece la pena seguir, porque desde el primer día hemos visto a nuestros jugadores con una sonrisa en la cara. Con eso nos vale», afirmaba el presidente.

Ahora mismo, en el presente, el club cuenta con unos 150 niños en su escuela, aunque la previsión para la temporada que viene es optimista. El BM Odisea está seguro de que aumentará sus filas. La cantera se divide en tres secciones. La primera, la Escuelita, que abarca las edades comprendidas entre los dos y los cuatro años. Son equipos de iniciación, en los que los padres acuden con los niños a los entrenamientos. Un modelo basado en la manera de funcionar en Noruega, después de que el club estudiase cómo se actuaba en el país con mayor porcentaje de jóvenes deportistas. De esta forma, los más pequeños juegan acompañados de sus padres en sus primeros años.

En segundo lugar, la sección Colegio aglutina a los pequeños de entre cinco y 12 años, es decir, los que se encuentran en la etapa escolar. El BM Odisea tiene equipos con distintos centros, como el Padre Claret, el Ave María, el Jorge Manrique o el Campos de Castilla de Grijota.

Y, por último, los equipos de Liceo. El club cuenta con tres conjuntos federados, el infantil femenino, el masculino y el cadete femenino. Además, también posee un cuadro plus, integrado por jóvenes que, por edad, no podían jugar en ninguno de esos equipos pero querían jugar a balonmano.

EQUIPO TEA. Incluso el club cuenta, gracias a la colaboración con el Padre Claret, con un equipo TEA (trastorno del espectro autista), favoreciendo su integración en el deporte.

Como quien dice, el Odisea acaba de nacer. Con un presente asentado y un futuro por escribir, el club mira hacia adelante con ilusión. Y con los valores por delante.