Mendilíbar ante el espejo

Diego Izco (SPC)
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El técnico de 62 años se sienta en el Sevilla, su primer banquillo 'grande'... para hacer «lo de siempre»

Mendilíbar ante el espejo - Foto: Julio Munoz

En junio se cumplirán 20 años de uno de los momentos más polémicos en la historia moderna del Real Madrid, cuando Florentino Pérez decidió prescindir de Vicente del Bosque después de siete títulos en tres años y medio porque el salmantino no tenía suficiente 'glamour'. O algo similar. «Tiene un librillo muy tradicional. Nos gustaría un librillo más sofisticado desde el punto de vista de la técnica y la estrategia», argumentó el presidente. Carlos Queiroz fue su sustituto. El tiempo y el rendimiento contó el resto de la historia.  

De un modo terriblemente elitista, el planeta-fútbol ha decidido que hay entrenadores válidos o no válidos para determinados banquillos. «Mendilíbar no es entrenador para el Sevilla», señaló esta semana Óscar Arias, exdirector deportivo del club hispalense, filtrando que hay demasiada plantilla para lo que 'Mendi' suele gestionar. Como si un buen camionero no fuese digno de ponerse al volante de un Ferrari (si es que el Sevilla, luchando por evitar el descenso, puede recibir tal denominación). 

José Luis Mendilíbar (Zaldibar, Vizcaya, 14 de marzo de 1961) es un tipo de 62 años cuya carrera como técnico es la del éxito moderado que se puede extraer en el fútbol modesto. Un entrenador que aún tiene la mirada limpia a pesar de casi 30 años en los banquillos: fútbol base y aficionado en Vizcaya, Lanzarote, Eibar, Athletic, Valladolid, Osasuna, Levante, Eibar, Alavés… y ahora Sevilla. 

Por abajo

Con permiso aquella corta experiencia en con los 'leones' (apenas 13 partidos, apenas tres victorias y una destitución en la novena jornada), el cuadro andaluz es el primer reto 'por arriba' de su carrera… aunque tendrá que hacer «lo de siempre»: trabajar 'por abajo'. Es lo que el equipo necesita después de una 22/23 que se convirtió en una pesadilla desde el arranque:se presentó sin sus dos piezas defensivas clave (Diego Carlos y Koundé) y ni Monchi fue capaz de sustituirlos con acierto en los despachos ni Lopetegui en la pizarra: el técnico vasco fue destituido el 5 de octubre tras siete jornadas.

Sampaoli fue el elegido para remontar el vuelo, pero con el argentino no ha habido ni mejora en el juego ni en la clasificación: está dos puntos por encima del descenso y, aunque el Sevilla sigue vivo en la Europa League, la competición continental es una distracción que el club no puede permitirse: un hipotético descenso sería una catástrofe de incalculable magnitud. Por eso se han puesto en manos de un preparador acostumbrado a manejarse en situaciones de peligro, en las que el fútbol es solo un medio y no un fin. 

'Mendi' es un tipo enamorado del 4-4-2, incapaz de entender algunas de las tonterías del estilo moderno y capaz de adaptarse a otras, modificando su dibujo, pero nunca su actitud. Es metódico, obstinado, valiente y su discurso suele llegar a jugadores desmotivados si los considera útiles para su propósito. Todos defienden, del primero al último, y la zaga se ubica bien adelantada. Huye del toque y prefiere que el balón esté siempre en campo contrario, aún a costa de un buen pelotazo y a vivir de la segunda jugada, de las recepciones de los extremos, de un pretendido asedio aunque no llegue el remate. Un fútbol honesto y sencillo, sin experimentos.