Sectores de la afición del Madrid aseguran que Rodrygo es Vinícius sin problemas. Un muchacho de 22 años como 'Vini', brasileño como 'Vini', que costó 45 millones como 'Vini'… y que está demostrando en 2023 que puede liderar el ataque. Como 'Vini'. Ya son 19 goles esta temporada (tres menos que su compatriota), pero 12 de ellos en 2023.
Su doblete del pasado sábado en el Pizjuán volvió a situarle bajo los focos. Dos golazos. «Difícil elegir», decía sonriendo tras el partido: un magistral golpeo de falta directa hacia el palo de Bono frente a un espectacular eslalon contra la defensa del Sevilla, haciéndole un nudo en la cintura a Montiel y definiendo el 1-2 con sutileza. Otros sectores aseguran que también es Benzema sin amortizar.
Lo cierto es que domina con holgura todos los registros del ataque. En el Santos, donde pronto le descubrieron como una figura a medio plazo, destacaba fundamentalmente en el flanco izquierdo de la ofensiva (donde actualmente reluce Vinícius) o en ese 'lugar de nadie' entre la mediapunta y la punta donde siempre ha brillado Karim. Escorado hacia la derecha, fuera de su sitio y sin actuar como un extremo puro, Rodrygo sigue evolucionando a la velocidad de la luz. De recurso esporádico a figura indispensable: comenzó el curso en un 'tercer peldaño' donde Ancelotti probó a Marco Asensio e incluso a Fede Valverde como pieza ofensiva… pero el 'pequeño rayo' de Osasco (São Paulo) les ha comido la tostada a todos.
Su mejor curso
Su mejor marca realizadora como jugador del Real Madrid (nueve) ha sido vapuleada. Si se le añaden las 11 asistencias que ha repartido, se le otorga una participación directa en 30 de los 126 goles que ha marcado el equipo este curso (a falta de un partido), un espectacular 23,8 por ciento que define a un atacante total. Incluso de 'nueve puro', como el pasado sábado en Sevilla, un delantero que bajaba a combinar, que caía a la banda para descargar el juego, que apoyaba la construcción… y definía como los ángeles. Incluso se le quedó clavada la espina del 'hat-trick', mostrando su disgusto cuando su entrenador decidió darle descanso a falta de 10 minutos.
La semana pasada (jornada 36ª) ya había marcado otro tanto de precisión milimétrica ante el Rayo. Era el tercero en dos partidos; el octavo en los últimos ocho, el duodécimo del mejor año de su vida: fue la clave para que el Real Madrid ganara el único título de 2023, la Copa del Rey. Protagonista de principio a fin, sacó al equipo de la siesta ante el Cacereño (un exiguo 0-1) en dieciseisavos de final, llevó a la prórroga el duelo de cuartos ante el Atlético cuando los rojiblancos ya se veían en semifinales… y en la final logró ante Osasuna el doblete (2-1) que le dio el vigésimo título en la competición del KO.
De la Champions, su competición 'fetiche', salió con cinco dianas (incluyendo un doblete soberbio ante el Chelsea) y dos asistencias. Según el 'ranking' de la UEFA, que valora estadísticamente los hitos de cada jugador en la Liga de Campeones, Rodrygo ha sido hasta semifinales el quinto mejor futbolista de una competición en la que pocos jugadores en la historia tienen tanto rendimiento (16 goles y ocho asistencias) en tan poco tiempo (42 partidos). Más aún, teniendo en cuenta que esos 16 goles son los mismos que ha anotado en LaLiga en 107 encuentros.
Con Benzema en la recta final y múltiples rumores diarios sobre 'nueves' en la órbita del club merengue, que Rodrygo haya enseñado las garras en 2023, es una noticia estupenda para la secretaría técnica blanca: a la sombra de los genios, en un discreto segundo plano -como las grandes figuras del cine que aceptan papeles secundarios porque el guion merece la pena-, el chico está preparado para liderar cualquier proyecto.