Pautas para ser feliz en el día más triste del año

J. Benito Iglesias
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Soledad Caballero, psicóloga y educadora palentina, recomienda que lo que se elija para poder superar bien la cuestade enero en lo mental y físico «no debe implicar tanto gasto o fiesta, conectando con la naturaleza, la lectura o el paseo»

Pautas para ser feliz en el día más triste del año

El tercer lunes de enero, es decir hoy, es el día más triste del año (Blue monday). Al menos, así lo determinó en 2005 el experto en motivación estadounidense Cliff Arnall a través de una fórmula pseudomatemática que, aunque sin una base científica, se ha instaurado hasta nuestros días. Se supone que esta jornada de infausto recuerdo para una parte de la población se produce cuando la cuesta de enero, tras terminar el periplo vacacional navideño, llega y se instala junto al mal tiempo invernal, la caída de las temperaturas y el cielo gris. Todo ello no ayuda en el bienestar psicofísico y a lograr algunos propósitos. Ese cóctel hacer mella en el estado de ánimo, alterando nuestro bienestar.

Sobre lo que se puede hacer para tratar de convertir la tristeza o melancolía en bienestar después de una época tan festiva como la Navidad, se puede ceñir en unos consejos para combatir el bajón que suele surgir en las primeras semanas del año. «Tenemos que desvincular la felicidad del consumo. Creo que estamos un poco de resaca de las navidades, tirando de tarjeta de crédito como si tuviéramos la nómina de Leo Messi. Fundir dinero lo vinculamos a vivir muy rápido, consumir  y estar todo el rato rodeados de gente. Creamos como una burbuja de ocio y hedonismo y, ahora, se vuelve a la realidad cotidiana, a las responsabilidades y, quizá,  a pasar más tiempo solos y contar con unos horarios y una actividad digamos más responsable. Eso nos supone un inconveniente difícil de superar», argumenta Soledad Caballero, psicóloga palentina y profesora de Educación Primaria.

En su opinión, la época navideña se ha convertido, cuando concluye, en un obstáculo que incide en un bajón mental. «Cada vez se hacen más salidas, quedadas y comidas y cenas de celebración. Vivimos en una irrealidad y sería conveniente disociar el placer del consumo. Para ello, hay que realizar otras actividades que nos resulten placenteras. En ese sentido, lo que se elija no debe implicar tanto gasto o fiesta, como,  por ejemplo, conectar con la naturaleza, la lectura o el paseo. En suma, reencontrarnos con cosas tranquilas y disfrutar de lo que supone tener cierto orden en el día a día», asevera.

Para Soledad Caballero, las rutinas «no tienen por qué ser malas y nos dan seguridad, al margen de pensar en muchas fiestas y celebraciones». Así, se refirió a la importancia, para superar bajones físicos y mentales en la cuesta de enero, «de tener algo que cuidar, como una simple planta, ya que hay estudios de personas mayores en la residencias sobre la calidad de vida que supone tener una, lo que les brinda alegría y les ayuda a sentirse menos solos. Si es el caso de un animal, mucho mejor, o una persona o un familiar. En resumen, estar pendiente de otro ser, salvo que sea un hijo adolescente, que suelen dar problemas», explica no exenta de sentido del humor.

«Todas estas cosas nos hacen sentirnos útiles. Creo que resulta bueno conectar con las personas desde el punto de vista de interesarnos más por cómo les va en distintos aspectos desde la autenticidad y sin frivolizar tanto», concluyó la psicóloga palentina.

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