¿Hacia dónde peregrina usted? Esta podría ser una de las preguntas más repetidas a lo largo del verano en una provincia como Palencia, en la que confluyen el Camino de Santiago (zona centro), el Camino Olvidado a Santiago (entre Nestar y Guardo) y el Camino Lebaniego Castellano (la vertebra de sur a norte). Dos rutas, estas últimas, que comienzan a despuntar en territorio palentino, pues es constante el goteo de peregrinos que guían sus pasos hacia la ciudad compostelana desde la Montaña Palentina o al monasterio cántabro de Liébana, si bien es cierto que el Camino Francés sigue siendo, hoy por hoy, el rey indiscutible por estas latitudes.
Poniendo el foco en el Camino Lebaniego, la celebración este 2023 del Año Santo ha disparado el número de crucenos (así se denomina a estos peregrinos). Así, en los tres primeros meses de Jubileo (la Puerta del Perdón se abrió el pasado 16 de julio) se han contabilizado en la oficina centralizada de turismo de Palencia un total de 331 personas en busca de información sobre este camino de fe y espiritualidad o para sellar sus credenciales. Esto se traduce en una afluencia media diaria de casi cuatro turistas, unos 25 cada semana. En lo que va de año la cifra asciende a 370, con 21 entre enero y marzo y 18 en lo que va de julio, frente a los apenas 25 de todo 2022.
Según los datos facilitados a este periódico por la oficina de turismo, los crucenos que se dirigen hacia Potes (Cantabria) proceden en su mayoría de Castilla y León, con 149 aportaciones, 69 de ellas de Palencia. Les siguen, a mucha distancia, cántabros (107), madrileños (51) y vascos (catorce). Completan el listado viajeros procedentes de Álava, Alicante, Almería, Asturias, Barcelona, Cáceres, Granada, Gran Canaria, Huesca, Islas Baleares, La Coruña, Málaga, Pontevedra, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla, Toledo y Zaragoza.
El perfil responde a peregrinos de mediana edad ya experimentados -en su mayoría varones- que han realizado otras rutas con anterioridad y que ahora apuestan por esta para huir de la masificación del Camino de Santiago. Prefieren completar el camino solos, si bien también se han registrado grupos bastante numerosos, entre los que destacan uno de 90 personas de Santander, otro de 40 de Medina de Rioseco (Valladolid) y un tercero de 25 de la capital palentina.
En cuanto a la forma de dirigirse a este servicio de la marca Palencia Turismo, casi la mitad lo hace presencialmente en las instalaciones de la calle Mayor, donde se les muestran mapas, se sellan credenciales y se les ofrece toda la información de los recursos que el crucero se encuentra por el camino. Mismos datos se les ofrece a los que optaron por el correo electrónico o el contacto vía telefónica.
Para el diputado del área de Turismo, Francisco Pérez, estos resultados son el «fruto» de las distintas iniciativas que ha llevado a cabo la Diputación en torno al Camino Lebaniego como la plataforma Gronze que, según señala, «ha supuesto un fuerte empujón para difundir el itinerario».
Asegura que se está haciendo una «gran labor» por parte de la institución provincial, si bien reconoce que todavía hay «un gran trabajo por delante». «Queremos que cada vez tenga más relevancia, porque es un recorrido que merece la pena con unos paisajes espectaculares de sur a norte de la provincia», afirma antes de añadir que el Año Jubilar «ha supuesto un impulso». «Es un buen punto de partida para seguir apostando por él», dijo.
PERNOCTACIONES AL ALZA
Las pernoctaciones en hoteles de Palencia aumentaron en junio un 10,4 por ciento (37.955 en total), según recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su informe de Coyuntura Turística Hotelera publicado ayer. Esto coloca a la provincia como la que más creció en Castilla y León, donde en su conjunto aumentó un 2,7 por ciento (745.680), y muy por encima también de la media nacional, que experimentó un crecimiento del 3,3 por ciento hasta las 36.300.000 nocturnidades. En cuanto al volumen de viajeros, Palencia fue la quinta provincia de la región donde más aumentaron, hasta alcanzar los 20.217, un 2,8 por ciento más.
La evolución en la última década muestra datos más que satisfactorios para Palencia. Como muestra, la estancia media se sitúa ahora en 1,88 días frente a los 1,56 de hace un decenio y la tarifa media diaria es 53,63 euros, un 2,73 por ciento más que en mayo.
«Los datos son muy buenos desde que finalizó la pandemia», reconoce Pérez, convencido de los beneficios que ha supuesto para la provincia la promoción de la mano de la Diputación en ferias nacionales y en citas internacionales como Lisboa y París. «Todo suma para que Palencia sea cada vez más conocida y reconocida», concluye.