«La gente que viene al OMY lo hace con ganas y es respetuosa»

Pablo Torres
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Entrevista de la humorista Coria Castillo

«La gente que viene al OMY lo hace con ganas y es respetuosa» - Foto: DP

Una de las caras habituales en el cartel de monologuistas del OMY. Tras participar en las dos ediciones anteriores, Coria Castillo llega a la capital para ofrecer su «humor cotidiano» como ella misma lo define.

Además de su faceta como humorista, la estrecha vinculación de Castillo con el mundo del espectáculo la ha llevado a participar en programas de televisión, radio e incluso la gira del circo El manicomio de los horrores representada en España y México.

¿Cómo se define?
Si tuviera que usar solo tres palabras para definirme diría que soy divertida, sincera y diferente.

¿Cómo terminó actuando en la gira por España y México del espectáculo circense El manicomio de los horrores?
Fueron casualidades de la vida. Suso Silva, director del show, me vio actuar en un bar, le gusté y me propuso hacer dos personajes y la gira. Todo fue muy casual, no tenía nada planeado.

Tras participar en programas de televisión, de radio y realizar actuaciones en directo, ¿qué diría que es más difícil?
No sabría responder a esta pregunta, ya que todo tiene su parte difícil y su parte de agradecimiento. A mí me gusta tocar muchos palos porque me gratifica como persona y artista. Hacer monólogos me encanta porque tener a la gente enfrente hace que todo sea más cercano y real. La radio me gusta por cómo conectas con los espectadores a través de la voz. La televisión me vuelve loca por el hecho de poder interpretar personajes, meterme en la piel de otras personas y darlas vidas. Como he dicho, todo tiene su complicación, pero, al fin y al cabo, ninguna disciplina artística se podría definir como fácil. Lo bonito de esta profesión es que tenga tanto una parte de resistencia como una parte de aprendizaje en la que, cada día, independientemente de lo que lleves, aprendes algo nuevo. 

¿Y con cuál disfruta más?
No podría decantarme por ninguna tampoco. Es como preguntar a una madre que a qué hijo quiere más. Yo soy muy disfrutona, así que intento siempre disfrutar con todo lo que hago, y si es dentro del trabajo, todavía más.

¿Cómo fueron sus inicios en el mundo del espectáculo?
Ya desde pequeña preparaba obras de teatro, bailes o sketches para mis padres. Era la primera de la clase en apuntarme a las típicas actuaciones teatrales que se hacían en el colegio. Tenía clarísimo que quería dedicarme a esto, aunque al principio hubo algunas resistencias por parte de mi familia, como suele ocurrir en este tipo de profesiones. Aun así, había que arriesgarse y, de momento, se podría decir que me está saliendo bien.

¿En qué momento vio que tenía talento para la comedia?
No es que piense que tenga un talento específico para la comedia. Simplemente pienso que las oportunidades que me han ofrecido han ido enfocadas principalmente hacia la dirección de lo cómico. Se me ha visto más haciendo humor, pero eso no significa que se me dé mejor que otras facetas o que solo haga monólogos. Es a lo que más tiempo dedico, pero considero que hago igual de bien la comedia que el drama, por ejemplo. 

¿Qué puede decirnos del show que trae a Palencia este jueves?
La gente se va a reír mucho y se va a sentir identificada. Es un humor atemporal, que sirve tanto para el día en el que lo estás viendo como para los días siguientes. Seguro que el público vivirá una situación de la que he hablado, se acordará de mi monólogo y se reirá. 

¿Cómo valora al público palentino?
Es el tercer año que voy al OMY. Me lo pasé muy bien la otras veces. La gente que viene lo hace con ganas y es respetuosa. Se podría decir que me encanta el público palentino. 

¿Cómo definiría su humor?
Lo definiría como aglo surrealista. La gente que viene a verme por primera vez está un poco perdida porque no sabe bien que es lo que le estoy contando. Una vez meto a la audiencia dentro de mi universo, lo entiende perfectamente. Suelo hablar de cosas muy cotidianas, de lo que me pasa a mí en mi día a día, que es también lo que le ocurre a millones de personas. La gracia de cada cómico está en dar su propio punto de vista.

¿Qué significó para usted la participación en la serie Fácil?
Para mí fue un regalo a nivel actoral. A nivel de trabajo no me supuso un esfuerzo extra porque yo ya había hecho muchas obras de teatro y me consideraba preparada, pero sí que significó un reto. No por el hecho de pasar de la comedia al drama, sino por hacer un papel protagonista en una serie de ficción, algo que fue todo una novedad.

¿La reconoce más gente desde que salió en la serie?
Alguna vez sí me han llegado a parar para pedirme fotos o saludarme, pero no pienses que voy con gafas de sol por la calle. 

¿Qué aspira hacer en un futuro?
Siempre hay miles de planes en el aire. En verano empiezo en un par de programas de radio en RNE y Onda Cero. Tambien tengo la gira de monólogos y sigo haciendo pruebas y castings. Me gusta moverme e ir atando cosas poco a poco. 

¿Sus máximos referentes?
En comedia siempre te fijas en los de siempre. Goyo Jiménez, Álex Clavero o Vaquero son algunos ejemplos de monologuistas que me encantan. Se podría decir que me fascina la gente en general. Yo he encontrado muchas inspiraciones en, por ejemplo, una compañera que lleva solo tres meses. El tiempo, al fin y al cabo, no determina al cien por cien el talento de las personas, y si alguien que lleva solo tres meses me fascina me puede servir de inspiración para nuevas ideas igual que alguien que lleva varios años. A veces, incluso cuando voy a hacer la compra, me encuentro a señoras que son muy graciosas y también me transmiten inspiración para mis monólogos. Tenemos la suerte de vivir en un país donde la gente es muy graciosa.