La pasión y la vocación son condiciones indispensables para disfrutar de la música. Da igual el género al que te dediques, si no se disfruta de ello no acaba de funcionar. Así es como describe la música la soprano Soraya Pérez, que desde muy pequeña ha tenido un gran vínculo con este arte. «Las grandes óperas son mis favoritas. Desde Las bodas de Fígaro hasta algo más clásico como La flauta mágica de Mozart, tampoco me gusta olvidarme de La traviata o de La boheme que disfruto mucho interpretándolas», declara.
«Desde que tenía cuatro años, venía un amigo de mis padres a casa con discos de música clásica y yo hacía como que los dirigía, porque quería ser directora de orquesta. A partir de ahí empecé a ir a una academia, después me apunté al conservatorio y me saqué la carrera de piano», explica la soprano. «También porque es una herencia familiar: mi abuela cantaba y mi abuelo materno era director de orquesta, por lo que tengo antecedentes musicales», añade.
Ella no sabía el gran instrumento que tenía en su cuerpo hasta que en la universidad le comenzaron a dejar hacer solos y ya en un viaje a Argentina le recomendaron que estudiara canto y así lo hizo, hasta el día de hoy que continúa formándose en una academia de Musikex, la escuela superior de música de Extremadura, además de haber hecho distintos cursos como un postgrado de canto barroco.
«Dedicarse plenamente a la ópera es muy complicado, hay que ir paso a paso. Llevo más de 25 años dedicándome al canto y he tenido que compaginarlo con la docencia», afirma Pérez. «Es muy complicado decidirme por alguna de las dos porque, a mí, el canto y la docencia me han dado cosas muy gratificantes en la vida, además de ser las dos vocacionales. Por un lado, toda mi familia han sido profesores y por otra cantar y la vida artística hacen felices a los demás y sobre todo a mí. Por tanto, como me gusta hacer feliz a la gente no podría seleccionar solo una. Sería muy complicado para mí», declara la cantante lírica.
Mientras estaba trabajando como profesora de música en el IES Sem Tob de Carrión de los Condes, formaba parte del coro del Teatro Calderón de Valladolid. «Varios directores importantes me animaron a que me dedicara simplemente al canto y fue lo que hice finalmente», comenta Pérez.
La soprano explica que cantar lírica es como abrirse al público y desnudarse. Ella lo compara con los gladiadores cuando salían al circo a jugarse la vida contra las bestias. «Tienes que salir con paso firme, decidida, porque tienes que darlo todo sobre el escenario. Es un sentimiento de plenitud inexplicable, me siento libre cuando canto y, aunque a veces me ponga nerviosa, lo disfruto mucho».
público. Este género no es muy escuchado entre el público joven, sin embargo asistir a un concierto de ópera es una experiencia «inolvidable». «El público no sabe con lo que se va a encontrar cuando asiste a un bolo de música lírica», asegura Pérez.
«No es lo mismo que escuchar un disco en casa. Tienes que venir a experimentar todas las emociones que transmite la ópera: mucha gente cuando llora, se emociona realmente porque lo que se vive aquí es muy fuerte. Entonces si alguien quiere experimentar emociones fuertes, tiene que venir a ver ópera. Nunca saldrá como llegó», afirma la soprano.
ACTUACIONES.
Los escenarios donde se realizan estas actuaciones no suelen ser tan comunes como los de cualquier otro concierto. Recientemente, Pérez junto a la pianista y su profesora de canto Alisa Labzina interpretaron fragmentos de las óperas más famosas en Abarca de Campos, además del desayuno lírico que ofrecieron en la plaza Mariano Timón de la capital.
Las próximas fechas para poder disfrutar de un encuentro inolvidable con la soprano Soraya Pérez son el 18 de agosto en Villalcázar de Sirga y el 26 en Torremormojon. Además de estas actuaciones recorrerá el resto de la península con bolos en Barcelona y Muras (Lugo). Durante el mes de septiembre, ha concertado ya cinco bolos distintos en pueblos de la provincia. Todas estas actuaciones tendrán lugar en espacios emblemáticos de los diferentes municipios que forman la provincia.