Se vuelve a poner de actualidad un tema, que nunca dejó de estarlo, pero que presenta novedades importantes en estos días de incertidumbre política. Me refiero a la educación y sus numerosas leyes que nada resuelven y muchos problemas crean. Por primera vez y sin que sirva de precedente, el actual gobierno de coalición ha reconocido el fracaso de su propio sistema educativo como evidencian los resultados del informe PISA. Las Matemáticas y la comprensión lectora son las materias que, en palabras de Sánchez, son duras de roer. El remedio que propone sigue siendo el de siempre y tan inútil como siempre: dinero del contribuyente y perseverancia en la destructiva tarea de rebajar los niveles de exigencia. De las Matemáticas con perspectiva de género pasamos a las Matemáticas socioafectivas; tonterías que a nadie convencen y nada remedian, mientras que los niveles de los alumnos españoles siguen en la rampa de descenso aceleradamente en las tablas que miden el grado alcanzado en el resto de países de la UE. La alfabetización de una persona es algo más que saber juntar letras: se trata de ser capaz de comprender lo que se lee y ahí es donde el fracaso del sistema educativo español se manifiesta con toda su gravedad, ya que afecta a la raíz de la educación. Otro tema recurrente en el sistema español es el relativo a la EBAU. Cuando se acerca el final de curso, los alumnos españoles que concluyen el raquítico bachillerato se manifiestan en las calles en demanda de una prueba única para todo el territorio español para evitar las desigualdades provocadas por los diferentes niveles de exigencia, según la comunidad autónoma. Además de injusto y antidemocrático el actual sistema que comprende diecisiete pruebas con los respectivos niveles de exigencia diferenciados, ratifica la cada vez más profunda brecha que el actual gobierno se complace en ahondar siguiendo el mandato que sus socios le señalan. Unificar las pruebas de la EBAU en todo el territorio no sólo es posible, sino deseable en un distrito único y abierto a todos los españoles en igualdad de toda circunstancia.