"La radio es magia y fantasía"

César Ceinos
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Es una de las personas más acreditadas en la provincia para hablar de la radio en la víspera de su Día Mundial. De sus más de tres décadas de trayectoria laboral en las ondas destaca, por la creatividad, los años de 'Radiocadena Española'

Javier Calvo - Foto: Sara Muniosguren

La radio es un medio poderoso para celebrar la humanidad en toda su diversidad y constituye una plataforma para el discurso democrático. En el plano mundial, aún sigue siendo el medio de mayor consumo. Esta capacidad única de llegar a la más amplia audiencia supone que puede dar forma a la experiencia de diversidad de la sociedad y erigirse como un escenario para que todas las voces se expresen, estén representadas y sean escuchadas. Las emisoras deben servir a las distintas comunidades, ofreciendo una amplia variedad de programas, puntos de vista y contenidos, y reflejar las audiencias en sus diferentes organizaciones y operaciones. Así explica la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) el papel y los fines que tiene que tener la radio, medio de comunicación al que dedicó en 2011 un Día Mundial cada 13 de febrero. La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) lo ratificó en enero de 2013. Este día conmemora la fecha exacta de creación de la Radio de las Naciones Unidas en 1946.
Los objetivos de la jornada son, principalmente, «sensibilizar al público y a los medios sobre la importancia de la radio y animar a los responsables de la toma de decisiones a establecer y facilitar el acceso a la información a través de la radio, así como fomentar la creación de redes y la cooperación internacional entre los radiodifusores», según explica la Unesco en su página web.

Para hablar de este tema en la provincia, no hay muchas voces tan acreditadas como la del locutor Javier Blanco Calvo (Palencia, 1954). Entró en La Voz de Palencia en 1973, con 18 años, para hacer unas prácticas de tres meses y allí se quedó tras obtener, por oposición, una plaza de locutor. Dejó el puesto obligado por un expediente de regulación de empleo (ERE) en Radio Nacional de España (RNE) que lo prejubiló en diciembre de 2006 con 33 años de trayectoria laboral tras haber asistido a varios cambios en la emisora, que pasó a llamarse Radiocadena Española antes de convertirse en RNE

Las ondas -y así lo reconoce- han sido su vida.

¿Por qué se decantó por este medio de comunicación?
La radio era mi pasión. La escuchaba cuando era pequeño y me sedujo en mi adolescencia. Me tiraba las noches oyendo Radio Luxemburgo por Onda Media (OM). Era la que ponía la música más avanzada y que aquí no se ponía en las emisoras aún.

¿Cómo entró a trabajar en el mundo de la radio?
Después de los tres meses de prácticas, el director de la emisora me dijo que iban a cubrir una plaza vacante de locutor que se iba a producir en esos momentos. Mauro Panizo se fue a Vigo y su puesto lo ocupó Antonio Rubio, que hasta entonces era locutor. Ese lugar quedaba libre y salió a concurso. Yo iba a ir a la Escuela de Ciencias de la Información a estudiar, pero el director me dijo: «En tres meses aquí aprendes más que en cinco años allí» y me presenté a la convocatoria.

¿Cómo era la radio de aquellos años en Palencia?
Muy familiar, aunque el tipo de radio que se hacía era muy encorsetada y anclada en el pasado. Estaba atada al momento político que vivíamos. Tenía sus limitaciones.

¿Cuánta gente trabajaba en la emisora?
En plantilla había una veintena de personas. Además, había que sumar los colaboradores y los corresponsales en los principales pueblos de la provincia.

¿Qué programación tenía La Voz de Palencia, que por aquel entonces era la única emisora en tierras palentinas?
Solamente había un informativo local, el famoso Cimbalillo, que se emitía a las dos de la tarde, y primaba la música, que se emitía en programas de treinta minutos, de los que veinticinco se dedicaban a canciones y cinco, a publicidad. Los programas musicales más conocidos eran La hora octava (programa tipo despertador, con música, información meteorológica y efemérides), La hora bruja (música orquestal aderezada con textos literarios de producción de la emisora palentina), Pista de baile (música que se escuchaba en las salas que cuando podía la cambiaba por otra más moderna) y Estafeta del disco (donde dedicaban canciones que sonaban en el programa). De hecho, solían dejarse mensajes a jóvenes que se iban a la mili y llegó a haber colas que se prolongaban hasta el teatro Ortega.

¿Qué recuerdos conserva de sus inicios?
A los tres o cuatro meses, como creía que la música que emitíamos estaba un poco trasnochada, propuse hacer un programa de radio llamado Disconoticia, que estaba basado en las novedades musicales y que tenía secciones como El baúl de los recuerdos, con canciones del pasado, una lista de éxitos y entrevistas a los artistas que pasaban por la provincia, principalmente por San-Gar (Venta de Baños) y Los Yodis. Eran los que más conciertos programaban. Hice entrevistas a Juan Pardo, a Víctor Manuel, al Dúo Dinámico o a Fórmula V. A Serrat se la hice en el pabellón de deportes. Otro programa significativo fue Historia de la música pop. Aún hay gente que me recuerda por estos programas. 

¿Cómo fue evolucionando el medio de comunicación?
Los medios técnicos, lógicamente, contribuyeron a mejorar el sonido, pero por más que el grupo The Buggles dijera Video killer the radio star (el vídeo mató a la estrella de la radio), no fue así. A la radio no la puede matar nadie. Un impulso muy importante fue la Frecuencia Modulada (FM). Hasta cierto momento se emitía el mismo programa por OM y FM, después se separó. La OM era el formato que siempre se había hecho y FM, era principalmente música. Eso sí, mientras los medios técnicos avanzaban fue reduciéndose el personal de la emisora en Palencia.

A principios de los ochenta llegaron las primeras emisoras privadas a tierras palentinas. ¿Qué supusieron todos estos cambios?
Fue un aldabonazo a toda la tarea que estábamos haciendo nosotros. Pensamos que aquello que Cadena Ser y Antena 3 Radio venían a hacer en Palencia podíamos hacerlo nosotros también. Teníamos capacidad para hacerlo bien, pero hasta entonces estaba estancado. 
Entre esos nuevos programas destaco el magacín. Se lo planteamos al director y este dijo que hiciera yo el magacín (que duraba cuatro horas por la mañana) con Óscar Cuervo. 

Era ya la época de Radiocadena Española, que, para mí, fueron los mejores años. Se trataba de una radio muy creativa, con salidas al exterior. Teníamos unidades móviles y se dio voz a numerosos colectivos. En la época de la dictadura prácticamente se emitía la información oficial y lo que sucedía tanto en la capital como en la provincia, que contaba con una amplia red de corresponsales.

Explica que los años de Radiocadena Española (1978 -1989) fueron años de creatividad y aperturismo. ¿Cuáles eran los nuevos contenidos que emitían?
Surgió con la fusión de la Red de Emisoras del Movimiento (REM), donde estaba encuadrada La Voz de Palencia), la Cadena Azul de Radio Difusión (CAR) y la Cadena de Emisoras Sindicales (CES). Había nuevos magacines, como Aquí estamos o Radio 150, que hacía yo. Además, se dio una gran importancia al deporte, que era una de las carencias de la radio local. Hacíamos un programa entre semana y los domingos, una especie de Carrusel Deportivo provincial con los equipos de Primera Regional de fútbol. Retransmitíamos el partido del Palencia y conectábamos con los pueblos.
Por otro lado, se trataba de una emisora principalmente local, al contrario que ahora. Conectabas con Madrid para los informativos y para algún programa específico, como Domingo deportivo español o Caravana de amigos, que se emitía los domingos y estaba enfocado al mundo del motor, a la carretera y al turismo.

Luego volvió a mutar el nombre de la emisora a Radio Nacional de España (RNE). ¿Qué movimientos trajo esta nueva variación?
Con Radio Nacional de España se pasó de emitir contenido principalmente local a nacional. Económicamente hablando fue un buen cambio para nosotros, pero ya no estábamos los veinte que había en La Voz de Palencia.
Por otro lado, se primó la información con el formato Todo noticias. Yo era un hombre de magacín. Si tenía que ir a una rueda de prensa, iba, pero hacer de vocero no me gustaba. Yo soy un defensor de las ruedas de prensa con preguntas, si no ¿qué sentido tiene? Si no se podía preguntar me ponía enfermo. Me gustaba hacer programas.

¿Cómo cuáles?
Al convertirse en una radio de información, a mí me propusieron hacer, desde Valladolid, un programa a nivel autonómico que se llamaba Encuentro solidario y en el que dábamos voz a sectores desfavorecidos, como la tercera edad o personas con discapacidad. Con los políticos únicamente hablábamos para dar respuesta a las preguntas de los protagonistas. Fue premiado por la ONCE.

En 2006 prejubilaron a través de un ERE a seis personas, entre ellas a usted
A los que estábamos en la edad. Yo entré por dos meses. Creo que quedaron dos redactores y dos técnicos de control.

¿Qué perdió Palencia con esta decisión del Gobierno?
Dejó a la provincia sin la emisora que había sido el faro de la radio. En aquella época, los únicos contenidos locales eran solo los de carácter informativo, ya no hacíamos programas.

¿Y a nivel personal?
Cuando nos prejubilaron desconecté totalmente de la radio, únicamente escuchaba lo estrictamente necesario. Así he estado unos trece años, hasta que cumplí 65, cuando empecé a soñar que hacía los programas. Únicamente me acordé de la emisora con la explosión de gas de la calle Gaspar Arroyo el 1 de mayo de 2007, unos meses después de haber dejado RNE

En cambio, ahora sintonizo todos los días la radio para cualquier cosa. 

¿Le hubiera gustado seguir trabajando en RNE?
Claro. A los 52 años tienes toda la experiencia y facultades para trabajar en un medio como la radio. Es más, las nuevas tecnologías están impulsándola. Los podcasts son un ejemplo. Yo estoy grabando podcast actualmente con testimonios de músicos de grupos palentinos de los años 60. Algunos testimonios los grabé hace años; otros, recientemente.

De 33 años de carrera en la radio guardará muchos momentos inolvidables
Sí. Coincidí con muchos cantantes y políticos. Entre los primeros destaco a Serrat; entre los segundos, a Felipe González, a Santiago Carrillo o a Ramón Tamames. Venían y era mi trabajo. Cuando estábamos nosotros solos era una entrevista. En cambio, cuando estábamos las tres emisoras era únicamente un canutazo, que no es lo mismo. La entrevista era en profundidad y podías llevarla por donde quisieras.

Por otro lado, destaco la maratón de doce horas en homenaje a John Lennon. Aquel día el bar Viena nos llevó a la redacción algo para picar.

También recordará a compañeros de trabajo
Yo tengo la teoría de que he tenido unos grandes maestros, como los locutores Antonio López, Brígida González, Elvira María, Javier Lostalé o Antonio Rubio.

¿Y alguna anécdota que aún guarde en la memoria?
Muchas. Entre las negativas, recuerdo estar haciendo una entrevista a un pintor creyendo que era un actor. Esto tenía una explicación. Me decían inicialmente que venía tal persona y yo me metía en el estudio a hacer el directo. Luego, por la razón que fuera, entraba realmente otro.

También tengo muchas relacionadas con el día de los Santos Inocentes. Me lo pasaba muy bien en aquella fecha. Mi lema siempre ha sido que lo divertido no tiene que estar reñido con lo serio. Me gustaba hacer una radio seria pero que fuera divertida. El 28 de diciembre preparábamos alguna inocentada. Recuerdo que en una ocasión, el compañero José Javier Álamo estaba retransmitiendo un partido en La Balastera y cinco minutos antes de que acabara el partido anunciamos que el árbitro lo había suspendido porque salía un chorro de agua de un córner. Luego comentó que olía a petróleo. Para los oyentes estaba todo parado, pero no era así. De hecho, la gente que se había ido antes de tiempo del campo de fútbol para que no le pillaran los atascos se volvía. Lo habíamos dejado atado y bien atado todo el día anterior.
Otro día dijimos que José María García se había metido en La Trapa. Conecté con un imitador y accedió a hacerse pasar por él explicando que estaba en el monasterio. Además, la CBS, la discográfica de Julio Iglesias, nos pasó en una ocasión grabadas unas respuestas a unas preguntas escritas en papel con la finalidad de promocionarlo. Nosotros cambiamos las cuestiones y acabamos emitiendo que iba a ir a Simago a firmar discos.

¿Estaba antes mejor la radio local que en la actualidad?
Disponíamos de más personal. Hoy en día, las plantillas locales son tan cortas que difícilmente pueden hacer una tarea creativa. Están muy supeditados a las ruedas de prensa y en una emisora con una o dos personas tienen que ir corriendo de un lado a otro para llegar a las dos convocatorias. Aún así, en Palencia se hace una radio aceptable.

¿Echa de menos una emisora con muchos contenidos locales en Palencia?
Sí. Siempre he sido un defensor de la radio local, muy local.

¿Qué futuro le ve a la radio local?
No lo sé. Pero puedo decir que la radio, como medio de comunicación, puede volver a atravesar su mejor momento gracias a los podcasts, que permiten escuchar un programa a cualquier hora. Creo que le ha dado una inyección de vitalidad.

¿Cree que las ondas tienen aún ese halo mágico que siempre han tenido?
La radio es información, entretenimiento, inmediatez y, para mí, magia. Es fantasía. Te tienes que imaginar quién es la persona que está hablando. Además, se pueden hacer cosas muy creativas.