A Santiago de Chile se marchó hace más de dos años Roberto Villameriel. Capitalino con orígenes familiares enFrómista, estudióAdministración de Empresas y Relaciones Internacionales en el Instituto de Empresa (IE) y fue a Iberoamérica a «buscar nuevos retos y aventuras». Un puesto de trabajo en la compañía aérea de bajo coste JetSmart fue la chispa que le empujó a hacer las maletas y dejar España. También ayudó que antes hubiera estado en otros países, concretamente, doce meses en Estados Unidos con 16 años, un verano trabajando en una start-up en Berlín y medio año de intercambio en Singapur. «No era la primera vez que vivía fuera, aunque sí como graduado», comenta este palentino de 27 años que, obviamente, ya ha encontrado las diferencias de vivir en el extranjero como estudiante y como trabajador. «Es totalmente diferente», sentencia por si alguno lo dudaba.
El balance en la capital chilena, al menos por ahora, es muy bueno. Actualmente se encarga de planificar los vuelos y los trayectos de la aerolínea, que «está en expansión»; de ahí que entre sus cometidos también figure el de estudiar nuevos itinerarios. «Estoy muy contento en Santiago. Además, no es solo estar en Chile, es estar en toda América Latina. Tengo la oportunidad, por mi trabajo, de viajar constantemente. En noviembre estuve enPerú y en breve estaré enBrasil», declara antes de citar otros países por los que ya ha pasado, como Argentina, Bolivia o República Dominicana.
Por todo ello, considera que Iberoamérica es una zona «muy recomendable» para el turismo y para buscar empleo. Eso sí, admite que «no todas las ciudades tienen la calidad que tiene Santiago». «Chile, junto a Uruguay y Costa Rica, es el país mejor posicionado por infraestructuras, desarrollo económico y seguridad, aunque ha ido un poco a peor la cosa. Eso sí, hay que tener en cuenta las dinámicas de cada país», añade. En el capítulo laboral, comenta que es más sencillo ir con un puesto de trabajo antes de que ir a la aventura. «En mi caso, por ejemplo, me pusieron un agente de inmigración para ayudarme», señala.
De la capital chilena destaca su situación geográfica. «Santiago es una ciudad que tiene a una hora los Andes y Viña del Mar. Esto quiere decir que un fin de semana estoy esquiando en la montaña y otro bañándome en la playa. O también puedo ir y volver en el mismo día a cualquiera de los dos lados», declara el palentino. Por el contrario, admite que en Palencia es más sencillo desplazarse -dado que su tamaño es mucho menor que el de la gigante Santiago- y que como la comunidad de personas que tiene en tierras castellanas no la hay en ningún sitio.
Y, por último, tampoco se olvida de España, «el lugar donde mejor se vive».