Álvaro Izquierdo, un joven de espíritu aventurero, ha destacado por ser el único palentino de toda España en su promoción en ingresar este año en la Unidad Militar de Emergencias (UME) en la base aérea de Zaragoza. Tras completar un año de formación militar, ahora se prepara para iniciar su nueva etapa en la UME a mediados de agosto en la ciudad del Ebro.
«Después de un año en formación militar, ahora lo que voy a hacer es empezar en esta unidad en Zaragoza. Las funciones concretas las aprenderé allí, porque cada unidad es un mundo, pero estaré principalmente como enfermero, ya que es lo que he estudiado», explica Izquierdo. «Cubriré ejercicios ya sean de tiro, escalada... En general, la vida en la unidad se asemeja más a la Atención Primaria, donde estaré en un botiquín porque al fin y al cabo los militares también son personas que se pueden lesionar o enfermar», añade Izquierdo sobre su próximo destino.
La UME se encarga de responder a situaciones de crisis y desastres naturales tanto en territorio nacional como en misiones internacionales. Izquierdo destaca que, en esta unidad, los enfermeros desempeñan un papel importante, brindando atención sanitaria a los militares y a las personas afectadas por las emergencias. «El 1 de septiembre entro en el equipo desplegable internacional que consiste en que si hay una catástrofe tengo que acudir a ayudar por tanto me han exigido que tenga el pasaporte correctamente y me vacune de la fiebre amarilla por si acaso», declara.
La vida de este joven ha dado una serie de giros inesperados y decisiones audaces. Inicialmente, comenzó el grado de Ingeniería Forestal, pero al mes cambió a enfermería en Palencia. Junto con un amigo, exploró las diferentes opciones de salida laboral y se sintió atraído por el Ejército, una opción que no se mencionaba comúnmente en su ciudad.
«La verdad es que la cultura militar no está muy extendida en Palencia, pero al investigar, descubrimos muchas cosas que nos podían gustar. Por ejemplo, el deporte forma parte de la jornada laboral, y el hecho de poder realizar misiones internacionales en el extranjero lo hace más emocionante que la enfermería civil», relata.
La Academia de formación militar supuso un gran cambio en la vida de Izquierdo, ya que tuvo que adaptarse al estilo de vida militar, que es muy diferente al civil. «Al principio, fue un impacto bastante grande, sobre todo al cambiar completamente de la vida normal al Ejército», explica el palentino.
«Para los civiles, puede ser complicado entenderla, pero está bien porque pasamos por las tres academias de oficiales: primero por la del Ejército de Tierra en Zaragoza, luego en el Ejército del Aire en San Javier (Murcia), y finalmente en la Armada en Marín (Pontevedra). Además, para finalizar la formación, en Madrid nos prepararon como enfermeros militares y es la última parada antes de conocer los destinos», comparte.
A pesar de las dificultades iniciales, valora positivamente su paso por las academias y destaca la oportunidad de conocer a personas de diferentes lugares y formar lazos fuertes con sus compañeros ya que «estamos juntos todas las horas del día». «Nos hemos visto en nuestros peores y mejores momentos, entonces el vínculo que he desarrollado con ellos es más grande incluso con gente que conozco desde que soy pequeño», apunta.
Izquierdo tiene claros sus objetivos: primero, centrarse en la UME y aprender a gestionar su unidad de manera eficiente. Luego, desea continuar con su formación en enfermería o explorar otras carreras o especialidades como Fisioterapia o Psicología que le permitan contribuir a su unidad.
Si bien su elección no fue sencilla para su familia con el tiempo han aprendido a aceptar su decisión y respaldarlo en su aventura militar. «Saben que es mi vida y que este es el camino que quiero seguir», concluye Izquierdo.