Son casi 35 años de diferencia de edad -40 frente a 74- pero Nacho Jimeno se mete en la piel de Joaquín Sabina para, con Jimenos Band, rendir tributo al incombustible cantautor de Úbeda (Jaén) allá donde se lo piden. La formación musical vallisoletana regresa este sábado al Teatro Ortega para, a partir de las 20,30 horas, darlo todo sobre el escenario en un atractivo concierto.
Hay muchos músicos que rinden tributo a Joaquín Sabina. ¿Qué diferencia a Jimenos Band del resto para que la crítica y público les consideren a ustedes los mejores?
No es que haya que hacer mucho caso, porque luego lo importante es demostrarlo en el escenario en cada concierto, pero sí nos hacemos eco de lo que nos dice mucha gente que ha visto otros tributos. Lo que más les gusta es que no utilizamos un formato tipo orquesta o un cover y que, al cerrar los ojos, les parece que es el propio Sabina y sus músicos los que actúan. Otro aspecto positivo es el del humor que utilizamos y esa chispilla que el jienense siempre transmite junto a su toque canalla característico.
Han realizado más de 1.000 conciertos a nivel nacional e internacional, avalados por el cantautor al que tributan. ¿Qué traen al Teatro Ortega de Palencia el sábado?
Un repaso de la carrera de Joaquín desde sus inicios hasta hoy a través de las canciones más importantes, junto a alguna de nuestra propia cosecha. Lo que acercamos en todo momento es mucho humor e interacción con el público, ya que sobre todo tratamos de que la gente disfrute y salga del concierto satisfecho con el toque Jimeno que tratamos de imprimir. Además, tenemos otros espectáculo con temas propios y de Juan Manuel Serrat o Luis Eduardo Aute. Otro añadido que gusta a quien viene a vernos es que todo es en vivo y en directo, con sus fallos, que los hay. Está en vías de extinción y nosotros defendemos la actuación en directo y con músicos de lo mejorcito del panorama actual.
Son dos hermanos, Nacho y Alejandro, los Jimenos, los que llevan la voz cantante y, dependiendo del espectáculo, hay más o menos músicos. ¿Es difícil conjugar ensayos y distintos tipos de espectáculo?
Casi siempre, en un 90%, llevamos a Harold a la batería y cajón flamenco y Fernando a la guitarra eléctrica como músicos titulares, pero dependiendo del espectáculo podemos contar con más. Los ensayos es complicado compaginarlos pero lo llevamos bien.
Proceden de Valladolid, con varias bandas y tradición musical como en el resto de Castilla y León. ¿Se puede vivir de tributos a cantantes como Sabina u otros maestros?
Bueno, nosotros, como músicos autónomos, sí podemos vivir de un tributo, pero porque también tenemos otro espectáculo, el Jimenos Band Variado, y vamos tirando. La restricciones de la pandemia y el bajón de conciertos fue una situación dura pero, a base de mucho trabajo e inversión económica nos vamos y seguimos en la brecha.
¿Qué tiene el cantautor de Úbeda, en activo y amenazando con dar mucha guerra en su nueva gira, para despertar tanto cariño y seguidores de todas las edades desde hace muchas décadas?
Tiene algo que es muy difícil de explicar para poder seguir en una línea de éxito. Yo recuerdo siendo niño junto a mi hermano, cuando viajábamos en la parte de atrás del coche, cómo mis padres ponían cintas de casete de las de entonces con temas de Joaquín y, pese a no ser canciones para nuestra edad, a nosotros nos encantaban. Tiene algo, no se sabe bien qué es, pero Sabina gusta a todas las generaciones. De hecho, la mayoría del público que acude a sus conciertos tiene cierta edad, pero también se ve cada vez más a personas jóvenes que son fieles seguidores.
¿Qué esperan del público palentino en el Teatro Ortega y qué le piden para que su música y buen humor les atrape en el escenario?
Según te vas acercando al norte del país el público cada vez en más agradecido e inteligente y el de Palencia responde a ese perfil. Le pedimos sobre todo que acuda a disfrutar y que piense que se lo va a pasar en grande. Además, somos como El Corte Inglés, y si no les gusta el espectáculo, les devolvemos el dinero -Nacho suelta una amplia carcajada-... Además, luego nos podemos ver tomando algo en una bar de Palencia con quien haya asistido al concierto y comentar lo que deseen sobre lo que han vivido. Es sábado, es muy buena hora, 20,30, y pasadas las 22 horas se puede salir del Teatro Ortega, cenar y tomar unos vinos.