«A nivel de calidad, las obras son sobresalientes»

Pablo Torres
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El cierre del festival Terroríficamente Cortos tiene lugar hoy en los Cines Ortega, a las 20 horas, con la proyección de la película 'La Mesita del comedor', de Caye Casas. La jornada de ayer incluyó el estreno mundial del corto 'The Weeping Man'

«A nivel de calidad, las obras son sobresalientes» - Foto: Pi Valbuena

El XII Terroríficamente Cortos llega hoy a su fin, una edición que, a falta del último día, ha conseguido reunir a más de 1.700 aficionados del género, según apunta su organizador, Gorka la Barbera.

¿Se esperaban las cifras de asistencia que han conseguido?
La verdad que se mantienen estables. Son cifras muy buenas que estamos repitiendo todos los años. En la sección de cortometrajes rondamos las 500 entradas por sesión. Este domingo, al haber hecho tan malo, sí que se notó que la gente se quedó en casa, aunque, aun así, no tuvimos mala acogida.

El hilo conductor de esta duodécima edición era el 50 aniversario de la película El exorcista. ¿Cómo  ha estado este largometraje presente?
En principio queríamos haber proyectado la película, pero por temas de distribución no se podía, ya que se había producido un reestreno de la cinta. Este lunes proyectamos The Medium, que trata el tema del exorcismo en una zona rural de Tailandia con un formato de falso documental. Siempre nos gusta meter alguna proyección con una temática acorde con el leit motiv, y en este caso fue esta película. 

En total, 465 cortometrajes de tres continentes se presentaron a Terroríficamente Cortos, de los cuales solo 23 fueron finalistas. ¿Fue difícil el proceso de selección?
El filtro inicial es relativamente sencillo. De todas las obras presentadas hacemos una preselección de unas 70. El segundo filtro, en el que seleccionamos a las finalistas, es el complicado. El corte de estas obras es muy fino, ya que son películas de mucha calidad técnica, en la que a veces primamos el carácter del género. Queremos un programa variado, por lo que en muchas ocasiones nos fijamos si se inclinan hacia el miedo, el género fantástico, etc. 

Dentro del marco del festival, ayer tuvo lugar el estreno mundial del cortometraje The Weeping Man. ¿Qué significa para ustedes algo como esto?
Es un orgullo para nosotros y nos sentimos muy agradecidos con su director, Ángel Gómez. Es un viejo conocido del festival, que ganó el Premio del Jurado en su momento, y Nacho Guerrero consiguió el Premio a Mejor Actor en otro de sus cortos. 

Ángel tiene bastante cariño al certamen. Es un director que representa muy bien nuestra filosofía, ya que a partir de los cortos, se ha convertido en un director de éxito en el área de largometrajes.

¿Nota un incremento del nivel con el paso de los años?
Las selecciones que hacemos siempre son de una factura técnica y narrativa bastante buena. A nivel de calidad, las obras del festival son sobresalientes. Estamos hablando de obras de directores con buena trayectoria o alumnos ya graduados de las escuelas de cine con unas cualidades técnicas increíbles.

Terroríficamente Cortos ha estado presente los últimos años en Guardo. ¿Cómo de importante es acercar este tipo de citas a los entornos rurales?
Es una forma de llevar el festival a esas zonas de la provincia más desfavorecidas a nivel logístico. Para nosotros es un gustazo llevar allí el festival y el concurso de fotografía. 

¿Prevén en un futuro expandirse a otras localidades de la provincia?
En principio no tenemos idea de expandirlo, pero nunca se sabe.

¿Cómo surgió la idea del festival?
Al principio organizábamos un maratón de películas de terror modernas. Un año pensamos que podríamos organizar un festival y, debido a que hacerlo de largometrajes era muy complicado, lo decidimos hacer de cortos.

Cambiamos las sesiones de cine por el festival, que se celebró por primera vez en el Universonoro. Tuvo muy buena acogida y, como necesitábamos más espacio, nos trasladamos a los Cines Avenida en la segunda edición. Fuimos creciendo hasta dar el salto al Ortega. Sigue siendo un festival de éxito local que año tras año intentamos mejorar.