Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Ironías para pasar el trago

27/10/2023

El expresidente del Gobierno, Felipe González, tiene mejor pulso últimamente con el uso de la ironía que quien fuera su vicepresidente, Alfonso Guerra, deslizado por la caricatura de brocha gorda, a la hora de valorar el pacto de legislatura firmado entre el PSOE y Sumar y al analizar las peripecias negociadoras del expresidente de la Generalitat, el prófugo Carles Puigdemont.

Sobre lo primero afirma que "Me parece una buena idea de cero a tres años". Una andanada demoledora al resto del acuerdo, por cuanto considera que el compromiso de universalizar la educación de cero a tres años "es lo más importante de todo lo que consta en ese pacto". Una forma de desdeñar los compromisos en materia laboral como la reducción de la jornada laboral o el aumento de la presión fiscal sobre las grandes empresas, dos materias que forman parte del ADN socialdemócrata, A González, sin embargo se le puede volver su análisis por pasiva si Pedro Sánchez logra sacar adelante un pacto de legislatura o al menos el compromiso de que le aprueben los próximos Presupuestos Generales del Estado, que llevan aparejados un año más de gobierno con su prórroga, y quién sabe si podrá aprobar otros al año siguiente con lo que, en efecto, Sánchez pasaría "de cero a tres años" pero de gobierno, con medidas continuistas en la mayor parte de los rubros que se abordan en el documento firmado con Sumar, porque cada vez más se pone el acento en que tanto el PNV como Junts apoyan los intereses de las burguesías de sus respectivos territorios.   

No menos irónico fue González con "el pobrecito Puigdemont", que convocó la consulta sobre el apoyo a la investidura de Pedro Sánchez y obtuvo un doble fiasco, sólo votó el 4% de unos 90.000 posibles electores, y de estos el 80% le pidieron que no apoyara al candidato socialista. "Un éxito brutal", sentenció el expresidente, que sabe bien que las consultas se plantean como plebiscitos para ganarlas. Ni más ni menos que lo que hará Pedro Sánchez para validar el acuerdo con Sumar, que tendrá probablemente unos resultados a la búlgara porque se hurta a la militancia dar la opinión sobre lo mollar, la amnistía a los investigados y condenados del proceso independentistas.

Pero, como dicen los jóvenes, al PSOE y a Pedro Sánchez, pese a su optimismo patológico acerca de su próxima investidura, "se le está haciendo bola" todo este periodo en el que se posponen los plazos previstos para sellar un acuerdo, porque cada vez son más "dispararatadas", como dice con razón Felipe González, las pretensiones del prófugo Carles Puigdemonbt: que si el reconocimiento de la nación catalana, que si el presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Barcelona, Juan José Omella como mediador –un tic democratacristiano-, que si la devolución de las fianzas por los juicios pendientes… Cada día una nueva exigencia para saturar el ambiente cuando a estas alturas el camino tendría que estar completamente desbrozado si unos y otros quieren evitar la repetición de las elecciones.

Quién no está para bromas es el presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page que no quiere "bailar la sardana" le toquen desde Waterloo y al que no le gusta lo que sabe de la negociación de la amnistía. Un malestar al que Puigdemont también respondió irónicamente: "si elige el estilo ampurdanés en lugar del selvatano, no le tendré en cuenta". Ahora toca aprender de modalidades de sardana