Una familia pagará unos 576€ en impuestos el próximo 2023

Carlos H. Sanz
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El incremento respecto a este año es de unos seis euros y se debe a las subidas aprobadas para la depuración y alcantarillado del agua y la recogida de basuras. PP y Cs salvan el grueso de su propuesta gracias al PSOE

Una familia pagará unos 576€ en impuestos el próximo 2023 - Foto: Sara Muniosguren

El pleno aprobó ayer la mayor parte de la propuesta de Ordenanzas Fiscales del equipo de Gobierno de PP y Cs para el año que viene, lo que para una familia media supondrá tener que pagar entre 576 y 628 euros en impuestos, tasas y precios públicos, apenas entre 6 y 7 euros más que este año. El incremento de la presión fiscal será mínimo para las economías domésticas, ya que los dos grandes gravámenes que tienen que afrontar cada año se mantendrán congelados: la contribución o Impuesto de Bienes Inmuebles y el rodaje o Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica. 

En la práctica, esto significa que, dado que el valor catastral medio de las 43.802 viviendas residenciales que hay en la ciudad asciende, según el INE, a 42.208,5 euros, la congelación del tipo en el 0,5847% supondrá que por cada 10.000 euros en los que esté tasado un piso, apartamento, chalet o local comercial, su propietario seguirá pagando 58,47 euros en impuestos. Así, una familia media abonará el próximo año unos 246,8 euros por el IBI.

En cuanto al rodaje, tampoco hay cambios, por lo que si el coche de la familia tiene de 8 a 11,99 CV deberá abonar un recibo de 51,04 euros; y si tiene más potencia, de 12 a 15,99 CV, de 119,72 euros en función de si su vehículo tiene de 8 a 11,99 CV o de 12 a 15,99 CV, respectivamente. Aunque prácticamente en la ciudad hay tantos del primer tramo como del segundo, este año se han cursado más recibos (16.423) de los de mayor potencia, por lo que es el utilizado para realizar el cálculo. 

Si estos dos grandes impuestos se mantienen congelados, eso significa que el encarecimiento del recibo fiscal de las familias llegará a través de aquellos vinculados al agua y las basuras.  

En cuanto al consumo o abastecimiento, el pleno aprobó su congelación para 2023. Esto significa que si una familia de cuatro miembros consume entre los 31 y 45 metros cúbicos de agua cada tres meses, va a seguir pagando 20 euros de cuota fija y 0,570 por cada metro cúbico de agua consumido. 

Dependiendo de la cantidad el coste anual variará entre los 71 y 102 euros, aunque para consumos por debajo de 30 m3, el precio por cada uno de ellos se mantiene en 0,176 y eso puede hacer que la factura anual descienda hasta los 21 euros como máximo. A estas cantidades hay que sumar el mantenimiento y conservación del contador de agua, también se mantendrá igual que este año (1,21 euros al trimestre, 5 euros al año).

Donde sí hay cambios es en el alcantarillado. La cuota de servicio o abono sube a 5,12 euros al año frente a los 4,88 de este; y se pasará a abonar 0,1316 euros en vez de los 0,1253 euros actuales por metro cúbico. Y también subirá la depuración, de 9,68 a 10,16 euros al año la cuota de abonado, y hasta 0,1902 y 0,2244 euros en función del volumen de consumo de agua, lo que en la práctica supondrá un coste anual de entre 28 y los 40,3 euros anuales. 

En resumen, el recibo del agua (abastecimiento, depuración y alcantarillado) para consumos mayores de 30 m3 quedará entre los 154 y 206 euros al año. Si se logra ajustar por debajo de ese volumen, se reducirá hasta un máximo de 99 euros.

La otra razón que explica esa subida impositiva para las familias está en el recibo de la basura, que pasa de 32,85 a 34.82 euros al año, mientras que el tratamiento selectivo de residuos se encarece desde los 19,49 euros hasta los 20,66 al año.

Así, en función de si su consumo de agua está más cerca de los 31 o de los 45 metros cúbicos, una familia media palentina abonará entre 570,5 y 621,4 euros el año que viene tras la aprobación de las ordenanzas fiscales por el pleno.

Con el apoyo del PSOE. Esta es la aplicación práctica de lo debatido y aprobado ayer en el pleno, donde el equipo de Gobierno del Partido Popular y Ciudadanos logró sacar adelante la mayor parte de su propuesta fiscal gracias, otro año más, al PSOE.

De lo que la concejalía de Hacienda de Luis Miguel Cárcel pensaba incrementar el año que viene, se mantendrán igual por falta de apoyo las subidas del 5% en las tasas del cementerio, la tramitación de expedientes y en las aulas de mayores y cursos.

El resto prosperó, es decir, desde el 1 de enero de 2023 permanecerán congelados todos los impuestos a excepción del ICIO, y se actualizarán parte de las tasas y precios públicos entre un 4 y un 5%, incluidas las del Patronato Municipal de Deportes.

Las tarifas del transporte público, tanto el billete ordinario como los bonobuses, mantendrán sus precios el próximo año; las escuelas infantiles tampoco serán más caras y respecto a la ORA o zona azul, aparcar durante los primeros 30 minutos seguirá costando lo mismo (0,30 euros) pero se encarecerá el ticket para los vehículos que lo hagan durante más tiempo (0,75 euros, 60 minutos; 1,70 euros las dos horas). 

«No es el deseo de este equipo de Gobierno subir los impuestos, pero nos vemos obligados a compartir el esfuerzo presupuestario con los ciudadanos», argumentó el concejal de Hacienda, Luis Miguel Cárcel, que recalcó que, en todo caso, la subida media del 5% supone aproximadamente la mitad del IPC interanual.

«El objetivo es asegurar la estabilidad económica de este Ayuntamiento, que al igual que todos los ciudadanos, empresas o entidades está sufriendo los efectos de la situación económica actual, con una inflación desbocada, el incremento en los precios de los suministros (combustibles y energía) o la subida de los costes de los contratos municipales», argumentó Luis Miguel Cárcel.

El edil de Hacienda finalizó su intervención recalcando que «Palencia es una ciudad con una muy baja presión fiscal» y con «unos costes de los servicios repercutidos a los ciudadanos muy ajustados». «La mayoría de las tasas, impuestos y precios públicos que pagamos los palentinos se encuentran por debajo de lo que se tributa en otras ciudades similares», hizo hincapié.

La «teta de la vaca». El apoyo del PSOE no salió gratis al equipo de Gobierno de Mario Simón. Además de atajar las subidas en las tasas del cementerio, expedición de documentos y talleres y cursos, intentó conectar algunos incrementos y bonificaciones a los niveles de renta, sobre todo en el IBI y en el recibo de basuras. 

No lo consiguió, pero el equipo de Gobierno sí accedió a reducir del 70 al 50% la bonificación del IBI en favor de los inmuebles que constituyan el objeto de la actividad de las empresas de urbanización, construcción y promoción inmobiliaria.

Después de escuchar en boca del concejal socialista, Carlos Hernández, que el incremento en las tasas propuesto por el equipo de Gobierno era «razonable y muy por debajo del IPC», Miriam Andrés tomó la palabra para ajustar cuentas. 

La portavoz socialista dio la bienvenida a PP y Cs a la «pedagogía fiscal» y les recriminó que durante años hayan jugado con el mantra de que «el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos». «Los servicios públicos tienen un coste y cuando durante años se juega a trasladar ese mensaje, se llega a una situación de extrema debilidad tributaria, generando situaciones de riesgo en la calidad de la prestación de servicios públicos obligatorios por ley», sostuvo.

Miriam Andrés echó en cara al equipo de Gobierno que haya primado «el mínimo desgaste fiscal» mientras «relegaba la eficacia y calidad de los servicios públicos».

«Cuando la teta de la vaca se seca, las empresas quieren seguir ganando su márgenes de beneficios y los grandes perdedores son los ciudadanos y los trabajadores de esos servicios públicos», afirmó Andrés, que llegó a hablar de «negligencia fiscal» por no haber cobrado el recargo del IBI sobre viviendas vacías y que fue dura con la falta de «eficacia recaudatoria» por el uso de «métodos arcaicos y precariedad de recursos humanos» que ha hecho que el Ayuntamiento «dejase de recaudar «2,8 millones de euros por las plusvalías».

«Habría que escucharles si estuviesen en la oposición, pero nosotros no les vamos a decir que se están llenando los bolsillos», sentenció la portavoz socialista.

Ganemos y vox. Las posiciones de Ganemos y Vox mantuvieron la línea de lo expresado en los últimos días. Sonia Ordóñez, de Ganemos, insistió en que la propuesta fiscal «no tiene en cuenta la realidad ni las necesidades de la ciudad», y defendió que «sería mucho más adecuado conocer estas necesidades y marcarlas en el presupuesto y, tras esto, ver cómo conseguir los fondos con impuestos y tasas».

«No se está actuando como lo haría cualquier familia. Bajen el nivel de gastos, eso es lo que gobernar como un buen padre», sostuvo Sonia Lalanda, de Vox, que incidió en que se deje de una vez de cobrar a las empresas del polígono el recibo de la basura cuando ya pagan por la recogida de residuos para su reciclaje a empresas especializadas. Una petición a la que el equipo de Gobierno le dio la razón.

El no de Vox a la propuesta fiscal del equipo de Gobierno no quedó sin respuesta del alcalde. «Usted lleva pactando el último año y medio con la izquierda con el objetivo de desgastar a este equipo de Gobierno y a esta coalición», le contestó Mario Simón.  

Un mensaje que Lalanda tuvo que escuchar en dos ocasiones y que confirma que a PP y Cs les será muchos más complicado aprobar el último presupuesto de su mandato.