Hay datos que duelen solo con observarlos en la pantalla del ordenador. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó en verano que 22 residentes en la provincia se suicidaron durante el pasado año. El dato crece por segundo año consecutivo. Las matemáticas indican que la cifra (que se divide en 19 hombres y tres mujeres) equivale al 0,013% de la población palentina en 2022 (que era de 158.008 empadronados). Probablemente ese porcentaje, bastante frío, apenas diga nada, pero, sin querer dejar de lado el dolor y la tristeza que provoca un suceso de estas características, hay que destacar que la cifra, por desgracia, es la más elevada de la serie que ofrece el organismo estatal, que comienza a informar de esta cuestión en 1980. Es un fallecido más que en 2010, cuando se anotaron 21 muertes por esta razón, y dos más que en 2021, 2015, 1988 y 1987, ejercicios con 20 decesos provocados por suicidio o lesiones autoinfligidas, que es como lo denomina oficialmente el organismo estatal en sus estudios de defunciones y que provoca, según la información que facilita la Confederación de Salud Mental, que «por cada persona que se suicida, al menos otras seis se ven íntima y profundamente afectadas». Los trastornos vinculados a lasalud mental, cuyo Día Mundial se celebra mañana con el lema Salud mental, salud mundial: un derecho universal, son factores de riesgo de suicidio.Los datos que ofrece la Junta de Castilla y León en laEstrategia de previción de la conducta suicida 2021-2025, citando varios estudios de autopsia psicológica, hablan de que aproximadamente el 90% de las personas que llegan a consumar el suicidio presentan uno o más trastornos psiquiátricos. 

El aumento provincial del pasado ejercicio sigue la línea de lo registrado en España, donde el número de suicidios ascendió en 94 personas hasta alcanzar las 4.097. No es la subida más elevada desde que existen registros (en términos relativos es del 2,35%), pero es la que vuelve a elevar el dato máximo nacional, que superó por segunda vez los cuatro millares. Aún así, no todas las provincias tuvieron un comportamiento similar. Barcelona, que registró 426 suicidios, y Madrid, donde hubo 400; experimentaron crecimientos del 11,52% y 14,94%, pero también hubo caídas del 17,11% en Málaga (155) y del 16,43% en La Coruña (122), por poner algunos ejemplos. En los territorios con menos población se combinaron los ascensos y los descensos. EnGuadalajara pasó de 13 a 21 mientras que en Cuenca cayó de 22 a 18.

En Castilla y León, la cifra de muertes por este motivo en 2022 fue de 233, tres menos que el año anterior (-1,27%). 52 se registraron enValladolid (siete más que en 2021); 36, enLeón (doce menos); 34, enSalamanca (diez más); 29, enBurgos (once menos); 19, en Zamora (cinco menos); 16, en Ávila (uno más); 13, enSegovia (tres más) y 12, enSoria (dos más). Al ser números matemáticamente pequeños, los aumentos y los descensos porcentales, salvo en tierras abulenses (+6,67%), son de dos cifras.

En cambio, la tendencia histórica del conjunto nacional sí que choca de frente con la experimentada en Palencia. Los suicidios, en el conjunto de España, han ido en aumento progresivamente desde la década de los 80 del siglo pasado, siendo los datos actuales mucho más altos que los pasados. Por el contrario, en la provincia, la estadística tiene, además, picos importantes en los 80 (máximos de 20 en 1988 y 1987) y en el cambio de siglo. En 1999 y 2001 hubo 17 suicidios, una cifra que llegó al mínimo provincial, cinco, antes del inicio de la crisis económica de 2009, concretamente en 2008 y 2007.

MÁS HOMBRES. Analizando los datos por sexos, se comprueba que el suicidio es más común en los hombres, al igual que ocurretre en el resto de Castilla y León (173 hombres y 60 mujeres) y en España (3.042 y 1.055, respectivamente). Además, el año pasado se agrandó la brecha en Palencia. De los 22 fallecidos por esta razón, 19 son hombres, la cifra provincial más alta que ofrece el INE. La excepción provincial se registró en 1987, cuando se registró el fallecimiento de 10 hombres y de otras tantas mujeres. No se ha vuelto a dar. Y en la comunidad y enEspaña, nunca.

Por edades, cinco tenían entre 30 y 39 años cuando se suicidaron; dos, entre 40 y 49 años; cinco, de 50 a 59; tres, de 65 a 69 años y siete, más de 75 años.

La Línea 024, de Atención a la Conducta Suicida, empezó a funcionar en la primavera de 2022. «Es gratuita, accesible, inmediata, confidencial y está atendida por personas expertas, para dar apoyo a personas con conductas suicidas, familiares y allegados e intervenir, en el caso de ser necesario, en situaciones complejas de alto riesgo», explicaron desde el Ejecutivo.  Esta acción forma parte del Plan de Acción de Salud Mental aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Eso sí,  Sanidad recuerda que la línea «no pretende reemplazar ni ser alternativa a la consulta presencial con un profesional sanitario cuando sea necesaria».

Los destinatarios del 024 son las personas con conducta o ideación suicida, así como los familiares o allegados de víctimas de suicidio o de personas con ideación suicida.