Mañana jueves, a las 23,59 horas, expira el plazo dado por el Ayuntamiento a los hosteleros de la capital para desmontar las terrazas-covid. Una orden que gran parte del sector ya ha cumplido después de que desde el pasado jueves quedase prohibido hacer uso de estos veladores, mientras que unos pocos apurarán hasta el final para retirarlas de aparcamientos, espacios peatonales y zonas verdes.

«Todas, sin excepción», advirtió la alcaldesa, Miriam Andrés, cuando el pasado día 8 puso fecha al final de estos veladores que durante la pandemia se instalaron en aceras o aparcamientos para compensar que los bares y restaurantes estaban cerrados al público por culpa de las restricciones.

Durante el pasado fin de semana, muchos hosteleros han procedido a retirar contrachapados de madera, paléts, carpas, estructuras metálicas y verjas de la vía pública, por lo que de las 65 terrazas-covid permitidas, aproximadamente,  y  ubicadas en zonas de aparcamiento, son muy pocas las que a día de hoy todavía esperan a que sus dueños las retiren.

De no hacerlo, y esto también lo advirtió la regidora capitalina, la Policía Local comenzará a sancionar a los hosteleros que desoigan la orden municipal. Para lo que sí tienen permiso es para recuperar el número de veladores previos a la pandemia, cuando se introdujeron distancias mínimas entre una y otra mesa que ya no están en vigor. 

Junto a la supresión de las terrazas-covid, este pasado fin de semana también han recuperado la normalidad las calles La Cestilla y Don Sancho, que el Ayuntamiento cerró al tráfico en julio y durante los fines de semana del verano, concretamente desde las 13 horas del sábado hasta la noche del domingo. 

Esta medida se recuperó para permitir la instalación de terrazas en este eje central de la ciudad y, así, fomentar una zona hostelera que tiene un potencial importante en la dinamización del centro de la ciudad. 

Una vez queden retiradas todas las terrazas, el sector hostelero, el Ayuntamiento y los representantes vecinales centrarán todos sus esfuerzos en la redacción de la nueva ordenanza con el objetivo de que esté lista lo antes posible y, con ello, puedan regresar, si así se acuerda, aquellas que mejores condiciones presentaban.