El fútbol es extraño, impredecible. Ese es el secreto de ser el deporte rey. Cualquier cosa que parece imposible puede ocurrir. Y no hay que irse muy lejos para que se produzcan situaciones que parecen paradójicas, pero que en el fútbol adquieren cierto grado de normalidad. Por ejemplo, César Díez logró sacar del descenso al Danisa Cristo Atlético la pasada temporada. En la actual, con una plantilla mejor, en una categoría más débil, sumó tres empates en siete jornadas. Era destituido y relevado por un técnico, José Antonio Marcos, que llevaba 18 años sin entrenar a un equipo llamemos del fútbol élite y además en aquella ocasión, en el CFPalencia, de aquella manera. Los morados, sin sus estrellas Emilio y Niche, midiéndose a dos gallos de la categoría, ha sumado cuatro puntos en dos partidos, uno más que en los dos anteriores.

En la última jornada se produjo otra curiosa circunstancia. Como si fuesen vasos comunicantes, la primera victoria de los capitalinos coincidía con la primera derrota, inmerecida por otro lado, del Becerril en casa. Era evidente que tarde o temprano uno y otro caso iba a suceder. Danisa Cristo Atlético tiene equipo suficiente para estar más arriba y el equipo del Mariano Haro, aunque no se lo pondrá fácil a nadie, tenga el nombre que tenga, no deja de ser un conjunto humilde, con un potencial deportivo y económico mucho menor que la gran mayoría de sus rivales.

Tercer empate consecutivo del Deportivo sin goles. Desde que se lesionó Moré, cuatro partidos de liga, tres empates y un triunfo, con un gol marcado y ninguno encajado. Y en la Copa Federación, empate a uno. Sin el vallisoletano, se ha perdido desborde, electricidad, pero el equipo se ha reinventado en este duro calendario que ha tenido y se ha fortalecido como bloque y a nivel defensivo.

DelPlásticos Magonsa Villamuriel sobran ya las  palabras y elogios. Va directo a Tercera. Y se lo merece.