De mayor quiero ser bombero

César Ceinos
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Centenares de niños disfrutan de la jornada de puertas abiertas en el servicio de Extinción de Incendios de Palencia. Conocen los vehículos y los equipos del parque y reciben una pequeña charla formativa con práctica incluida

Los niños aprendieron, de la mano de un bombero, a apagar un fuego con un extintor. La práctica se llevó a cabo en el patio. - Foto: Sara Muniosguren

La jornada de puertas abiertas en el parque de bomberos de Palencia, que siempre se celebra en fechas próximas a la festividad de su patrono, San Juan de Dios (8 de marzo), está más que asentada en el calendario de ocio de los palentinos, sobre todo en el de las familias con niños. Llevar a los pequeños de la casa a conocer las dotaciones y las instalaciones del servicio de extinción de incendios del Ayuntamiento capitalino, que se encuentra situado en la calle Guipúzcoa, es sinónimo de alegría y felicidad.  Es, sin duda, una gran opción para disfrutar de una mañana de domingo. 

Ayer, de nuevo, se volvió a confirmar. Cientos de palentinos de corta edad fueron de un lado para otro para no perderse nada en una mañana que, pese a ser, en algunos casos, la segunda o tercera visita, siempre guarda alguna sorpresa, ya sea a la hora de subirse a la mítica abuela, el primer camión de bomberos de Palencia, o en el momento de utilizar un extintor para apagar un fuego siguiendo las pautas que marca un profesional que, especialmente entre los más jóvenes, siempre es admirado. Y probablemente, más de un niño, mientras regresaba a casa, le acabó diciendo a sus seres queridos que quería ser bombero porque se lo había pasado muy bien en el parque. Se sintió como una persona que responde rauda y veloz a las llamadas para extinguir un pavoroso incendio, excarcelar a un conductor en un accidente de tráfico o rescatar a personas mayores cuando se quedan encerradas y desatendidas en su casa, cuando se colocó su casco en la cabeza y se vistió con la chaqueta del uniforme oficial, aunque a la mayoría de los asistentes aún le quede más de un buen estirón para poder sacar sus brazos por las mangas. Otros, por su parte, se imaginaron conduciendo a toda velocidad los vehículos de emergencias que estaban aparcados junto a la fachada o subiendo por la escala para ayudar a salvar a otros.

La jornada estaba abierta a personas de todas las edades, pero la ilusión que caracteriza a los menores se palpaba en el ambiente. Se hacían notar, ya fuera en la cola de espera para las charlas formativas que se impartieron en el interior del parque o mientras un bombero explicaba el funcionamiento de los drones, que están dotados con cámara termográfica, señales de alarma de temperatura y sistemas para seguir personas. El primero llegó a Palencia en 2022 y el segundo en 2023.  Por el contrario, fruto de esa ilusión, en alguna ocasión, los escolares se subieron a zonas poco seguras de los camiones y no permitidas, de ahí que alguno de los profesionales del parque tuviera que invitarles a bajar. Pero era un día singular (solo hay una vez al año  jornada de puertas abiertas en los bomberos) y ni así los niños perdieron la sonrisa durante toda la mañana.

Los padres y otros familiares que acompañaron a los más pequeños hasta el polígono de NuestraSeñora de los Ángeles, como es habitual en este tipo de eventos, se dedicaron a ir detrás de los niños para que no se perdieran entre el público o tocaran algo que no debían. Pero tampoco se despegaron de sus móviles para sacar fotos a los más jóvenes entre los camiones, que quedarán como recuerdo de un gran día.