Los diez lugares de Santiago Cano: "Una buena mezcla"

César Ceinos
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Este alumno de Maristas combina espacios de la provincia y la capital

Los diez lugares de Santiago Cano: - Foto: DP

PASIONES: leer, especialmente ensayos; escuchar y tocar música; hacer rutas por carreteras de montaña y, de vez en cuando, escribir. Recientemente ganó la fase provincial del concurso Cartas a un Militar Español.

TRAYECTORIA: estudiante de segundo curso de Bachillerato en el colegio Marista Castilla de la capital, donde fue matriculado por primera vez en Educación Infantil.

Los diez lugares de Santiago Cano

1. Riberas del río Carrión a su paso por Palencia.  «Fue un lugar de paso obligatorio para mi madre y para mí durante muchos años. Siempre hemos ido al colegio en bici, y aunque ahora me he vuelto un usuario recurrente del autobús, recuerdo con mucho cariño esos viajes que de pequeño se me hacían tan largos y, todo hay que decirlo, las constantes súplicas a mi madre para ir en coche los días más fríos del invierno».

2. Villamuriel de Cerrato. «Llevo asistiendo a clases de percusión en la escuela de música de Villamuriel desde hace muchísimos años. Además, he tocado en la banda juvenil otros tantos, ya fuese en las fiestas de la Virgen del Milagro o en conciertos en la Casa de Cultura. También tengo algunos amigos que viven en este municipio y quedo de vez en cuando para charlar mientras damos un paseo hasta Soto Albúrez».

3. San Salvador de Cantamuda.  «Parada obligatoria para quienes se acerquen a la Montaña Palentina. La primera vez que fui  tuve la impresión de estar ante un pequeño pueblo de montaña. Sin embargo, su magnífica colegiata y las impresionantes vistas me fascinaron y, con el tiempo, acabé enamorándome de su sencillez, por lo que siempre estoy deseando volver».

4. Saldaña.  «Para mí tiene un significado especial porque durante muchos años mis padres vivieron en esta localidad de la Vega-Valdavia. Cada vez que vamos les pido que me cuenten anécdotas de esos años mientras damos un paseo por la plaza Vieja y sus calles, y he de decir que a veces casi me dan ganas de mudarme cuando sea mayor para disfrutar de sus gentes y de su tranquilidad».

5. Colegio Marista Castilla. «Me resulta imposible no destacar el colegio en el que llevo desde los dos años. Son muchas las experiencias vividas, los profesores, los amigos… Tanto dentro de las clases como en el patio, he compartido con mis compañeros muchas experiencias que seguro nunca olvidaré».

6. Campa de Puente Agudín en Cardaño de Abajo.  «Siempre que hacemos la ruta de la Cascada de Mazobre este es nuestro punto de partida. Es un sitio muy tranquilo, donde se come especialmente bien después de una dura caminata por cualquiera de los muchos caminos que hay por la zona y a la vez que se disfruta del entorno privilegiado que supone estar bajo la sombra del Espigüete. También más adelante está Cardaño de Arriba, donde empieza la subida al pozo de las Lomas que tanto recuerda a los lagos de Covadonga».

7. El Golobar y Brañosera.  «De pequeño, cada vez que llegaba el invierno, estábamos atentos a cuándo nevaba en el norte para acercarnos con el trineo a las pendientes de El Golobar y pasar una mañana estupenda pero de no parar. Después bajábamos a Brañosera donde comíamos y dábamos un paseo. Siempre me ha parecido que tiene una atmósfera especial, supongo que por la mezcla de su situación, en plena sierra de Híjar, y por ser el primero de los ayuntamientos de nuestro país».

8. Parque Ribera Sur.  «En verano siempre iba con mi madre al Ribera Sur, donde jugábamos al bádminton y leíamos. En verano nos refugiábamos del sol bajo algún árbol mientras escuchábamos de vez en cuando a algún pato. También es un sitio estupendo para quedar con amigos si quieres huir del bullicio de la zona más céntrica».

9. Parque de la Carcavilla.  «He pasado muchas horas jugando al baloncesto en sus canchas, y alguna que otra leyendo. Sin embargo le guardo especial cariño porque de pequeño me acercaba mucho a jugar al parque infantil, especialmente después de cenar cuando estaba más tranquilo y tenía casi todo el parque para mí solo».

10. Iglesia de San Hipólito el Real en Támara de Campos.   «Es un sitio especialmente curioso. Lo que menos te esperas al llegar a un pequeño pueblo castellano es encontrarte con un edificio tan impresionante. Muchos la conocen como la catedral de Campos. Además, es que su retablo barroco no tiene nada que envidiar a los de otras iglesias o incluso catedrales de las ciudades más importantes».