Argelia y España pasan página a su desencuentro

SPC-Agencias
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Argel envía un nuevo embajador a Madrid y muestra su deseo de restablecer las relaciones que saltaron por los aires con el giro de Sánchez en el conflicto sobre la soberanía del Sáhara

Argelia y España pasan página a su desencuentro

Borrón y cuenta nueva. Argelia ha decidido finalmente pasar página en la crisis bilateral abierta con España, a raíz del giro protagonizado por el Gobierno de Pedro Sánchez en marzo de 2022. Un paso que deja atrás el apoyo que expresó entonces el socialista al plan de autonomía marroquí para el Sáhara, con la intención de cerrar las tensiones con Rabat y abrir una nueva etapa diplomática que no termina de culminar, con las aduanas en Ceuta y Melilla aún cerradas.

El Ejecutivo argelino así lo confirmó al anunciar el envío de un nuevo embajador a Madrid, después de haber llamado a consultas al anterior de manera automática tras conocerse la carta de Sánchez a Mohamed VI en la que sostenía que su hoja de ruta para la antigua colonia española era «la base más seria, creíble y realista» para resolver su histórico conflicto territorial.

El Gobierno español debería, por tanto, aceptar próximamente el plácet para el nuevo embajador argelino y que este pueda asumir su puesto. Con ello, se daría por superada una crisis que además de la ruptura diplomática llevó a Argel a suspender tres meses después el Tratado de Amistad y a la congelación prácticamente total del comercio entre los dos países.

Como resultado, las exportaciones a la nación magrebí quedaron  reducidas en ese período a la mínima expresión, con el consiguiente impacto para los ingresos de los empresarios con intereses en Argelia. Por contra, Rabat garantizó en todo momento el suministro de gas a España, algo que el Ejecutivo de Sánchez se encargó de ensalzar.

Así, en el tiempo transcurrido desde que estalló el conflicto bilateral, el país africano, empezando por su presidente, Abdelmayid Tebune, mantuvo un tono muy crítico con España, en particular contra el líder socialista pero también contra el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. 

Para contrarrestarlo, Moncloa trató en todo momento de contemporizar las críticas y reiterar su voluntad de tener «las mejores relaciones» con Argelia, apelando a la discreción en sus esfuerzos para reencauzarlas. Un empeño que habría dado ahora su fruto. 

Según explicó el presidente del Círculo de Comercio e Industria Argelino-Español (CCIAE), Djamel Eddin Buabdalá, «hubo contactos entre las dos partes en septiembre en Nueva York en los márgenes de la Asamblea General de la ONU», un extremo que el Ministerio de Exteriores español no confirmó, como tampoco la eventual llegada del nuevo embajador.

De acuerdo con el mencionado empresario, entonces «hubo un acuerdo sobre un retorno progresivo de las relaciones entre Argelia y España». A ello contribuyó, desveló Buabdalá, el discurso pronunciado por el presidente del Gobierno en funciones ante la Asamblea General en el que no mencionó el plan de autonomía marroquí.

El socialista se limitó en su alocución a apoyar «una solución política mutuamente aceptable en el marco de la carta de Naciones Unidas y de las resoluciones del Consejo de Seguridad».

También ayudó la postura mantenida por el Gabinete de coalición de Sánchez a raíz del ataque terrorista de Hamás contra Israel del pasado 7 de octubre y la posterior respuesta hebrea bombardeando la Franja de Gaza.

En un ejercicio de equilibrio diplomático, el inquilino de la Moncloa condenó rotundamente la acción de Hamás y reconoció la facultad de Israel a defenderse, dentro siempre de lo contemplado por el Derecho Internacional Humanitario, pero también dejó claro que la única vía para resolver esta situación pasa por la materialización de la solución de dos estados y el reconocimiento del Estado palestino. Sánchez sabía que la causa palestina es un asunto clave en la política interna argelina.

El deshielo

Más allá del por qué, también es importante el cuándo se produce este esperado deshielo con Argel, con Sánchez como candidato a la reelección. La celebración de elecciones generales en España, adelantadas al 23 de julio, había generado la sensación de que Argelia no iba a dar ningún paso hacia la reconciliación a la espera del resultado de las urnas, quizá con la esperanza de que la eventual llegada del PP a la Moncloa supusiera una marcha atrás en cuanto a la postura española respecto al Sáhara.

Sin embargo, tras el intento fallido de Alberto Núñez Feijóo por llegar a la Presidencia, Argelia habría optado por una posición más pragmática y enviar de vuelta a su embajador a Madrid. A falta de un anuncio y una explicación oficial de esta decisión, está por ver si el gesto diplomático se traduce también en una reconciliación en el apartado comercial.

En este sentido, ya se habrían comenzado a dar algunos pasos, según resalta Buabdalá. De hecho, el presidente del CCIAE enmarca ahí la reanudación de los vuelos de Air Algérie, la aerolínea estatal, hacia Palma de Mallorca, así como el incremento de la frecuencia de los vuelos de Iberia entre Madrid y Argel, a los que habría que sumar la recuperación del vuelo de Vueling entre Barcelona y Orán.